Después de un gran tira y afloja entre Israel y la Unión Europea de Radiodifusión (UER) por la canción presentada, este jueves se ha confirmado que este país participará en el próximo Festival de Eurovisión, que se celebrará en mayo en Suecia. Inicialmente, la KAN, la televisión nacional israelí, quería concursar con el tema October Rain, que fue rechazado por su “contenido político”. Y después presentó Dance Forever, que fue descartada por la misma razón. En ambos casos, se hablaba del conflicto en Gaza, donde han fallecido 30.000 palestinos.
La KAN, en un primer momento, se mostraba inflexible a realizar cambios, y quería que la cantante Eden Golan concursase con un tema que “contase la historia del país”, y que describiese que está aquí “para permanecer”. Sin embargo, a la tercera ha ido la vencida. La televisión pública ha anunciado que la UER ha examinado la letra de Hurricane y la ha acapado aceptando, tras oírla en la voz de Eden Golan. Este mismo 7 de marzo, además, la web de Eurovisión ha incluido en su listado de canciones de la próxima edición Hurricane como la propuesta de Israel para Malmö.
Tras analizar la primigenia October Rain, la IPBC (Corporación de Radiodifusión Israelí), se negó a cambiar la letra, a sabiendas de que esto podría provocar la descalificación del país. “No cambiaremos la letra ni la canción, incluso si eso se traduce en que Israel no participe en Eurovisión este año”, señalaba en febrero la IPBC tras un consejo corporativo, según explicó el rotativo hebreo Ynet. Una advertencia que, finalmente, no se han atrevido a cumplir.
A raíz del conflicto con Gaza se llevaron a cabo continuas presiones de partidos políticos, eurofans, periodistas e incluso de algunas televisiones públicas europeas pidiendo su expulsión de Eurovisión, aunque la UER se negó desde un primer momento. "Eurovisión es un evento apolítico y un concurso entre organismos públicos de radiodifusión miembros de la UER, no un concurso entre gobiernos", defendía el Grupo de Referencia y el Comité Ejecutivo el pasado diciembre en un comunicado.
Como ya analizamos en estas páginas, expulsar a Israel de Eurovisión era algo que incomodaba a algunas televisiones públicas europeas ya que sus gobiernos tienen posturas favorables hacia el país como Alemania, Francia, Reino Unido o Azerbaiyán. Y una expulsión así, equiparando a Israel con Rusia, podría haber desatado un verdadero conflicto diplomático.
De momento, hay países que se han posicionado con firmeza contra la participación de Israel. Uno de ellos es Islandia, que de momento no ha tomado una decisión firme sobre si acudirá a la cita en Malmö o no. De hacerlo, lo haría representado por la veterana Hera Björk, ganadora del Söngvakeppnin, que aceptó la aventura eurovisiva tras su victoria.