Una de las peores sensaciones que podemos experimentar al salir de la ducha es secarse el cuerpo con una toalla acartonada, ya que habitualmente raspa la piel y genera un tacto poco agradable. Esto sucede habitualmente porque se trata de uno de los textiles que más se usan en el hogar y que más se lavan, lo que origina que las toallas se deterioren con el paso del tiempo, haciendo que se vuelvan más rígidas y ásperas.
Al igual que sucede con cualquier otro tejido, para que esto no suceda se necesitan una serie de cuidados que hacen que se puedan mantener suaves y esponjosas durante más tiempo. Para lograrlo, te compartimos el truco definitivo de los hoteles para que queden como nuevas.
Lo primero que se debe hacer para alargar la vida útil de las toallas es que se debe dejar que se sequen antes de introducirlas en el cesto de la ropa sucia tras su uso. Asimismo, los fabricantes también aconsejan lavarlas una vez por semana y tenderlas en cuanto finalice la lavadora para evitar que se cojan mal olor.
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De igual forma, hay otras recomendaciones que hay que tener muy presentes para evitar las toallas acartonadas, entre las que tenemos que destacar las siguientes:
- Lávalas separadas del resto de la ropa: las toallas se deben lavar por separado del resto de la colada. El motivo de hacerlo de esta manera es que así se consigue evitar que las pelusas de las toallas se acaben transfiriendo a otras prendas. Por lo tanto, es preferible que se opte por reunir varias toallas y limpiarlas juntas.
- Limita el número de toallas: aunque hay que evitar lavarlas con otras prendas y es buena idea reunir varias de ellas para limpiarlas al mismo tiempo, es necesario saber que no se debe evitar el tambor de la lavadora en su totalidad con toallas, ya que en ese caso estas no se podrán lavar bien.
- Usa jabón líquido: en el lavado de las toallas, para que queden perfectas, es aconsejable optar por el uso de jabón líquido en lugar de aquellos productos en polvo, puesto que estos últimos se disuelven mucho peor que los primeros.
- Evita el uso de suavizante: el suavizante es utilizado con frecuencia para lavar todo tipo de prendas, pero para las toallas no es para nada recomendado. Esto se debe a que su utilización hace que se cree una capa sobre las fibras de las toallas que dificulta su capacidad absorbente, a lo que hay que sumar que, con un uso continuado, hará que pasado un tiempo aparezcan olores desagradables. En su lugar, puedes usar vinagre, un gran aliado para la limpieza de prendas de ropa y otros textiles.
- Usa la cantidad adecuada de detergente: para conseguir que las toallas queden como nuevas se deben utilizar la cantidad de detergente que recomienda el fabricante y no superarla, ya que echar más detergente, al contrario de lo que muchas personas piensan, no supone que las toallas queden más limpias. De hecho, puede provocar precisamente lo contrario porque puede generar residuos que queden impregnados en los tejidos.
- Ten cuidado con la temperatura: antes de proceder al lavado de una toalla es necesario que compruebes su composición, ya que no se lava igual una toalla de algodón que otra que se encuentre fabricada con fibras sintéticas. Mientras que las primeras se lavan a unos 40 °C, estas últimas no deben superar los 30 °C. Es muy necesario cerciorarse de este aspecto para conseguir que queden como nuevas y que no se dañen en el lavado.
- Sécalas adecuadamente: por otro lado, también hay que dar importancia al secado, siendo preferible hacerlo al aire libre, siempre a la sombra y evitando la luz directa del sol. Si no es posible y se dispone de secadora, también se puede utilizar para conseguir que queden como nuevas.
Trucos para conseguir unas toallas más suaves y esponjosas
Una vez vistas las recomendaciones básicas para conseguir que las toallas queden como nuevas y ya no estén acartonadas, debes conocer una serie de trucos que te harán lograr que estén más suaves y esponjosas:
Uno de ellos pasa por recurrir a un truco casero que consiste en combinar vinagre y limón, para lo cual solo tendrás que llenar un barreño lo suficientemente grande para que quepan las toallas, con agua fría, para verter en él un chorrito de vinagre y otro de limón. A continuación, habrá que sumergir las toallas en la mezcla durante aproximadamente 30 minutos, dándole vueltas para conseguir que la mezcla se absorba bien.
Luego tendrás que enjuagar bien las toallas con agua fría para deshacerte de los restos de limón y el vinagre, debiendo escurrirlas bien para finalmente introducirlas en la lavadora con un programa de lavado en frío y con la cantidad justa de detergente.
Otra opción es optar por combinar vinagre blanco y jabón, una gran alternativa al truco anterior. Para ello, cuando laves las toallas deberás añadir al cajetín del detergente un poco de vinagre blanco mezclado con un poco de jabón, si bien siempre habrá que tener en cuenta las instrucciones del fabricante.
A través de estos dos pequeños trucos, que se basan en combinar dos ingredientes que todo el mundo tiene en su casa, podrás conseguir que las toallas pasen a estar más suaves y esponjosas, de forma que también mantengan estas características durante mucho más tiempo.