La radio siria que suena más fuerte que las bombas
La película 'Radio Kobani' cuenta la historia de Dilovan Kiko, una joven de 20 años que montó una emisora en Alepo para dar voz a los rostros de la guerra en Siria
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“Buenos días, Kobani”. Como cada mañana la voz de Dilovan Kiko suena por las ondas de esta pequeña localidad de Alepo, centro de la guerra en Siria. Desde que comenzaron los bombardeos la ciudad se ha teñido de gris y cubierto de escombros. Sólo hay humo y destrucción, pero siempre hay un hueco para la esperanza, como la de esta joven de 20 años que intenta contagiar al resto de ciudadanos desde la frecuencia 94,3. Siempre empieza con una canción optimista, pero nunca cierra los ojos a lo que ocurre en su pueblo. Desde la radio fundada y autogestionada por ella habla de la actualidad de la guerra. Una bitácora en la que informa de bombardeos, actividades de reconstrucción de edificios, y hasta entrevista a líderes kurdos que se han unido a una guerra contra el Estado Islámico.
Como en la mítica película de Robin Williams, Dilovan se ha convertido en un fenómeno entre todos los actores de esta dramática situación. Soldados, voluntarios, ciudadanos, refugiados… todos prestan atención a una voz que ha conseguido sonar más fuerte que las bombas que arrasaron la ciudad. Armada con su micrófono y su grabadora recorre el campo de batalla en busca de nuevos testimonios que emocionen. Como el de Diela, que espera en un campo de refugiados con su hijo a que la situación se calme. Intentó huir a Turquía, pero no había trabajo para ellos, así que volvieron a su Kobani natal esperando una situación mejor.
Su niño tiene la cara quemada con gasolina, pero ningún médico les ha visitado. Para ello tendrían que volver a cruzar la frontera turca. Prefieren esperar. “Kobani es mi casa. Tengo esperanza para encontrar trabajo aquí y empezar una vida nueva”, dicen a esta corresponsal de guerra improvisada. Su historia, y la de todo el país, es la que cuenta Radio Kobani, el documental de Reber Dosky grabado en un periodo de tres años durante la guerra. Los reportajes y entrevistas de Dilovan se alternan con imágenes de los bombardeos, de los escombros, de los muertos. La ilusión de su protagonista choca con las imágenes de las excavadoras levantando decenas de cadáveres.
Sueños truncados
La película, presentada en el festival DocumentaMadrid, coge como hilo conductor una narración de Dilovan a su futuro hijo, un hijo que todavía no espera, pero al que quiere contar una historia que es suya y de otros miles de personas que tuvieron que huir o murieron con la guerra. Ella misma sufrió en sus propias carnes sus consecuencias. La joven consiguió cumplir su sueño y el de su madre, ir a la Universidad de Alepo, “pero la guerra me impidió completarlo”. Por ello creó esta radio en la que recuerda cómo “el 15 de septiembre de 2014 nos atacaron los terroristas”. “Decapitaban a jóvenes en nombre del islam y robaban a nuestras hijas para venderlas”, explica.
Cuando se liberaron los primeros distritos de Kobani no dudó en ocupar una antigua estación de radio y empezar a emitir. Así nació La voz de Radio Kobani, desde la que iba contando los barrios que se iban recuperando y desde la que pide ayuda para los refugiados a través de Cruz Roja y se ofrece como número de información para todos los que quieran llamar.
En su afán por dar voz a todo el mundo, ha llevado a su improvisada emisora a luchadoras kurdas que cuentan cómo “ha cambiado toda la historia” y la importancia de las mujeres que se quedaron en Alepo contra el Estado Islámico. También para comprender que los países occidentales les han dejado de lado. Las noticias se llenan con sus muertes, pero no colaboran para cambiar la situación. “Estamos solos en esta lucha, no hay ayuda desde el exterior”, dice esta guerrera al micrófono de La Voz de Radio Kobani. El padre de Dilovan Kiko también decidió salir de casa e ir a luchar antes que ver cómo acababan con su ciudad y con su familia.
Tras más de cuatro meses de asedio, los kurdos expulsaron al Estado Islámico de Kobani. Por fin una noticia feliz para locutar. Radio Kobani es un retrato crudo y necesario de una situación que sólo llena huecos en los telediarios, pero que no conciencia a la gente. Puede que esta joven, oculta en su radio, y haciendo que su voz suene por todo Alepo cambie algo.