Cuando conocemos a personas con nombres pintorescos es inevitable pensar en el punto de crueldad de unos padres que decidieron acudir al Registro Civil, con la risa floja, y anotar a sus retoños con juegos de palabras que después los convertirían en carne de cañón. Sin embargo, la broma de una periodista australiana quizás supere a todos ellos al disponer que su bebé se llamase Methamphetamine Rules o, lo que es lo mismo, La metanfetamina mola. Un chascarrillo al que se prestó por el programa televisivo en el que trabaja y ha conseguido poner en jaque a los registradores, que lo dieron por válido.
Kirsten Drysdale en una conocida presentadora del canal ABC australiano, con residencia en Nueva Gales del Sur, que propuso a su audiencia aprovechar su embarazo para contestar a una de las preguntas del público formuladas en su programa WTFAQ. Esta sección busca responder a las cuestiones que más llaman la atención de los espectadores y una de las que más se repetía tenía que ver con las posibilidades legales que ofrece el Registro para nombrar a un bebé. Lo que no se imaginaba era que su ocurrencia la iban a dar por válida.
"Pensamos, '¿cuál es el nombre más escandaloso que se nos ocurre y que definitivamente no será aceptado?'", ha explicado Drysdale al portal australiano News.com, recordando que su idea era contar en primera persona qué sucedía cuando el Registro denegaba la primera propuesta de los padres, algo que no sucedió: "Creímos que seguramente iba a ser rechazado y luego, cuando eso pasara, averiguar qué nombre elegiría el registrador como alternativa", sostiene.
Metanfetamina, un nombre 'griego'
Pero la secuencia no siguió el guion establecido y Drysdale se encontró de repente acunando a La metanfetamina mola mientras miraba sorprendida a la hoja de inscripción validada del Registro en el que había sido inscrito con el surrealista nombre. Pasado el primer susto, la periodista ha podido demostrar, sin quererlo, que no son tan exquisitos los registrados e incluso recibió por correo el certificado oficial con el nombre de su hijo:
La madre reconoció que "no sé cómo coló", intentando buscar respuestas: "No estoy segura de si alguien tenía demasiado trabajo o si estaba automatizado en algún sitio", ha dicho, justificando con humor que "tal vez pensaron que metanfetamina era un nombre griego". Con todo, este final inesperado le ha servido para completar una trama televisiva que se ha podido seguir en el programa de ABC y también en sus redes sociales:
Un portavoz del Registro de Nacimientos, Defunciones y Matrimonios ha asegurado a los medios australianos que este caso les ha servido para reforzar sus procedimientos de respuesta, precisando que "la gran mayoría de padres no eligen para su bebé recién nacido un nombre que sea obsceno, ofensivo o contrario al interés público" y confirmando que había sido un error por su parte admitirlo. Asimismo, confirman que Drysdale podrá cambiar el nombre del bebé en los próximos días, pero ella ahora prefiere mantenerlo en secreto para "que no se vincule a esto, es hermoso y no tiene nada que ver con las drogas", asegura la periodista.