Encuentran 29 antiguos geoglifos en los cerros de Nasca, al sur de Perú
Tienen una antigüedad de entre 2.300 y 1.900 años y están ubicados en los distritos de El Ingenio y Changuillo en Nasca, en la región sureña de Ica.
25 diciembre, 2023 22:35Un equipo peruano de arqueología encontró 29 geoglifos, con una antigüedad probable de unos 2.300 años en los cerros de la provincia de Nasca, donde se extendieron las culturas Paracas y Nasca conocidas por los inmensos geoglifos en el desierto al sur de Perú, según informaron este lunes medios locales.
El arqueólogo Omar Bendezú, de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica, declaró a la agencia estatal Andina que los geoglifos de felinos y antropomorfos tienen una antigüedad de entre 2.300 y 1.900 años y están ubicados en los distritos de El Ingenio y Changuillo en Nasca, en la región sureña de Ica.
"Hasta el momento, en el distrito de El Ingenio hemos identificado 10 figuras que tienen formas de felinos, tienen una medida variada, que va desde los 17 metros de largo por 12 metros de alto, hasta los 42 metros de largo por 43 metros de alto aproximadamente", explicó Bendezú.
Benedezú añadió que en el centro poblado San Juan en Changuillo se encontraron ocho geoglifos con formas de felinos, de 11,3 metros de largo por 9,5 metros de alto, y otros de 37,3 metros de largo por 13,7 metros de alto.
Asimismo, Bendezú dijo que "los geoglifos hallados miran al sur, hacia las Líneas de Nasca" y que "los habitantes de esa época, al parecer, tenían como deidad al felino, o tenía un significado muy especial para ellos".
Por su parte, el experto detalló que en la ladera del cerro en el centro poblado San Francisco de El Ingenio se encontraron diez geoglifos con apariencia antropomorfa y en San Juan de Changuillo otra figura antropomorfa.
Afirmó que "el descubrimiento de estos nuevos geoglifos en El Ingenio y Changuillo en la provincia de Nasca, es un importante hallazgo para la arqueología peruana".
Los hallazgos se lograron con el uso de vuelos planificados con drones y un software especializado que permitió analizar las imágenes para identificar la forma de los geoglifos, una labor que se extendió por cuatro meses con el apoyo del centro universitario y el ministerio de Cultura