La categoría de mejor dirección en los Oscar de 2020 es histórica desde el día que se anunciaron las candidaturas. Por primera vez en 93 años, dos mujeres optaban al premio en la misma edición: la china Chloé Zhao y la inglesa Emerald Fennell. El eterno nominado David Fincher, la revelación Lee Isaac Chung y la gran sorpresa del año, Thomas Vinterberg, completaron la categoría. Solo uno de ellos podía suceder en el palmarés a Bong Joon - ho, otro ganador histórico gracias a la surcoreana Parásitos. La elegida ha sido la gran favorita, Chloé Zhao.
A continuación, un repaso a los nominados.
Lee Isaac Chung por Minari. Historia de mi familia
Lee Isaac Chung se estrena en los Oscar con su quinta película como director. Antes de entrar en las grandes ligas de Hollywood con Minari. Historia de mi familia, el director había empezado su carrera de forma prometedora con su ópera prima, Munyurangabo, proyectada en la sección Una Cierta Mirada del Festival de Cannes. Sus siguientes proyectos pasaron sin pena ni gloria por los cines americanos, así que Chung se planteó abandonar la dirección hasta que una novela de principios del siglo XX, Mi Antonia, llamó su atención.
Cuando el director descubrió que la escritora Willa Cather no era partidaria de que hicieran adaptaciones de sus trabajos, el director decidió fijarse en la historia de su familia para contar la historia de una familia surcoreana que se enfrenta al envenenado sueño americano en los años ochenta. A pesar de que el cineasta ha desarrollado toda su carrera en Estados Unidos, en su película se intuye un estilo y sensibilidad que recuerda a autores asiáticos como Hirokazu Koreeda y Yasujiro Ozu. Desde su presentación en el Festival de Sundance de 2020, donde ganó los premios del público y el Gran Premio del Jurado, quedó claro que había que seguir muy de cerca la trayectoria de la película y su director, que ya está preparando su siguiente proyecto: la adaptación en acción real de la cinta japonesa Your Name.
Emerald Fennell por Una joven prometedora
La presencia de Emerald Fennell en estos Oscar ya es histórica: la cineasta es la primera mujer que consigue estar nominada en las categorías de mejor película y mejor dirección por su debut detrás de las cámaras. La nueva promesa del cine británico se había forjado en la televisión como actriz y guionista. Después de que Phoebe Waller-Bridge pusiera en marcha Killing Eve, Fennell se hizo con las riendas de la serie durante la segunda temporada del thriller de espías. Sin embargo, su trabajo más mediático llegó al fichar por The Crown para dar vida a Camilla Parker Bowles en la tercera y cuarta temporada de la serie de Netflix.
Los orígenes de Una joven prometedora se remontan a 2017, cuando Fennell hizo una presentación en la productora de Margot Robbie para hacer una historia sobre una mujer de treinta años que planta cara a los hombres que intentan aprovecharse de chicas borrachas. El espectacular prólogo de la película protagonizada por Carey Mulligan fue suficiente para vender la película.
Fennell tiene más opciones de ganar en la categoría de guion (siguiendo los pasos de otras revelaciones que fueron premiadas ahí en los últimos años, como Jordan Peele por Déjame salir y Taika Waititi por Jojo Rabbit), pero su mirada como directora no debería pasar desapercibida. Su habilidad para moverse entre géneros y tonos imposibles, el subversivo uso de la música y el simbolismo de su puesta en escena adelantan una narradora a seguir muy de cerca.
David Fincher por Mank
David Fincher es uno de los directores más aclamados de los últimos treinta años. Seven, Zodiac, Perdida o The Game convierten al director en el Alfred Hitchcock de su generación. Como en el caso del genial director de Psicosis y Vértigo, Fincher siempre ha tenido problemas para conectar con los gustos de los académicos. Cuando le han reconocido es, además, por películas que rompen con su característico estilo. Después de perder ante Danny Boyle (Slumdog Millionaire) y Tom Hooper (El discurso del rey) con sus trabajos en El curioso caso de Benjamin Button y La red social, Fincher vuelve a optar al Oscar por la película más personal de su carrera: Mank.
