Los primeros pasos de los bebés son siempre uno de los momentos más especiales de su crecimiento, pero también una etapa de emociones, miedos y responsabilidades para los padres, sobre todo a la hora de elegir algo aparentemente tan sencillo como es el calzado que debe usar. Y es que elegir el adecuado para dar sus primeros pasos es fundamental para su correcto desarrollo, sobre todo en esa fase de aprendizaje de la marcha. Por ello, desde EL ESPAÑOL mostraremos las claves que hay que tener en cuenta para elegir correctamente el calzado de los más pequeños.
Según un estudio realizado por el Instituto Nacional de Pediatría de México, los bebés tienen una gran sensibilidad táctil en los pies, lo que les ayuda a conocer el mundo que les rodea. Por eso, lo primero a destacar es que durante los primeros meses de vida camine descalzo o con calcetines antideslizantes por diferentes superficies y terrenos para explorar y aprender. De esta forma, se favorece el desarrollo psicomotor, se estimula el sentido táctil y se tonifican los músculos del pie. Además, se evita la compresión y la deformación por un calzado inadecuado.
No obstante, hay ocasiones en las que el bebé necesita usar zapatos, como cuando hace frío. En estos casos se recomiendan patucos ligeros, preferentemente de algodón o lana. En este sentido, es importante que la puntera sea ligeramente redonda o cuadrada para que se adapte mejor a la forma del pie y la suela sea lisa y no supere los 2 o 3 mm. El interior del calzado debe tener un acabado suave, sin costuras, y la parte trasera debe ser alta para evitar que el pequeño pierda los zapatos.
Cuando los bebés comienzan a gatear se debe cambiar inmediatamente este calzado para proteger los dedos y el talón de posibles golpes. Por eso se recomienda que los zapatos tengan refuerzos externos en la puntera o el talón, pero que sean flexibles y ligeros. Además, la suela debe ser antideslizante y no muy gruesa, para que el bebé pueda sentir el suelo y equilibrarse mejor.
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Con los primeros pasos el calzado adquiere una mayor importancia, ya que debe facilitar el desarrollo de la marcha y la estabilidad del pie. Por eso se recomienda que estos nuevos zapatos tengan un contrafuerte firme y alto que sujete el talón y evite que se desvíe.
La talla adecuada
Asimismo, otro de los desafíos que sufren los papás y mamás primerizas es dar con la talla de calzado para el bebé. Un zapato demasiado pequeño o demasiado grande puede causar problemas en el pie, como rozaduras, ampollas, callos, uñas encarnadas o deformidades.
Para comprobar si es la talla adecuada, lo más recomendado es comparar la suela del calzado con la planta del pie del menor. Si notas que hay un espacio de unos 10 mm entre el dedo más largo del bebé y el zapato, significa que le queda bien.
No obstante, es fundamental medir el pie del bebé cada dos o tres meses y cambiarlos cuando sea necesario ya que en los primeros meses y años de vida el pie suele crecer casi a diario. Además, los expertos desaconsejan usar zapatos heredados o prestados, ya que cada niño tiene una forma de pie diferente.