Todas las cartas están sobre la mesa en esta carrera al Oscar. Por primera vez en la historia de la temporada de premios, los sindicatos de directores (DGA), productores (PGA), guionistas (WGA) y editores (Eddies) de Hollywood han anunciado sus elecciones de lo mejor del año el mismo día. Como era de esperar, las favoritas en la categoría de mejor película han salido reforzadas de las votaciones de sus compañeros de la industria. Belfast, El poder del perro, Dune, Licorice Pizza y West Side Story tienen prácticamente aseguradas su nominación gracias a su presencia en el gremio de directores, la organización más influyente entre todos los precursores que anuncian sus candidatos antes que los Oscar.
En los últimos 13 años, la única finalista a los premios de los directores que no optó posteriormente al Oscar a la mejor película fue la versión de Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres de David Fincher. Ahora la gran incógnita es descubrir cuáles son las cinco películas que acompañarán a las favoritas en una categoría que, por primera vez en una década, volverá a tener 10 candidatas tras el último cambio de reglas de la Academia.
El gremio de productores comparte con la Academia el número de finalistas: 10. La organización ha completado el grupo incluyendo entre sus candidatas a El método Williams, CODA, No mires arriba, Being the Ricardos y Tick, tick… Bom!. Las tres primeras deberían acompañar al grupo de favoritas: El método Williams ha estado en casi todos los precursores importantes, exceptuando la previsible ausencia del desconocido Reinaldo Marcus Green en el DGA. La gran triunfadora del Festival de Sundance en 2020 ha sido una de las grandes sorpresas de la carrera y Apple TV+ va a recibir la primera nominación al Oscar a la mejor película de su historia por ella. Completa el grupo la comedia catastrofista de Adam McKay, un cineasta que ya conquistó a la Academia con La gran apuesta y El vicio del poder y que no debería tener demasiados problemas para volver a hacerlo con uno de los títulos más populares en la historia de Netflix.
En los últimos veinte años no ha habido ninguna edición con pleno de coincidencias entre los finalistas del gremio de productores y el Oscar a la mejor película. Tick, tick… Boom! podría caer en el último momento a pesar de su buen recorrido por los precursores. Paramount fue el único estudio que coló tres años en la categoría reina en el mismo año, 1974: El Padrino. Parte II, La conversación y Chinatown. Sus compañeras en Netflix El poder del perro y No mires arriba parecen mejor situadas en la carrera que el musical de Lin-Manuel Miranda.
En contra de Being the Ricardos están las reacciones divisivas a la película de Aaron Sorkin y el recuerdo de que su ópera prima como director, Molly’s Game, ya se quedó fuera de los Oscar después de haber sido nominada anteriormente por los productores. A su favor juega su relato sobre Hollywood: pocas cosas gustan tanto a los votantes como las historias sobre ellos mismos.
El titular más interesante que dejó el PGA es la ausencia de El callejón de las almas perdidas, La casa Gucci y Spider-Man: No Way Home. Si ni siquiera los productores (el gremio que más presente tiene en sus votaciones el negocio) han votado a la única película dramática que ha hecho dinero en 2021 y uno de los mayores éxitos de la historia del cine en un momento terrible para las salas de cine, respectivamente, difícilmente lo hará la Academia de Hollywood. El rechazo a la película de Guillermo del Toro podría confirmar lo que muchos sospechábamos: su lugar está en las categorías técnicas y artísticas. La única ausente que sale indemne de su ninguneo en el PGA es Drive my car: era improbable que los productores se acordaran de una pequeña película japonesa que debería funcionar mucho mejor en unos Oscar que han abrazado la internacionalización radicalmente en los últimos seis años.
Como todos los años, hay que coger con pinzas las candidaturas del Sindicato de Guionistas, la única organización de la industria que no permite participar en sus premios a escritores que no sean miembros. Todas las ediciones hay alguna ausencia destacada y en 2022 le ha tocado el turno a El poder del perro, Belfast, Drive my car y Claroscuro, trabajos con muchas posibilidades de reaparecer entre los finalistas a los Oscar. El sobreproteccionismo de la WGA acerca un año más a sus premios a la intrascendencia en la carrera.
El último sindicato en anunciar sus finalistas fueron los Eddie, los premios de los montadores. Su división en las categorías de película dramática, comedia o musical, animación o documental hace que sea prácticamente imposible que una de las favoritas se quede fuera de las nominaciones. O no. La impactante ausencia de West Side Story confirma que la película de Steven Spielberg está funcionando a medio gas en los premios de la industria. El musical se ha quedado fuera de los premios del sindicato de directores de fotografía, de la categoría a mejor reparto en el sindicato de actores (Ariana DeBose sí entró en mejor actriz secundaria) y ahora en los montadores. Malas noticias para los que creían que un musical podría convertirse en el primer remake de una ganadora del Oscar a la mejor película en volver a llevarse el premio. En la situación contraria está Belfast, la única de las candidatas que tiene la nominación del gremio de actores, directores, productoreos y editores.
El jueves 3 de febrero los BAFTA pondrán punto final a la pretemporada de los Oscar, pero los finalistas volverán a ser escogidos de forma mayoritaria por un comité. La suerte está echada: anoche se abrió el plazo de votación para escoger los nominados en la 94.ª edición de los premios de la Academia. El 8 de febrero salimos de dudas.
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