Otra gran enamorada de la nicotina. Su sueño siempre había sido formar una familia, y, tras unos cuantos y dolorosos abortos, dio a luz a un bebé fallecido. Su depresión fue tan inmensa que envejeció de golpe y llegó a fumar tres cajetillas de tabaco al día. En sus películas, sin embargo, su gesto con el pitillo significaba seducción, tensión, sofisticación. Le dio un sello para siempre.