A la hora de lavar la ropa es habitual que se cometan algunos errores por desconocimiento que pueden afectar a la eficacia en la limpieza y la propia durabilidad de las prendas, pero también que pueden tener sus consecuencias en lo que se refiere a la higiene.
Las prendas de ropa nos acompañan a lo largo de nuestro día, e independientemente de que se sude o ensucie más o menos, hay que tener en cuenta que su propio uso y los lugares por los que se pasa hace que la ropa se adquiera suciedad. En este sentido, Charles Gerba, microbiólogo de la Universidad de Arizona, ha desvelado lo que casi ningún español hace, y que consiste en cada cuánto hay que poner la lavadora.
Por lo general, recomienda que se limpie la ropa que se utiliza para salir a la calle una vez a la semana, pero existen algunas prendas cuya limpieza se suele descuidar, entre ellas una que debería ir a la lavadora una vez por semana por la exposición a los microbios y que habitualmente pasa semanas e incluso meses sin hacerlo.
Gerba habla de los abrigos de invierno, donde habitualmente se acumulan muchos virus y bacterias, lo que viene derivado de la alta exposición a los gérmenes en espacios públicos cerrados como el metro, el tren o el autobús.
Por su parte, Graham Snyder, director médico de prevención de infecciones y epidemiología hospitalaria del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, ha lanzado un mensaje de calma a pesar de todo, asegurando que las posibilidades de que una persona se enferme por no cambiarse de ropa de forma inmediata al llegar a casa son mínimas. No obstante, sí que ha destacado que es imprescindible separar la ropa limpia de la usada al llegar a casa.
¿Con qué frecuencia debes lavar la ropa?
La frecuencia de lavado de las prendas es mucho más importante de lo que se pueda pensar, pues hacerlo más o menos a menudo tiene una serie de beneficios e inconvenientes tanto para el medioambiente como para la salud y con respecto a la durabilidad de los tejidos.
En función de diferentes criterios y características, la frecuencia de lavado puede variar, si bien, por lo general, conviene seguir estas indicaciones según el textil del que se trate:
- Ropa nueva: antes de utilizar cualquier prenda nueva, es conveniente lavarla para eliminar cualquier rastro de suciedad, así como posibles gérmenes o sustancias químicas que hayan podido estar en contacto con la prenda durante su proceso de fabricación y almacenamiento.
- Ropa de invierno: los abrigos se suelen lavar con poca frecuencia, pero los expertos insisten en la necesidad de lavarla al menos una vez a la semana. En lo que respecta a bufandas, guantes o gorros, es posible introducirlos en la lavadora en torno a una vez al mes, aunque todo dependerá del uso que se les dé.
- Ropa deportiva: las prendas de ropa destinadas a su uso durante la práctica deportiva están expuestas al sudor, sobre todo en el caso de las sesiones más intensas. Para poder mantener la frescura de las prendas y prolongar su vida útil, en este caso es imprescindible que se laven después de cada uso. En caso contrario podrían dañarse e incluso adquirir malos olores.
- Camisetas y suéteres: la frecuencia del lavado de camisetas o suéteres dependerá del tipo de tejido del que se trate. En el caso de las prendas de algodón, seda o cashmere es posible lavarlas tras dos o tres usos, mientras que en el caso de los jerséis de lana o materiales sintéticos puede ser suficiente con hacerlo tras unos cuatro o cinco usos. Por su parte, las camisetas y las camisetas de tirantes, al estar en contacto directo con la piel, conviene lavarlas tras cada uso o cada dos usos para mantener su higiene.
- Pantalones: en el caso de los pantalones podemos encontrarnos grandes diferencias en función de su tejido, pues los pantalones convencionales se pueden lavar tras 2-3 usos, mientras que los vaqueros, que tienen mayor resistencia frente a los olores, podrán incluso utilizarse 5-6 veces sin problemas. De hecho, si los jeans presentan alguna mancha, podría ser conveniente tratar de limpiarlas de forma individual en lugar de lavar toda la prenda.
- Ropa interior: la ropa interior, tanto de hombres como de mujeres, al estar en contacto directo con la piel, absorbe tanto sudor como sebo y otros residuos corporales, motivo por el que en su caso es imprescindible lavarla después de cada uso para una higiene adecuada.
- Toallas: las toallas son propensas a acumular bacterias y humedad, lo que puede acabar derivando en diferentes problemas de salud. Es por ello por lo que se recomienda lavar las toallas de baño sin que pase más de una semana de uso, aunque en lugares húmedos se recomienda hacerlo cada 2-3 días. Por su parte, las toallas de mano, que habitualmente son utilizadas por varias personas en varias ocasiones cada día, deberían lavarse cada un máximo de dos días.
Estas son solo algunas estimaciones a tener en cuenta con respecto a la frecuencia de lavado de las prendas en función de su tipo y tejido, si bien todo dependerá del uso de las prendas, las condiciones en las que se hayan puesto y la suciedad acumulada, entre otros. En todo caso, conviene lavar la ropa con menos frecuencia para beneficiar al planeta y a la durabilidad de los tejidos, pero al mismo tiempo no se debe descuidar su limpieza para proteger la salud.