El tierno abrazo entre dos focas tras ser liberadas de una red que podría haberlas matado

Aunque haya quien se empeñe en seguir despojándolos de sentimientos, los animales no dejan de demostrar una y otra vez que establecen grandes vínculos afectivos. Algunos, como el Hachiko de Crimea del que hablábamos hace unos días, los cultivan con personas; mientras que otros ―las protagonistas de nuestra siguiente historia son un buen ejemplo de ello― se demuestran un gran afecto entre ellos. Tanto es así, que estas focas, después de ser liberadas de una red de pesca que a punto ha estado de acabar con su vida, regresaron al mar abrazadas.

Uno de los últimos estudios realizados estima que existen unos 2 millones de toneladas de plásticos en los océanos, una cantidad menor a la que se creía, pero con mayor proporción de residuos en la superficie. Han analizado los movimientos de esta basura marina durante cinco años y han constatado también que este material permanece décadas en el mar antes de degradarse. Las consecuencias de haberse convertido en este gran vertedero de basura son graves, especialmente para las miles de especies que se ven afectadas.

Esta problemática global ha aflorado estos días gracias a un vídeo que está alcanzando una gran popularidad en todo el mundo. Está grabado y publicado en Instagram por James Suter, un cineasta y guía privado que ayudó a liberar a un total de tres focas que se habían enredado en una red de pesca que las estaba estrangulando. Ocurrió el pasado domingo 10 de septiembre en el Parque Nacional de la Costa Oeste de Sudáfrica, mientras que Suter y sus amigos disfrutaban de un día de playa.

"Felices de saltar al océano"

"Afortunadamente pudimos rescatar a tres focas que estaban enredadas en una red", explica en Instagram, precisando que únicamente se puede ver la liberación de dos de ellas, pero sí se aprecia que hay una tercera ya en el agua. Con ayuda de una navaja que siempre llevan encima, pudieron cortar las redes que les estaban presionando el cuello, ayudándose de ropa para evitar que los animales pudiesen morderles. Dos cosas llaman mucho la atención de la tierna escena: cómo la primera foca liberada espera a su compañera y lo que hacen ambas al llegar al mar.

Suter lo tiene claro: "Se abrazan y se consuelan después de saltar felices al océano, libres de la red", valora, añadiendo que lo que ha ocurrido fue "un recordatorio de lo importante que es educarnos, limpiar nuestras playas y trabajar para garantizar que el plástico y otros residuos no lleguen a nuestros océanos, hay tanto plástico y otros desechos que no puedo imaginar lo que pasan los animales".