A cuenta de un zasca de Pablo Iglesias a Isabel Celaá, hemos podido conocer uno de los deseos ocultos del exvicepresidente del Gobierno. Fue a finales del pasado mes de enero cuando el Boletín Oficial del Estado (BOE) recogía que la exministra de Educación y Formación Profesional había sido nombrada embajadora ante la Santa Sede en sustitución de María del Carmen de la Peña y este pasado viernes ha presentado sus credenciales ante el Papa Francisco.
Licenciada en Filosofía y Letras, Filología Inglesa y Derecho, ejerció también de portavoz del Ejecutivo de Sánchez y de diputada en el Congreso durante la XIII y la XIV legislatura, por el País Vasco. Celáa fue consejera de Educación, Universidades e Investigación en su tierra, vicepresidenta del Parlamento vasco y directora del gabinete del consejero de Justicia, Economía, Trabajo y Seguridad Social del Gobierno vasco.
La pasada semana comenzó oficialmente su misión diplomática al presentarse formalmente durante una recepción en la que estuvo visiblemente emocionada. Acudió a su encuentro con el Pontífice con un traje negro y mantilla española, algo que agradó a Francisco. "Con profunda emoción le entrego las cartas credenciales que me acreditan como embajadora", le dijo al Papa, mientras él la recibía sonriendo: "¡Muchas gracias por venir con la peineta!".
"Así es la vida"
El encuentro entre ambos ha durado unos 30 minutos y empezó en la Sala del Trono, donde Francisco conoció también al marido de Celaá, a sus dos hijas y a algunos familiares más, además del personal e la embajada. Algunas imágenes del momento han trascendido rápidamente en las redes sociales provocando una cascada de críticas y comentarios sorpresivos, destacando tanto su imagen con mantilla como su sueldo e incluso su cambio de parecer con la religión:
Este mismo lunes, Pablo Iglesias se valió del tuit anterior para sumarse a las mofas y asestarle un zasca a Celaá. Aseguró, con ironía, que "este era el puesto que yo quería" y valoró que, de ser embajador en el Vaticano, "estaría yo en Roma bien cerca de Dios, del camarada Bergoglio y de las trattorie del quartiere San Lorenzo". En cambio, lamentó que se ha tenido que conformar con "hacer un puto pódcast y dar la brasa cada día":
El tuit de Iglesias ha suscitado miles de reacciones, en su mayoría aplausos, pero como decíamos antes, Celaá no solo ha recibido su zasca, sino muchos más:
Además de la broma del Papa con la "peineta", ambos se intercambiaron regalos. Celaá, por su parte, le ha llevado un rosario de la Cartuja de Burgos que era de su cuñada, fallecida hace unos meses, y un busto de San Ignacio que le envía la comunidad jesuíta del País Vasco. Francisco le entregó el habitual medallón del pontificado y un rosario, además de una copia de sus principales textos magisteriales "para que no se aburra", bromeó.