"A Espada de Mouruás": una suerte de tributo a la historia real de la Excalibur gallega
Dirigido por la actriz y directora gallega Lucía Álvarez, el documental profundiza en las raíces de esta daga oculta en San Xoán de Río durante más de 3000 años y su relación directa con el nacimiento de la cultura europea
11 febrero, 2024 05:00Desde Galicia a las Antípodas, no hay leyenda más mítica, ni tampoco rincón en el mundo en el que no se haya oído hablar de la historia de Excalibur, la legendaria y mágica espada forjada por el mago Merlín que el Rey Arturo logró empuñar antes de convertirse en el legítimo soberano de Inglaterra. No obstante, a menudo la realidad supera a la ficción y así lo demuestran documentales como el de "A Espada de Mouruás". Dirigido por la actriz, directora y productora gallega Lucía Álvarez (San Xoán de Río, 1987), la pieza audiovisual se sumerge en las raíces más profundas de una daga de bronce que se mantuvo oculta, durante más de 3000 años, bajo las recónditas tierras de un lugar de la provincia de Ourense conocido como Pena dos Castros y que finalmente resultó ser un arma única en Galicia. En pocas palabras, la espada de Mouruás es, sin atisbo de dudas, una auténtica Excalibur del mundo real.
"El espectador se va a encontrar algo que para mí es asombroso, que el mito de Excalibur podría partir de esta espada, pues Mouruás formaba parte de una camino que conectaba Europa con las Islas Británicas", señala Lucía. "Esas no son espadas de guerra sino que eran utilizadas como ofrendas o símbolos de poder, y suelen aparecer en el agua. Esta en concreto apareció enclavada en una roca exactamente como el mito de Excalibur". Un viaje documental que profundiza en las raíces de este fascinante objeto que, del mismo modo que lo hará con el público en un futuro, también logró cautivar a su directora durante el proceso de grabación. "Es cierto que es una historia que yo había escuchado desde pequeña, pero que siempre la había tenido como algo mágico", relata Lucía, quien reconoce que el verdadero valor de la espada la atrapó una vez ya iniciado el proyecto, cuando hace sólo unos años, mientras se catalogaba el yacimiento, pensó que sería una buena idea grabar todo el proceso. "Me encontré con una historia brutal", afirma la gallega.
"Con el documental también me he dado cuenta que valoramos muy poco lo que tenemos y, a veces, incluso lo damos por supuesto, mientras que si estuviera en la otra parte del mundo iríamos corriendo a verlo (…) Resulta que nací en un sitio que tiene una historia muy potente y todavía, ahora, que la tengo documentada y filmada, me siento como con pudor de contarlo porque parece que estoy alardeando de algo y realmente estoy contando la historia tal y como fue", reflexiona la directora sobre el caso de Mouruás y el ingente patrimonio material e inmaterial de Galicia que todavía espera su momento para ser reconocido o puesto en valor.
Rescatando parte de la historia y cultura de Galicia
"Yo soy actriz ―dice Lucía Álvarez― y para mí el teatro es la madre de todos los corderos, lo que me une y me pone los pies en la tierra en esta profesión". Sin embargo, esta gallega natural de San Xoán de Río reconoce que encontró en el cosmos del cine y la dirección una "evolución lógica" y una nueva "vía para expresarse, emocionar y compartir con el público ciertas visiones o maneras de ver el mundo"; para contar, en este caso, uno de los secretos mejor guardados del interior Galicia: la historia real detrás de la bautizada como "Excalibur gallega". Con un guión elaborado por José Ramón Fernández, Premio Nacional de Literatura Dramática; y una banda sonora obra del músico de Trives, Gutier Álvarez; el documental sigue ahora su curso por los festivales de cine antes de recalar en televisión. Además, como todos los proyectos audiovisuales de Lucía Álvarez, A Espada de Mouruás también dispone de subtítulos inclusivos para que esta apasionante historia pueda llegar a todos los espectadores.
