La obra de teatro que dura 24 horas y ha causado furor en Madrid: entradas agotadas
- The Second Woman lo representa ininterrumpidamente la actriz María Hervás en una habitación transparente a la que acudirán cientos de hombres.
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Si a algunos espectadores ya les parece mucho un teatro que dura más de dos horas y media, que se preparen para la que se presenta el próximo sábado, que dura 24 horas. Pero lo cierto es que, pese a todo, este concepto de obra ha causado sensación en Madrid y las entradas ya están agotadas.
Aunque aquí, la real prueba de resistencia es para la única actriz que permanecerá hasta sin dormir sobre el escenario durante un día entero: la talentosa María Hervás.
The Second Woman es una obra de representación ininterrumpida que la actriz protagoniza en una habitación transparente a la que acudirán cientos de hombres como invitados y que propone el Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid el próximo 9 y 10 de noviembre en los Teatros del Canal.
"El ser humano todo el rato desea. Es un mecanismo que es constante y que se va modificando siempre. Lo que pasa es que nosotras lo hemos silenciado demasiado porque no nos han dicho que ser mujer y desear está bien", defiende la artista madrileña en una entrevista concedida a Europa Press.
En un ejercicio continuo sobre el escenario, entre las 18 horas del 9 de noviembre a las 18 horas del 10 de noviembre, el personaje de Hervás recibirá la visita de decenas de hombres (compañeros de escena, actores profesionales y otros que no lo son), con los que mantendrán breves encuentros, que giran en torno a una relación que ha perdido fuelle y romanticismo.
Esta obra, que se trata de un estreno en la Comunidad de Madrid, "genera un sentimiento de comunidad muy fuerte en el público, sobre todo respecto a mí, porque todo el mundo quiere apoyarte y sostenerte. La gente empieza a darse cuenta de lo vulnerables que somos muchas veces las mujeres ante las masculinidades. El público ruge y eso es muy emocionante, incluso patalean en las gradas", señala la actriz.
Cambio de asiento
El texto de The Second Woman está cerrado y los hombres que intervienen tienen que aprendérselo. Todo está diseñado para que cada momento sea distinto, desde los bailes hasta los besos.
También permite a los espectadores estar muy activos porque pueden cambiar de asientos tantas veces uno quiera, así como quedarse solo una hora en el teatro. Sin embargo, Hervás recomienda "quedarse en grandes franjas de tiempo".
"Fisiológicamente no soy la misma a las 4 de la madrugada que a las 23 horas. Mi energía es otra. Mi recomendación sería que el público intente quedarse en franjas grandes para poder ver más cosas distintas. Si yo tuviese la entrada de las 24 horas, intentaría como mínimo ir un rato el sábado y otro el domingo a diferentes horas para ver lo que está pasando", explica la artista.
La madrileña insiste en que la obra permite reflexionar en el deseo que cada uno tiene y defiende en "reeducar el deseo de la mujer". "El hombre desea besarte y lo intenta o desea bailar pegado a ti y lo hace, pero a nosotras nos han dicho que no. Nos han contado otras cosas, pero no nos han dicho que el 'rock and roll' está en entender qué te pasa. En el momento en el que las tías empecemos a operar desde ahí, la fiesta va a ser interesante", asevera.
"Yo propondría a cualquier mujer que viene a ver este espectáculo, o que no viene a verlo, que hiciese ese laboratorio que yo estoy haciendo en esta obra. Que intente tener un termómetro muy sofisticado que te diga en cada momento qué quieres, cuál es tu deseo. A veces es tan sencillo como coger el móvil, bailar un rato, comer un helado, tirarme en el suelo, gritar o leer un libro", insiste.
La conexión que se genera
Hervás destaca también la conexión que se genera con las personas que ven The Second Woman. "En Barcelona sucedió que un matrimonio de 70 años estuvo unas horas el sábado y volvió el domingo porque se preguntaban '¿Esta chica sigue ahí recibiendo hombres?' ¿Cómo estará?'. Ya me lo dijeron las directoras (Nat Randall y Anna Breckon), tú te quedas dentro de su cabeza", sostiene.
Ruth Quilson fue la inspiración de la actriz madrileña. La artista inglesa protagonizó la obra teatral en Londres y Hervás propuso a los productores hacer realidad esta propuesta en España.
"Era un proyecto que quería hacer. Creo que es exigente, pero también es muy rico porque tiene performance y me mantiene muy despierta y muy anclada al momento presente. A veces también soy espectadora de la propia obra desde dentro porque estoy mirando al público y analizo a cada uno de ellos", asegura.
La madrileña subraya el papel de las directoras porque "han sido muy exhaustivas" para conseguir este espectáculo, que es "un artefacto de relojería". Asimismo, admite que las dos obras en Madrid "le imponen un poco más porque estará su gente".
"Soy una persona que en el escenario me olvido casi al 100% de mí misma y creo que saco a mi mejor versión en el escenario, pero creo que me importa muchísimo lo que va a sentir mi mejor amiga o lo que le va a parecer a mi padre cuando esté actuando", recalca.