Crítica: 'Cowboy Bebop', una curiosa adaptación del western espacial que dispara con mimo sus cartuchos
La adaptación de Netflix se estrena el 19 de noviembre y adapta el anime original de 1998 con mimo y esmero, rindiendo homenaje al recuerdo de los fans y guardándose balas en la recámara.
15 noviembre, 2021 08:25Noticias relacionadas
Algunas despedidas son más dolorosas que otras y desde la última vez que oímos la frase "hasta la vista, cowboy del espacio", siempre hemos reservado un hueco para Spike Spiegel y compañía en nuestra memoria. Han pasado 23 años desde que se estrenó el último episodio en 1998, y el próximo 19 de noviembre de este año la historia de Cowboy Bebop regresa a la pantalla, y lo hace más renovada que nunca.
Desde que se anunció la adaptación de acción real para Netflix, los fans del anime original sintieron que el miedo les invadía y trataron de controlar sus expectativas, por si acaso. No hace falta ser otaku o un seguidor fiel de las historias de animación hechas en Japón para ser consciente de la responsabilidad que conlleva este proyecto y todos esperábamos que las decisiones tomadas se hubieran consultado previamente con la almohada.
Basándose en el anime de culto de Sunrise Inc., Cowboy Bebop narra la historia de Spike Spiegel (John Cho), un tipo larguirucho y con un tupé característico que se pasa la vida huyendo de su pasado. Junto a él, los protagonistas de la serie son Jet Black (Mustafa Shakir) y Faye Valentine (Daniella Pineda), y todos ellos completan un estrambótico grupo de cazarrecompensas encargado de perseguir por toda la galaxia a los criminales más peligrosos.
En un primer momento, los fans recibieron consuelo y sus miedos se disiparon al instante, viendo un primer avance de la serie que prometía estar a la altura de cualquier expectativa. Lo bueno de Cowboy Bebop es que no se ajusta a ningún género, y lo que en un principio puede parecer una historia de ciencia ficción, acaba siendo un western lleno de duelos y épicas escenas de acción. De hecho, los cimientos de la serie parten de ahí, siendo capaces de jugar con el tono, la temática y el estilo, pero manteniendo el desenfreno y la tensión en todo momento. Y eso es lo que se pide de la adaptación, que sepa identificar los ingredientes base, porque aunque el pastel acabe teniendo un aspecto diferente, los fans piden que el sabor sea, al menos, parecido.
La primera secuencia de la serie resulta clave, y esta será la que acabe de ganarse nuestra confianza. Reconocemos a los protagonistas cuando aparecen ante nosotros y mientras vuelan los tiros sobre sus cabezas sin apenas rozarles, nos embriaga la nostalgia y olvidamos todo lo demás. Nuestros personajes favoritos han vuelto, y por mucho que hayan cambiado, su esencia sigue siendo la misma que recordábamos. Parpadeamos después del emotivo reencuentro y nos deleitamos con las coreografías y bailes de los personajes, que dejan claro que la acción será el sustento de la trama.
Los 26 episodios que eran en el anime se sintetizan en diez, permitiendo que la historia narre las anécdotas más imprescindibles y dejando a un lado el posible relleno que pudiera haber. Resumir no es tan sencillo como parece, y aunque siempre nos enseñaran a incluir lo más importante, decidir qué es lo "imprescindible" puede acabar siendo un lujo que no siempre puedes permitirte. Aun así, la serie es capaz de lograr su cometido, incluyendo los gags necesarios y calcando a la perfección a cada personaje, contándonos cuáles fueron las decisiones que tomaron para llegar a este punto en laa historia.
Además, no debemos olvidar la época en la que fue estrenada la serie original, y que cierta hipersexualización de los personajes femeninos ya no tiene cabida en la era actual. Este ha sido uno de los cambios introducidos en la adaptación, que logra reconstruirse y pulir ciertos detalles para dar cabida a la diversa realidad social. De esta manera, los personajes siguen siendo reconocibles y al mismo tiempo representan de una manera más fiel a todas aquellas personas que puedan verse reflejadas en ellos.
La serie se gana nuestra simpatía y cuando ya pensábamos que no podían superarse más, suena un ladrido que nos despierta de lo que parece un sueño. Aparece en escena Ein, el corgi más simpático de la galaxia y la guinda del pastel a una velada al ritmo de jazz que nos envuelve de la forma que recordábamos (algo que debemos agradecer a Yoko Kanno, que ya participó en la banda sonora del anime y que regresa junto a su banda Seatbelts para esta adaptación).
Cowboy Bebop quiere parecerse a su predecesora animación y lo consigue, enmarcando su historia en una banda sonora emblemática y trayéndonos de vuelta al universo que recordábamos, calcando con gusto y mucho cuidado cada detalle. Sin embargo, son varios los momentos importantes que quedan por narrar y, dando por hecho que habrá una segunda temporada, la serie se ha guardado algunas balas en la recámara para utilizarlas después. Una de ellas ha sido la participación de Ed, uno de los protagonistas de la serie de animación al que no se le ha dado la oportunidad de brillar que merece, concediéndole un escaso minuto de gloria en el episodio final que sabe a poco.
Espero que el posible regreso se confirme a tiempo, porque los fans merecen un tributo a la altura de la serie y aunque estos primeros episodios cumplen con las expectativas, la serie puede perder el duelo cuando aún quedan cartuchos sin aprovechar.
La primera temporada de 'Cowboy Bebop' se estrena el 19 de noviembre en Netflix.
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