El juicio por la muerte de dos soldados en unas maniobras del Ejército en la base de Cerro Muriano (Córdoba) está cada vez más cerca. De hecho, el 3 de julio, según ha podido saber EL ESPAÑOL, empiezan las citaciones para peritos, testigos y señalados por la causa en la fase de instrucción sumarial. Así, el primer día, el 3 de julio, están llamados un perito de la Guardia Civil.
El 9 de julio están llamados un teniente coronel médico así como un capitán del Ejército, que deberán prestar declaración como peritos del caso.
Pero la primera sesión con investigados será el 17 de julio. Ese día están llamados ante el juez el coronel Ángel Daniel Tostón Méndez; el coronel Manuel Navarro González; el teniente coronel José Luis Zanfaño Hidalgo; y el comandante Luis Fernando Velasco Quero.
Además de esos cuatro altos mandos del Ejército, hay otros tres señalados por las dos muertes ocurridas el 21 de diciembre del año pasado. Se trata del capitán Zúñiga, el teniente Tato y el sargento Estupiñán.
Esos son los tres mandos intermedios que guiaron y lideraron las maniobras en las que perdieron la vida el soldado Carlos León Rico y el cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar. Además, hubo varios heridos que necesitaron de atención médica.
Maniobras militares
Los hechos ocurrieron el pasado 21 de diciembre en la base de Cerro Muriano, Córdoba. Allí se estaba celebrando la última jornada de las maniobras para que los soldados recién reclutados se incorporaran al Ejército.
En el último día estaba previsto que los reclutas vadearan un lago artificial que hay dentro de la base. Así lo hicieron pese a que no había buena visibilidad y hacía mucho frío.
Según el informe que redactó la Guardia Civil sobre el caso, los militares se echaron a agua tras haber realizado ejercicios desde las 5 de la mañana, cuando les despertaron los mandos. Cansados y con frío, llegó el momento de abordar el paso del lago.
Una cuerda
Allí, señala el informe de la instrucción, había solo una cuerda atada a sendos árboles, cada uno en un extremo. Pero no había ni barcos ni buzos. Cuando los primeros reclutas entraron al agua, muy fría, empezaron los problemas.
Eso no paró las maniobras. Hasta que, en un momento dado, cuando los problemas para mantenerse a flote fueron generalizados, los mandos mandaron parar. De hecho, el capitán Zúñiga, señalan los testigos, se echó al agua a intentar ayudar.
Pero era tarde. Entonces ya habían desaparecido dos reclutas: el soldado Carlos León Rico y el cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar. Ambos murieron en el agua. Ahora, bajo jurisdicción militar y en Madrid, se tratará de esclarecer los hechos y, sobre todo, si los mandos directos o los altos mandos tienen alguna responsabilidad punible en el caso.