¿Y si la persona desaparecida no quiere que la encuentren? El caso de la joven de Dénia que rompió con todo

El 92% de las desapariciones registradas en 2022 en España fueron voluntarias y solo un 0,3%, forzosas, según el informe anual del Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES) del Ministerio del Interior. El caso de Desirée Salort Mut, la joven de 25 años que se marchó sin dejar rastro el pasado sábado en la localidad costera de Dénia, es uno de ellos, como acabamos de informar.

Así quedaba reflejado en un informe de la Guardia Civil, al que tuvo acceso este martes este medio, que enmarcaba la investigación de este caso como desaparición "voluntaria" y la encuadra en desavenencias con su familia, con la que vivía. El protocolo, aún ante las evidencias de que se fue porque quiso, es claro al respecto: Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado la tienen que buscar y, ahora que ha sido localizada, esta debe expresar como ya hecho, que ejerció su derecho a desaparecer. 

"Toda persona tiene derecho a desaparecer, si es lo que quiere", afirmaban fuentes de la Jefatura Superior de la Comunidad Valenciana de la Policía Nacional a este medio hace unos días. Obviamente, se referían a las personas mayores de edad, como es el caso de Dénia, "y con plena capacidad de sus facultades". Y es que, si son menores de edad, su voluntad de marcharse no depende de ellos, como contamos recientemente con el caso de la adolescente de Alicante cuya familia dio la voz de alarma hasta que esta fue encontrada en Castellón en buen estado de salud.

Desirée salió de casa el pasado sábado antes de la una del mediodía "sin el móvil" y "sin dejar una nota ni nada", explicaba Lucía a este medio este martes, antes de que se diera la buena noticia este miércoles. Se suponía que se iba a trabajar a Casa Pepe, un restaurante con una Estrella Michelin donde es camarera, y donde también trabaja su hermano. "¿Por qué se dejó el móvil en casa? No lo sé", se preguntaba y responde la madre. 

Su familia la esperó todo el día y creyó que volvería esa noche, pero no lo hizo y saltaron las alarmas. Lucía recordaba que días atrás fueron fiestas en el Verger, de donde ellos son, y su madre se "asustó" porque la esperaba de noche y volvió a las 8.30 horas de la madrugada. Pero más allá de esa situación, cree que su hija puede haber tenido "un bloqueo" mental propio de su edad, "un cable que se le ha cruzado, porque no creo que sea por nada malo", descartando por lo tanto una mala relación familiar como detonante. 

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Su petición

"Si no tienes móvil, puedes pedírselo a alguien en un bar, en una gasolinera, en algún sitio, habrá algo para que puedas llamar y decir, bueno, nada más, no quiere venir hasta dentro de un mes, o no voy a venir ya porque me he independizado, lo que sea", reclamaba Lucía a Desirée, como finalmente esta ha accedido a realizar. La familia ya descansa tranquila, comenta este miércoles Lucía, quien espera que Desirée acabe apareciendo por casa próximamente.