Romper una relación sentimental es algo doloroso y complicado. Todos aspiramos a una ruptura civilizada, que no duela y que sea consensuada, evitando que ninguno de los miembros de la pareja sufra. Sin embargo, no todo sale siempre a nuestro favor.
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Cuando estamos en una relación, esperamos encontrar un espacio seguro de cuidados donde poder ser nosotros mismos. Cuando esto no transcurre como esperábamos, o ese espacio se rompe de manera abrupta, suele ser difícil gestionarlo y aparecen sentimientos como el dolor, la culpa, o echar de menos la ausencia que implica una ruptura.
Una reacción muy frecuente es querer borrar todo rastro del paso de tu expareja por tu vida y no querer saber nada de la otra persona, pero en la sociedad en la que vivimos esto se ha complicado debido a la aparición de las redes sociales, que van a dificultar el esperado —y necesario— olvido.
Además, al compartir una relación, es muy probable que tu expareja frecuente los mismos espacios que tú e incluso compartáis amistades.
El síndrome de Voldemort
Al producirse una ruptura, hay personas que, debido al dolor, optan por borrar todo rastro de esa persona, incluso su nombre. Esto se conoce como ‘el síndrome de Voldemort’, es decir, no querer nombrar a tu ex por si se te aparece.
Si nunca has visto Harry Potter, Voldemort es el villano de la saga, al que se suelen referir como ‘el que no debe ser nombrado’, ya que todos los magos fueron criados para temerle y se les prohibió pronunciar su nombre.
Este síndrome es una forma del cebero para afrontar una ruptura, y se caracteriza por hacer desaparecer todo rastro de tu expareja: deshacerse de las fotos juntos, de los regalos, de objetos que tienen un significado especial, cambiar la decoración de la casa por completo o incluso mudarte.
También es habitual cambiar los hábitos diarios para evitar cualquier encontronazo. Por ejemplo, elegir otro camino para ir a un lugar si sabes que existe una mínima posibilidad de encontrártelo, o dejar de acudir a tu restaurante favorito porque también le gustaba a tu ex. La idea es vivir como si esa persona no hubiera existido nunca.
Esta técnica, aplicada a las redes sociales, se conoce como sanitizing, término que en inglés significa higienizar. Con él, limpiaremos por completo cualquier rastro de una expareja en redes sociales, llegando a bloquearle y a, por supuesto, eliminar su número de teléfono.
Quienes sufren el llamado “síndrome de Voldemort” lo que en realidad están haciendo es aplicar el contacto cero y llevarlo al extremo para superar la ruptura.
Según la psicóloga María Esclapez, la idea del contacto cero parte de la premisa de que, dejando de tener cualquier estímulo relacionado con la pareja, evitaremos alargar el sufrimiento psicológico asociado a la ruptura. Es decir, alejarse y fingir que no ha existido para evitar sufrir más.
Si bien, cada uno lidia con las rupturas de la mejor manera posible, psicólogos y expertos en relaciones advierten que este tipo de comportamiento, si bien puede ser una respuesta natural e inmediata al dolor, no es saludable a largo plazo.
Evitar conscientemente a una persona o los recuerdos asociados a ella puede llevar a un efecto contrario al deseado, intensificando el impacto emocional de esos recuerdos cuando eventualmente emergen.