El origen de la espada de Mouruás hunde sus raíces en la Edad del Bronce Final, alrededor de los siglos IX o X a.C, en una época en la que los los fenicios establecieron las primeras rutas y relaciones comerciales (que más tarde aprovecharon los romanos) con las distintas tribus existentes en la Península Ibérica, entre ellas los ibéros, celtas y tartessos. Fue también en este período de tiempo en el que, según se cree, un guerrero o guerrera (pues existen indicios de ello) clavó sobre la roca esta espada que permaneció incrustada en el mismo lugar durante más de tres milenios. Lo cierto es que no sería hasta el año 1967 cuando se produciría el hallazgo fortuito de la pieza, durante la construcción de una carretera que llevó a dinamitar la zona de la Pena dos Castros y sacó a relucir la espada y otros tantos tesoros ―torques, pulseras y aros― de los que nunca más se supo tras su robo. De hecho, y aunque ahora forma parte de la colección permanente del Museo Arqueológico Provincial de Ourense, el paradero de la espada fue durante muchos años un absoluto misterio hasta que una maestra llamada Nemesia Blanco logró rescatar el bronce mediante un anuncio en la prensa.
El testimonio vital de Nemesia, junto a los aportados por varios historiadores y antropólogos, se unen al relato de A Espada de Mouruás en una suerte de tributo a la verdad y al enorme patrimonio de esta pequeña aldea de San Xoán de Río. Para ello, el documental avanza en su metraje acompañándose de la voz en off de la propia Lucía Álvarez, quien narra esta especie de cuento a través de la mirada inocente de un niño que va descubriendo una parte de sus orígenes, interpretado por Martín Mazarías Álvarez, sobrino de la directora. "Para mí era la mejor manera de ir conociendo la historia, a través de los ojos de alguien que empieza a recorrer esos sitios por primera vez. Me gustaba ese simbolismo porque él es también parte de esto, es su historia real, la de sus padres, sus abuelos…de donde viene, porque al final es algo que nos atañe también a todos a nivel europeo", aclara la cineasta sobre su elección a la hora de abordar este tipo de narrativa visual y estructura documental para explicar, de alguna manera, ese vínculo fundamental que se formó hace miles de años entre la espada de Mouruás y el nacimiento de la cultura europea.
"Amor de Madre" y otros proyectos en camino
Del drama médico de Urxencia Cero a conquistar Netflix de la mano del thriller policíaco de O Sabor das Margaridas. De Hasta el Alba, documental de Horacio Alcalá sobre la Compañía Nacional de Danza de España, al reflejo de los narcos del mar con la aclamada serie de Vivir sin permiso. Lucía Álvarez ha demostrado ser una actriz versátil y todoterreno en todas y cada una de sus facetas interpretativas, sin importar el idioma o el género audiovisual. Un desarrollo artístico y creativo que se ha ido extendiendo poco a poco desde ese universo interpretativo hasta la dirección, logrando impregnar del mismo modo las narrativas de la gran pantalla con una visión única e inclusiva para cada historia que lleva implícita la firma de esta gallega.
"Yo hago cine para todo el mundo, lo que significa que también es inclusivo para personas con pérdida auditiva (…) Siempre hago muchísimo hincapié en esto porque trabajo con personas con problemas de audición o sordas, y creo de verdad que la cultura es un derecho que todos tenemos", apunta esta actriz y directora ourensana que el pasado mes de noviembre se convirtió en la primera persona del mundo de las artes en recibir el Premio Nacional Accesibilidad 2023. De hecho, uno de sus últimos proyectos audiovisuales, Amor de Madre, traslada al cine el relato homónimo de Almudena Grandes y cuenta con la presencia de una actriz sorda de largo recorrido en las artes escénicas, Ángela Ibáñez, que se suma al elenco del cortometraje protagonizado por Esperanza Elipe y en el que también podremos ver a rostros como el de Dafne Fernández, Jorge San José, Ginés García Millán y el gallego Denis Gómez entre otros. "La peculiaridad que tiene es que no he tocado ni una sola coma del texto de Almudena", reconoce la cineasta. Además, tal y como avanza la propia Álvarez, entre los proyectos audiovisuales que verán la luz este año bajo su firma también se encuentra un largometraje en forma de documental ficcionado dedicado a la figura del "Manuel de Falla más flamenco a través de los ojos de María Lejarra".