Netflix (un servicio de streaming con el que el director tenía una fructífera relación gracias a House of Cards y Mindhunters) permitió que el cineasta cumpliera el sueño de su difunto de hacer una película sobre los convulsos orígenes de uno de los mayores clásicos en la historia del cine: Ciudadano Kane. Jack Fincher, padre del director, pasó décadas obsesionado con la figura del guionista Herman J. Mankiewicz. 17 años después de su muerte, la película salió por fin adelante.
Famoso por su estilo obsesivo, en su última película Fincher imita hasta el último detalle del estilo del cine de Hollywood dorado. A pesar de su gran estatus en la industria y de que, en teoría, Mank tenía la palabra Oscar escrita por todas partes (a la Academia les encantan las historias de cine dentro del cine), este tampoco será el Oscar del director
Thomas Vinterberg por Otra ronda
El proceso de internacionalización de la Academia de Hollywood sigue dando sus frutos. Thomas Vinterberg protagonizó una de las grandes sorpresas de las nominaciones (la otra fue la presencia de Lakeith Stanfield en la categoría de mejor actor secundario) al ver cómo su nombre aparecía en la lista de candidatos a la mejor dirección. El danés sigue los pasos de Paweł Pawlikowski (Cold War), finalista en 2018 a pesar que su película no había entrado en la categoría reina. Otra ronda está nominada también en la categoría de mejor película internacional, una candidatura que ya consiguió en 2013 con La caza.
El danés es un histórico del cine europeo. Junto a su compatriota Lars Von Trier fundó Dogma-95, un radical movimiento cinematográfico que arrancó el propio Vinterberg con la aclamada Celebración, un drama familiar que explota en el sexagésimo cumpleaños del patriarca. A partir de ahí se convirtió en un habitual del circuito de festivales europeos.
Con Otra ronda, el cineasta ha ofrecido a la audiencia “una celebración de la vida” (en sus propias palabras) que le ha servido a él mismo para enfrentarse al evento más traumático de su vida: la muerte de su hija poco antes de empezar el rodaje. Vinterberg hace una reflexión sobre la vida, la masculinidad y el alcohol planteando más preguntas que respuestas. A pesar de una premisa que puede parecer salida de una alocada comedia hollywoodiense, Vinterberg lo juega todo al realismo confeccionando un ejemplar estudio de un hombre en crisis.
Chloé Zhao por Nomadland
Chloé Zhao está a punto de hacer historia. Once años después del histórico Oscar de Kathryn Bigelow por En tierra hostil, la directora de Nomadland está a punto de convertirse en la segunda mujer en 93 años que gana el premio a la mejor dirección. Pase lo que pase el domingo, la china ya está en los libros de historia: nadie había ganado antes tantos premios a la mejor dirección.
El recorrido triunfal de la película empezó ya en septiembre con los triunfos de la película en Toronto y Venecia. Ninguna cinta había triunfado en ambos festivales en sus más de cuatro décadas de coexistencia. Irónicamente, en su país de origen su película (una producción de Searchlight, el sello de cine de autor del gigante Disney) está prohibida después de las duras críticas de la cineasta al gobierno chino.
Después de ver The Rider, Frances McDormand pensó que Zhao sería la elección perfecta para adaptar al cine el ensayo (País nomada, Capitán Swing) de Jessica Bruder sobre la vida nómada en Estados Unidos después de la crisis de 2008. A pesar de ser un encargo, la china consigue incorporar a la película un estilo ya consolidado: dirección de actores no profesionales, un tono naturalista y casi documental, devoción por los escenarios de la América profunda y una puesta en escena casi poética que hace pensar en maestros como Terence Malick.
Será interesante ver qué pasa con su carrera a partir de ahora: la cineasta ya ha rodado su siguiente película, un proyecto en las antípodas de su carrera: Eternals, una de las películas más esperadas de la Fase IV del Universo Cinematográfico de Marvel.