Pablo y la catástrofe en Ribarroja

Pablo y la catástrofe en Ribarroja Fotografías cedidas a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

El exalcalde de un pueblo de Valladolid en la zona 0 de la DANA: "El hilo entre la vida y la muerte es muy fino"

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Pablo Villar Conde tiene 39 años y nació en el municipio vallisoletano de Villalar de los Comuneros. De hecho, llegó a ser alcalde entre los años 2007 y 2011 hasta que decidió dar un giro a su vida y marcharse, el 15 de septiembre de 2010, a Ribarroja del Turia.

La localidad valenciana ha sido una de las más afectadas por la DANA que azotó el pasado martes, 29 de octubre, a varios municipios. De hecho, allí, 3.000 vecinos continúan incomunicados.

El alcalde del pueblo, Robert Raga, pidió este lunes, 4 de noviembre, “restablecer la conexión de las urbanizaciones de la zona Norte del municipio”, después de que la tromba de agua lo destrozara todo.

“Me considero un ciudadano más. Entre las cosas que me ha aportado el hecho de ser alcalde se encuentra el interés público. El interés general por encima de todo. Eso vertebra mi figura tras una legislatura como regidor y mi puesto ahora como servidor público”, afirma Pablo Villar en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.

El día de la catástrofe, ese último martes de octubre fatídico ya que deja más de 200 muertos en la zona, nuestro entrevistado se dirigió a una reunión en una localidad cercana que finalmente no se pudo realizar.

“No podía acercarme hasta allí. Salí de Utiel después de que la cosa se complicara y llegué a casa justo lloviendo. Caía el agua y a las 19 se fue la luz y a las 20 la cobertura. A las 20.20 nos llegó la alerta de que no saliésemos de casa”, apunta Pablo.

El exalcalde de Villalar de los Comuneros intentó llegar a su puesto de trabajo al día siguiente sin éxito. Volvió a la casa de la madre de sus hijas, cargó el móvil y se empezó a percatar del desastre que había a su alrededor.

La riada en Ribarroja

La riada en Ribarroja Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Una gestión lenta

“Soy un ciudadano más cuyo principio de vida pasa por conseguir hacer un futuro mejor para todos. Si entre todos luchamos por el bien de todos es más fácil que la especie siga progresando”, explica Pablo.

Añade que el día de la catástrofe su vida “no estuvo en riesgo” ya que su casa estaba a un kilómetro de donde se pudo apreciar el torrente de agua. Por suerte para él no ha perdido a ningún ser querido tras la brutal Dana.

La gestión de la catástrofe ha sido lenta. Desde mi punto de vista se tiene que actuar de una forma más rápida y eficaz. No entiendo que los vecinos digan que no tienen agua o mantas cuando la administración puede hacer un contrato de emergencia que puede ser hasta verbal”, añade.

Asegura que “es triste” como las diferentes administraciones “están a la gresca entre ellos” y pide que “sean capaces de apoyar y cubrir las necesidades de la ciudadanía” porque “aún queda mucho por hacer”.

Pablo y compañeros tras el desastre por la DANA en Ribarroja

Pablo y compañeros tras el desastre por la DANA en Ribarroja Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

La vida y la muerte

“Va a ser difícil cuantificar el número de muertos. Los desaparecidos que llevan seis días sin que nadie haya dado con ellos no serán supervivientes. Recuerdo el viaje de vuelta del trabajo ese día. La autovía tenía mucha agua. Brincaba de forma violenta”, añade.

Ahora trabajan en la zona 0. La cosa sigue estando “muy mal”. Hay muchas zonas del municipio que siguen “llenas de barro y de enseres” y que continúan “sin alumbrado público y agua”.

Queda mucho por hacer. Hemos quitado coches que estaban volcados de alguna calle, pero quedan muchas por limpiar a fondo”, explica, añadiendo que “el hilo entre la vida y la muerte es muy fino”.

“Estaba viendo llover por la ventana y a un kilómetro de mi casa había gente ahogándose en el polígono que era un lugar que se había convertido en río. El futuro, pese a todo, lo veo con optimismo. Queda mucho trabajo por delante, pero hay mucha gente, sobre todo joven, que ha venido a ayudar. Eso es muy importante”, finaliza.

Las labores continúan en la zona 0 de la peor DANA de la historia de España.