La guerra en Gaza ha impregnado la 68 edición de Eurovisión. La decisión de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) de permitir participar a Israel en el certamen europeo ha estado rodeada de una gran polémica. Su representante, Eden Golan, concursará finalmente con la canción Hurricane, después de que la organización del concurso rechazara dos propuestas de la cantante por su contenido político.
Israel y la UER mantuvieron un gran tira y afloja durante semanas. La organización del certamen europeo rechazó las dos primeras propuestas de la KAN, la televisión nacional israelí, al hablar del conflicto en Gaza. Finalmente, fue la tercera canción, Hurricane, la que logró la aprobación del festival al considerar que cumplía con "los criterios necesarios para participar, de acuerdo con las reglas de la competición".
A pesar de la amenaza de países como Islandia de no participar en el concurso y de la presión de partidos políticos, eurofans e incluso algunas televisiones públicas europeas, la UER decidió dar luz verde a Israel. La organizadora de Eurovisión defendió en todo momento que el festival es "un evento apolítico y un concurso entre organismos públicos de radiodifusión miembros de la UER, no un concurso entre gobiernos". Además, expulsar al país podía desatar un verdadero conflicto diplomático.
El pañuelo de Eric Saade y la prohibición a Irlanda
Sin embargo, algunos países participantes no son ajenos al conflicto en Gaza y este martes lo hicieron patente una vez más durante la primera semifinal del concurso. Eric Saade, representante de Suecia en el año 2011, fue uno de los protagonistas de la noche al incorporar, en su actuación inaugural de la gala, un pañuelo palestino en una de sus manos.
El cantante, de origen palestino, ratificó así su postura en el conflicto en Gaza. Un gesto que ha despertado las críticas de la UER: "Eric Saade es muy consciente de las reglas que se aplican cuando se encuentra en el escenario del Festival de la Canción de Eurovisión. Creemos que es triste que explote su participación de esta manera", señaló Ebba Adielsson, productor ejecutivo de Eurovisión 2024 al medio sueco Aftonbladet.
Pero esta no ha sido la única polémica relacionada con la guerra en Gaza durante la primera semifinal de Eurovisión. La representante de Irlanda, Bambie Thug, aseguró en la rueda de prensa posterior que la organización le había obligado a cambiar su vestuario, al llevar incorporadas las palabras "Ceasefire" (alto al fuego) y "Free Palestine" (Palestina Libre).
Precisamente, la representante irlandesa es una las artistas que han llamado al boicot de Israel en Eurovisión. "Apoyo a cualquiera que haga boicot, probablemente si yo no participara también lo haría", afirmó en una ocasión, como muestra de su rechazo a la decisión de la UER.
Qué dice la normativa de Eurovisión
La supuesta prohibición de la UER a Irlanda es la última actuación del festival este año sobre la guerra en Gaza. Y es que los organizadores anunciaron que se reservaban el derecho a retirar cualquier bandera, símbolo, ropa, artículo y pancartas que se utilice con "el probable propósito de instrumentalizar los programas de televisión".
La jefa de comunicaciones de la UER, Michelle Roverelli, aseguró que las personas con entradas para las semifinales o la final solo pueden llevar y exhibir banderas que representen a los países que participan en el evento, así como la bandera LGTBI.
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De hecho, en caso de incumplir esta medida, la UER puede llegar a multar. Es lo que le sucedió a los representantes islandeses del certamen en 2019, celebrado en Tel Aviv (Israel), al mostrar banderas palestinas cuando se dieron a conocer los puntos del televoto. Los organizadores del certamen sancionaron económicamente a Islandia al considerar que habían violado su normativa.
En su reglamento, la UER destaca que Eurovisión es un evento "no político" y que "todos los organismos de radiodifusión participantes, incluido el organismo de radiodifusión anfitrión, serán responsables de garantizar que en sus respectivas delegaciones y equipos se tomen todas las medidas necesarias para salvaguardar los intereses y la integridad de Eurovisión" y asegurarse de que "no sea politizado y/o instrumentalizado y/o desacreditado de ninguna manera".
Además, la UER expone en su reglamento que los participantes deben respetar los valores del festival -Universalidad, Igualdad, Independencia o Diversidad, entre otros- y asegurarse de que "ninguna delegación, país o persona es discriminada o ridiculizada de alguna manera".
Por tanto, la organización de Eurovisión podría prohibir el uso de símbolos políticos, como banderas propalestinas. Sin embargo, la UER no informa en su reglamento de las multas que puede acarrear incumplir esta normativa, pese a haberlo hecho en, al menos, una ocasión.