Se dio a conocer vendiendo sandías a menor precio que las grandes superficies. Cosechó reconocimiento con su baratísimo menú para llevar. A Carlos Moreno no se le acaban las ideas para hacer más fácil la vida al cliente… y al proveedor. Este periódico informó ya de la apertura de La Trastienda, el supermercado cuya máxima es beneficiar a todos los miembros de la cadena de valor: Ahora, hay novedades.
“Tenemos ya 26 establecimientos repartidos por toda España y, para comienzos de año, yo auguro tener ya 100 tiendas en el país” cuenta Moreno en conversación con EL ESPAÑOL. Carlos alberga la visión de una cooperativa que se extienda por toda la geografía nacional, donde los clientes encuentren los productos que necesitan por un precio justo, mientras que los proveedores obtengan el rédito que merecen por el fruto de su trabajo. En resumidas cuentas, un negocio donde todos salgan ganando.
Con ello, busca acabar con los “abusos” que se vierten desde las grandes superficies, como Lidl. A diferencia de estas cadenas mayoritarias, obsesionadas a su juicio con hacerse millonarios aun en perjuicio de la gente, La Trastienda busca hacer más fácil la vida a toda la cadena de producción, a todos los que trabajan día sí y día también por ganarse el pan.
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“Nuestra idea es ayudar a los productores, a los agricultores, convertirnos en su cliente principal y distribuir sus productos por nuestras tiendas. Tanto ellos como nosotros obtendremos beneficios”, explica. “Todos vivirán de lujo”.
En estos nuevos mercados, la idea consiste en aplicar el método con el que Carlos comercializó las sandías. Lo primero que hay que tener en cuenta es que, en los negocios de La Trastienda, no existe la figura de los intermediarios. Por tanto, no tienen que pagar a terceros que muevan el producto desde el lugar de obtención hasta el punto de venta. Ese trámite se lo ahorran.
– ¿Cómo pretende expandir el negocio a escala nacional sin ayuda de los intermediarios?
– La clave reside en la colaboración de todas las familias que llevarán un establecimiento de la Trastienda. Cada una de ellas negocia con proveedores locales y se asegura una oferta de productos para su local. Ya tenemos varios acuerdos con agricultores de varios puntos de España.
El segundo paso, pagar lo justo a los proveedores. Mientras que, a su juicio, las empresas escatiman el dinero a la hora de obtener el producto, lo cual, en muchas ocasiones, implica salir fuera del país en busca de mercados más económicos, pero con menos controles, la Trastienda se nutre, eminentemente, de agricultores y ganaderos de la zona. Y, según Moreno, pagando lo que corresponde.
“Si hay que pagar un poco más por el producto, se paga y ya está. Al final, el agricultor apreciará la conveniencia de hacer negocio con nosotros y nos proporcionará el producto con preferencia”, arguye Moreno.
Por último, solo hay que ofrecer un precio razonable. Nada de márgenes inverosímiles, de aumentos inusitados. “Nos movemos en un margen del 30 al 35 por ciento con respecto al precio de compra al proveedor”. En el caso de las sandías, que trajo la fama a Moreno, tras adquirirlas por unos 70 céntimos por kilogramo, les da salida por menos de un euro.
Nada que ver con el margen con el que trabajan supermercados conocidos, en los que esta fruta, cuya cosecha no ha sido la más exitosa, se llega a vender por precios que rebasan el euro y medio. Más del 100 por ciento de margen de beneficio. Para Moreno, dicho aumento solo se puede explicar a través de su avaricia. Una avaricia que, advierte, “acabará rompiendo el saco".
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Como asegura con énfasis el empresario, ya ha recibido a varios tenderos y trabajadores interesados en copiar su idea y adoptar su imagen. Cada vez más gente quiere abrir una trastienda en su propio entorno. “Comí con un comerciante de Lérida hace unos meses que quería trasladar el concepto a su tierra”, narra Moreno. Incluso vienen de fuera de España.
“Me contactaron de Portugal para abrir La Trastienda allí”, recuerda el empresario madrileño. Según refleja la cuenta de Tik Tok @latrastiendaportugal, se inaugurará un local en la zona de Ribatejo para septiembre.
Un supermercado plagado de ofertas
Tras su fulgurante éxito con la venta de frutas y verduras, La Trastienda extendió su negocio a muchos otros sectores. En cuanto a las conservas, por ejemplo, presenta varias ofertas: dos latas de sardinas por 1,5 euros, mientras que en las grandes superficies suelen salir por ese precio de manera individual. También comercializan merluza y bacalao en salazón a cinco euros el kilogramo, un precio más propio de aquellos que van directos al mayorista.
Sin embargo, una de las grandes diferencias con respecto a los supermercados más conocidos se encuentra en el precio de la leche. En el caso de las grandes cadenas, los paquetes de seis unidades de litro suelen costar un total de 5,5 euros. Sin embargo, en los estantes de La Trastienda, estos paquetes de seis no pasan de 3,5 euros, un precio a todas luces más accesible.
Desde el año pasado, la cadena de supermercados, organizada como cooperativa, ha comenzado a vender de todo. Desde frescos hasta productos embutidos, La Trastienda amenaza con comerle cada vez más terreno a los actores tradicionales del mercado. “Es la revuelta; la gente está cansada”, recuerda Carlos.
“Tras tres fracasos, tengo las ideas muy claras”
Lo primero que piensa uno al conversar con Moreno acerca de su proyecto de expansión de La Trastienda es que una estrategia de este tipo no es viable. A nadie se le pasa por la cabeza que la gente abandone las grandes superficies para comprar en pequeños establecimientos. Nadie concibe un cambio que, para muchos, sería un retroceso a un comercio del que quedan ya contados ejemplos.
Sin embargo, para Moreno, se está cocinando una revuelta contra los grandes supermercados. En su opinión, todas las razones que las empresas de distribución esgrimen para justificar la subida generalizada de los precios se reducen a una sola palabra: excusas. “Se están haciendo mil millonarios con la pandemia y con la guerra; quieren seguir con los pelotazos”. El precio de las sandías durante este verano, en su opinión, constituye un nuevo ejemplo de su avaricia.
Preguntado por la escasez de estas frutas –situación que se explica por las desfavorables condiciones climáticas del campo español–, señala que, a pesar de que muchas han quedado completamente arruinadas, ello no merece una subida tan acusada de su precio. “Hay suficientes sandías, pero en las grandes superficies se infla el precio muy por encima de lo pertinente por pura avaricia”, denuncia Moreno, haciendo notar al mismo tiempo que, en poco más de quince días, el mercado va a rebosar de sandías gracias a la cosecha castellano-manchega.
Y, por ello, se ha decidido a lanzar su cadena de supermercados a bajo precio. “Se les puede tocar las narices a las grandes empresas y con ello ayudamos a clientes y proveedores”. Moreno asegura que él no saca ningún beneficio de la expansión del negocio.
"Tras confiar en gente que no debía y fracasar tres veces en mi vida", cuenta, "tengo muy claro lo que quiero hacer y cuáles son los pasos que tengo que seguir". "Yo ofrezco mis ideas a quien quiera venir a escucharme; solo quiero que se aproveche este modelo y que la gente se beneficie".