Seguro que alguna vez te has hecho la siguiente pregunta: ¿por qué bostezamos los seres humanos? Y es que todos hemos sentido (y sentimos) este impulso involuntario de abrir la boca y respirar profundamente, incluso lo podemos acompañar de gestos corporales a modo de estiramiento o emitiendo algún sonido.
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Síntoma de cansancio
En muchas ocasiones, lo asociamos directamente al cansancio, la fatiga o la somnolencia. Esto podría deberse a que el cuerpo siente la necesidad de mantenerse despierto y alerta ante el agotamiento extremo. Pero, si bien es cierto que existe una conexión entre el bostezo y el agotamiento, hay otros motivos por lo que sentimos este impulso.
Comunicación social
También es habitual que al ver bostezar a alguien inmediatamente sientas el deseo irrefrenable de imitarlo. Y es que sí, los bostezos pueden ser considerados como un acto contagioso y universal. Esta curiosidad ha llevado a los científicos a investigar qué hay detrás de esta acción. ¿Existe una conexión entre el bostezo y la empatía?
Un estudio publicado en la revista Current Biology en 2011 descubrió que las personas que presentaban un mayor grado de empatía tenían más probabilidades de contagiarse con un bostezo. Se ha demostrado, además, que 62 de cada 100 personas repiten este acto involuntario por imitación.
Capacidad termorreguladora
Otra de las posibles causas atribuibles la han encontrado los científicos Gary Hack y Andrew Gallup de la Universidad de Princeton, y cuyo estudio ha sido publicado en la revista Medical Hypotheses.
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Ambos investigadores afirman que al bostezar se expanden y se contraen las paredes del seno maxilar y se bombea sangre al cerebro, lo que ayuda a regular la temperatura de este órgano. Esto se produce por el enfriamiento de la sangre que circula hasta el cerebro al entrar aire a través de la boca.
Sistema de alerta
Otra de las teorías señala que, al aumentar la ingesta de oxígeno por el bostezo, se produce un aumento del estado de alerta. Sin embargo, se necesita más investigación para determinar si este incremento en la oxigenación tiene un impacto realmente significativo en este tipo de estado.
¿Solo los humanos bostezamos?
Seguro que en alguna ocasión has tenido la oportunidad de ver alguna especie animal bostezando, y es que no es un gesto involuntario exclusivo de los seres humanos, pero ¿cómo es posible?
Todo parece apuntar a que se trata del resultado de millones de años de evolución, además de cumplir funciones similares en diferentes especies. Algunos ejemplos de animales que bostezan son los pingüinos, como ritual de apareamiento; los leones, para demostrar dominio y delimitar su territorio; o los perros, para regular su temperatura corporal.
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Los intentos de la ciencia por buscar explicaciones certeras de por qué los seres humanos y animales bostezamos no ha cesado. Sin embargo, las existentes parecen no terminar de explicar al completo este comportamiento.
En este sentido, todavía quedan muchas interrogantes por disipar en torno a este peculiar y sencillo gesto. Los avances científicos están transformando el mundo tal y como lo conocemos, por lo que es probable que sigamos desentrañando las incógnitas detrás de este acto aparentemente simple, pero sorprendentemente intrigante.