Con la llegada de la época estival, llega también la temporada de fruta más variada. Albaricoques, ciruelas, mangos, melones, sandías... Las altas temperaturas nos obligan a estar continuamente hidratados y, a falta de un vaso de agua, las frutas pueden convertirse en grandes aliadas. La sandía y el melón tienen más de un 90% agua, así que son un complemento perfecto para los calurosos días de verano.
Lo habitual es comprar estas frutas enteras o, en su defecto, en porciones de diferente tamaño, como mitades o cuartos. Sin embargo, en los últimos tiempos, se ha puesto de moda la venta de fruta ya cortada y envasada. Además de las críticas por el consecuente uso de plásticos, la compra de este tipo de productos no es la más aconsejable, debido a una serie de inconvenientes.
La sandía y el melón se sitúan en el cuarto y quinto puesto de las frutas más consumidas en España. Son especialmente populares en Cataluña, la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, y es que, además de hidratación, estas frutas tienen gran cantidad de nutrientes y proporcionan muchas vitaminas, minerales y antioxidantes. Además, cuentan propiedades diuréticas y bajo valor calórico, por lo que son perfectas para quien está a dieta o en procesos adelgazantes.
Como explicábamos, las familias suelen las frutas enteras o en grandes porciones. Pero la irrupción de la sandía y el melón cortado han cambiado levemente los hábitos de consumo. Ahora es más cómodo comer este tipo de frutas así, pues ya no es necesario cortarlas. Además, al no comprar tanta cantidad, no se termina poniendo mala en la nevera. Pero más allá de estos beneficios, el resto son inconvenientes.
Los contras de este nuevo tipo de consumo son numerosos. En muchos establecimientos, estos alimentos, que ya han sido manipulados, no se guardan refrigerados. La nutricionista y tecnóloga de alimentos Beatriz Robles, contó al HuffPost que "no los recomiendo ni aunque estén en la nevera, porque no sabemos cuánto tiempo llevan cortados".
Al cortar fruta estamos rompiendo la barrera que protege la parte comestible del ambiente exterior, por lo que Robles añadió que "si no se mantiene refrigerada, entonces se favorece el crecimiento de los microorganismos y, como es un alimento listo para el consumo, no hay ningún tratamiento posterior que mejore sus características higiénicas".
Sin embargo, no se descarta que, una vez hayan llegado a casa, sean los propios consumidores los que corten la fruta y la metan directamente en el frigorífico. "Al llegar a casa si lo queremos hacer, podemos sin problema. Eso sí, primero hay que lavarla antes debajo del grifo con agua y un cepillo y guardarla en el frigorífico inmediatamente después de cortarla", explicó Beatriz Robles al HuffPost.
Todos estos consejos son fundamentales a la hora de consumir frutas, sobre todo en verano, donde las altas temperaturas pueden causar estragos. Por eso, lo más recomendable es comprar el melón y la sandía enteros, meterlos en la nevera e ir cortando porciones a medida que se vayan a consumir. Puede que este proceso provoque más pereza que comprar un tupper de plástico con los trozos ya cortados, pero con este método estaremos ayudando al planeta y a nuestro organismo.