Los premios Oscar de este año ya han pasado a la historia. Gane quien gane el próximo 25 de abril, este año será recordado por varios motivos. No sólo por la pandemia, que ha marcado el curso y los estrenos que han llegado a las nominaciones, sino por la diversidad que han mostrado al elegir a los finalistas. Entre todas las categorías hay una que destaca por encima de todas, la de Mejor dirección, donde por primera vez hay dos mujeres nominadas. Nunca antes la Academia había destacado a dos directoras.
La remodelación del cuerpo de académicos, rejuveneciendo y haciendo una institución más diversa y equilibrada, se ha notado. Las dos mujeres que han logrado colarse entre pesos pesados como David Fincher, han puesto su marca en el libro de la historia de la Academia. La favorita, Chloé Zhao, sería la primera mujer de origen asiático en lograro. Emerald Fennell es la primera que consigue estar nominada con su primera película.
Fennell ha llegado a Hollywood como un torbellino. Su película Una joven prometedora -que llega los cines este viernes- se presentó en Sundance hace un año, y aunque recibió buenas críticas nadie pensó que pudiera llegar tan lejos. Nadie confiaba en que un filme sobre la cultura de la violación, que presenta a una joven vengadora con el rostro de Carey Mulligan que se venga de los hombres que intentan aprovecharse de ella cuando finge estar borracha pudiera ser del gusto de la Academia.
No sólo les ha gustado, sino que se ha convertido en todo un fenómeno que ha conseguido cinco candidaturas (Película, dirección, guion, montaje y actriz principal) y que es ya un título de culto. Un filme que mezcla géneros, que se arriesga, y que queda como uno de los filmes que mejor hablan de la época post me too y de todo lo que sigue sin señalarse. Los falsos aliados, las mujeres que miran para otro lado, conductas que son abuso aunque muchos se nieguen a aceptarlo… Todo con una estética que mezcla lo pop, los éxitos musicales de los 90 y todo con mucha mala leche.
A Fennell hasta ahora la conocíamos todos por haber dado vida a Camilla Parker Bowles en The Crown, pero también fue la showrunner de la segunda temporada de Killing Eve y ahora ha deslumbrado con un filme que recoge el espíritu nacido de movimientos como el Me Too, aunque su directora cree que esta película hubiera sido igual de relevante hace cinco años.
“Es interesante… creo que esta película hubiera resonado también como algo real, especialmente en las mujeres, hace cinco o diez años. O más. Porque cuando yo crecí ya se hablaba de estas cosas, son lugares comunes que hemos visto. Pero todo esto lo habíamos visto en otras películas siempre tratado desde la comedia. Siempre ha sido pertinente hablar de esto, pero creo que hacer algo sobre este tema se ha vuelto ahora más fácil, la gente se siente más cómoda ahora poniendo dinero para producir una película sobre este asunto”, cuenta Fennell a este periódico.
Siempre ha sido pertinente hablar de esto, pero creo ahora se ha vuelto ahora más fácil, la gente se siente más cómoda ahora poniendo dinero para producir una película sobre este asunto
La protagonista del filme, Carey Mulligan, añade que es muy interesante que ese cambio, esa facilidad en que estos asuntos por fin se cuenten, viene también provocado “por compañías como las que ha creado Reese Witherspoon, con mujeres poderosas detrás haciendo historias que tratan estos temas. Están teniendo cada vez más peso en Hollywood para que se cuenten estas historias”, dice de un guion que “me voló la cabeza”, porque “no llegan guiones así de forma tan habitual”.
Uno de los aciertos de la película es el uso de la música. Temazos de cantantes del pop a las que la industrió sexualizó y que cantaban letras sobre amores perdidos. Fennell le da la vuelta a todas esas canciones y por eso explica que “era importante que en esta película no hubiera nada que no hubiéramos visto en una serie o comedia de los últimos 15 años, cosas recientes, porque nuestra cultura es un reflejo de las cosas que vivimos y viceversa”, apunta sobre esa reapropiación de ciertos códigos de la música o las comedias románticas que ahora tienen otra mirada gracias a su película.
El 15 de abril se abren las votaciones finales para los Oscar, y la película llega como favorita en la categoría de Mejor guion y muy bien posicionada en la de Mejor actriz. Carey Mulligan cuenta a EL ESPAÑOL que se siente halagada por ello pero que lo más importante “es que esto hace que la película se propulse para que llegue a un público mucho más grande”. “Está siendo excitante, pero sobre todo porque la gente la vea más. Estoy emocionada de estar en la primera película de Emerald, porque cuando gane un premio honorífico, al comienzo del clip en el que repasen todas las cosas brillantes que va a hacer, saldré yo”.