La historia que nos ocupa demuestra que los protocolos antisuicidio funcionan, pero también nos acerca a una situación rocambolesca que ha terminado por dejar en shock a su protagonista, quien ha relatado lo sucedido en Twitter. Él solo quería disfrutar del atardecer desde su azotea tomando una cerveza, pero terminó en el medio de un operativo de emergencia para evitar que se arrojase al vacío en Sevilla.
Fue este martes cuando Samuel Anaya, un joven biólogo sanitario que trabaja en el hospital sevillano del Sagrado Corazón de Bami, se disponía a beberse una cervecita en la azotea mientras llamaba a una amiga para ponerse al día, pero enseguida se percató de que el guardia de seguridad del centro médico, situado enfrente de su vivienda, recibía a un coche de la Policía Local: "Pensé que se había liado dentro, que no es la primera vez, y yo seguí a lo mío, hablando".
Empezaron a llegar más coches patrulla y, de repente, escuchó una voz que le dijo que "deje de hacer lo que está haciendo y no se tire". Se giró y vio a los agentes rodeándolo, explicando que los habían llamado porque "yo estaba gritando de que me iba a lanzar". "Os juro que mi cara era un cuadro", ha continuado, precisando que el policía informó por el walkie que estaba consumiendo alcohol mientras él intentaba relatar que solo estaba bebiendo una cerveza.
"Que salga Toñi Moreno"
"Llegan dos camiones de Bomberos con escaleras mecánicas para socorrerme, yo estaba llegando a un límite que casi no sabía ni cómo me llamaba", confiesa, narrando cómo le obligaron a abandonar la azotea para llevarlo custodiado a su piso porque "no terminaban de fiarse de mí" a pesar de que les había explicado que "habría sido un mal entendido, que no yo tenía ganas de tirarme ni que había estado gritando":
Una vez en su vivienda, la Policía le pidió la documentación, diciéndole "la que has liado por tomarte una cerveza". Samuel se quedaba solo al fin y, tras un tiempo de asimilación, decidió bajar al hospital para saber qué había pasado para dar la alarma. Llamó al guardia de seguridad y este "empezó a recular y a echar balones fuera", de modo que "en un par de horas había localizado a todas las personas que habían dado el aviso".
Explica además el joven que algunos eran pacientes "que me vieron desde la ventana y otros dos era trabajadores que se asustaron al ver a una persona al borde de la azotea". Samuel finaliza su relato confesando que "anoche contemplé mi propio suicidio sin quererlo yo, literalmente estuve varias horas en shock intentando asimilar todo lo ocurrido porque os prometo que en cualquier momento esperaba a Toñi Moreno que saliese de la nada con un ramo de flores", ha bromeado.
Su hilo ha superado el medio millón de cuentas alcanzadas en Twitter.