Sevilla

Hay muchos placeres gastronómicos por los que se reconoce a Sevilla. Uno de los más potentes es el serranito. En la capital hispalense hay múltiples establecimientos que preparan con maestría este típico bocadillo que no suele decepcionar.

Entre todos ellos, uno de los más demandados es el del Cibeles II, un bar de lo más tradicional escondido en el corazón de Triana. Está ubicado en la calle Justino Matute, una arteria perpendicular a San Jacinto por su parte abierta al tráfico.

Se puede entrar directamente por esta calle, aunque la terraza está en un pasaje que conecta esta vía con Esperanza de Triana, un lugar oculto que cada día visitan decenas de personas.

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La carta es variada y extensa, pero gran parte de su clientela acude para probar sus serranitos. Los hay de varios tipos. Los tradicionales, de cerdo y de pollo, se venden mucho.

La receta sigue los cánones e incluye pimiento, jamón y tomate. También está disponible el especial, con ambas carnes, a los que este bar da la opción de añadir entre huevo frito o una tortilla.

Imagen del pasaje donde se ubica la terraza del bar.

Con filete empanado

No obstante, la joya de la corona para muchos y por la que muchos conocen a este local es el serranito trianero.

Lo hacen con pollo y la única, aunque notable, diferencia es que el filete está empanado. En esta ocasión se sirve con ali-oli en el bocadillo, aunque muchos de los comensales suelen pedir un bote extra. También se les puede añadir huevo frito o tortilla.

Tanto las versiones clásicas como las innovaciones se sirven en un pan de viena y con patatas fritas. Así se conforma la armonía clásica de la receta con el toque típico de este bar, que se ha ganado la confianza de muchos clientes en un entorno repleto de competencia.

Se pueden recoger

Además de la terraza en el pasaje, también dispone de varias mesas en el interior. Suele haber espacio, aunque también es posible reservar. También existe la opción de pedir a domicilio a través del teléfono, aunque no tiene entrega, por lo que hay que acudir al local para recoger.

Está abierto desde las 12 del mediodía hasta las 12 de la noche. No cierra por las tardes y tiene televisores donde se puede ver el fútbol. Algunos de los más valientes pueden tomarse un serranito incluso para merendar.

Además del clásico bocadillo sevillano, hay múltiples opciones en la carta. El san jacobo y el flamenquín están entre las más solicitadas. También hay montaditos, pescados, croquetas, sandwiches y hamburguesas de todo tipo. Todo a precios muy económicos.