"Si los superhéroes existieran realmente, sería lo peor". Con esta frase, Eric Kripke, showrunner de The Boys, fue capaz de resumir en apenas unas palabras el punto de partida de la serie, una historia canalla, irreverente y muy violenta que nos plantea lo que ocurriría en realidad si estos endiosados personajes acabaran abusando de su poder y se convirtieran en sociópatas.
Desde que se estrenó en 2019, la serie estrella de Amazon Prime Video creada por Kripke a partir de los cómics de Garth Ennis y Darick Robertson se convirtió en un fenómeno y después del pequeño y aperitivo animado que tuvimos con The Boys Presents: Diabolical, por fin regresa a la plataforma el viernes 3 de junio, con una tercera temporada que está dispuesta a regalarnos una nueva dosis de vísceras, excentricismo y sangre, mucha sangre.
En SERIES & MÁS ya hemos visto los tres primeros episodios de la nueva entrega -que son los que se estrenan el viernes-, y vamos a hablar de ellos sin entrar en el terreno de los spoilers.
Hasta ahora, franquicias como Marvel o DC nos habían presentado un concepto claro de estos héroes, estirando la misma fórmula y dejándonos atónitos con la amplitud de sus respectivos universos -y multiversos-, cada vez más inabarcables. Los protagonistas tenían sus defectos como cualquier otra persona, pero lo que prevalecía era su poder sobrehumano y su superioridad con respecto al resto de la sociedad, haciéndoles escoger entre su desinterés o el egoísmo para salvar o no a la humanidad.
Sin embargo, The Boys decide ir más allá y subir al Olimpo, enfrentándose a la mitología idealizada que habíamos creado para acabar difuminando episodio a episodio el halo dorado que parecían tener los superhéroes, y mostrar sus contradicciones y carencias psicológicas. Porque como cualquier otra persona, sería normal que ellos también las tuvieran.
En el universo de The Boys, los superhéroes representan el lado oscuro de la celebridad y la fama, pero por suerte están los vigilantes que dan nombre a la serie, un grupo de personas más humanas -aunque también de dudosos principios morales- que harán todo lo posible para pararles los pies.
Tras del emotivo desenlace de la segunda temporada, los nuevos episodios tendrán que resolver muchas cuestiones, como el hecho de que Carnicero (Karl Urban) ahora tenga poderes y sus ojos puedan lanzar rayos láser, algo que parece poco agradable y difícil de controlar, o el estado anímico de Patriota (Antony Starr), que parece estar más desquiciado que nunca.
Después de haber visto las tres primeras dosis de la tercera temporada, se puede decir con firmeza que la serie ha mantenido el nivel de calidad de las anteriores entregas. Al igual que los superhéroes de los que hace sátira, The Boys maneja su potencial, fama y éxito a su antojo, siendo capaz de exprimirlo como mejor sabe, pero al mismo tiempo, se diferencia de ellos, controlando el poder que le ha sido otorgado y dosificándolo en los momentos oportunos.
En esta nueva temporada, la serie sube un escalón más, atreviéndose a superarse a sí misma y ser incluso más violenta -aunque parezca imposible-, volviendo a la acción, el frenesí y la osadía que la caracterizan, y también asumiendo el riesgo de incorporar a más personajes. Sin embargo, "quien no arriesga, no gana" y una vez más, The Boys ha salido ganando, con un nuevo supersoldado como Soldier Boy (Jensen Ackles) -parodia de Capitán America-, la llegada de la Condesa Carmesí (Laurie Holden) -una versión de Bruja Escarlata- y la unión de Gunpowder al grupo (Sean Patrick Flannery), un especialista en armas de fuego y explosivos, entre otras caras nuevas.
Es cierto que Patriota y Carnicero volverán a acaparar los focos de nuevo y que seguirán siendo el eje principal de la serie junto a Vought y el Compuesto V, pero no les restarán importancia al resto de personajes. De hecho, todos ellos tendrán su oportunidad de brillar, desde Victoria Neuman (Claudia Doumit) y su posible vínculo con Vought; a Frenchie (Tomer Capone) y Kimiko (Karen Fukuhara), cuyo vínculo será una de las cuestiones más tiernas de los nuevos episodios; pasando por Negro Oscuro (Nathan Mitchell), que a pesar de ser uno de los protagonistas más misteriosos, nos abrirá las puertas a su pasado. También veremos a Leche Materna (Laz Alonso) pasar más tiempo con su familia y a Maeve (Dominique McElligott) posicionándose en contra de Patriota.
A nivel narrativo y estilístico, The Boys también se adentra en un nuevo terreno, y veremos cómo hará uso de los recursos visuales y narrativos para explorar el arco narrativo de los personajes y hacerles evolucionar. Esto se notará especialmente cuando veamos aparecer a Soldier Boy en pantalla, un personaje al que asociaremos con la década de los años 40 y al que conoceremos por su implicación en la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, también le veremos viajar a la era actual, donde tendrá que iniciar un periodo de adaptación a nuestro tiempo que también se verá reflejado visualmente. Otro de los ejemplos será el de la relación entre Kimiko y Frenchie, representando el contrapunto de delicadeza y sentimiento que aportan a la serie a través de una secuencia musical.
Con solo haber visto el inicio de la temporada, sigue quedando claro que The Boys es una de las mejores series de Amazon Prime y que su irreverente y divertido manifiesto en contra de lo establecido sigue siendo la esencia de un fenómeno magnífico y único. La serie es capaz de atraparnos en su sátira, su mala baba y su locura y violencia sin límites, lanzándonos el soplo de aire fresco y la satisfacción que necesitamos en una era donde hay superhéroes que no llevan capa, pero siguen siendo igual de déspotas y cínicos.
La tercera temporada de 'The Boys' se estrena el 3 de junio en Amazon Prime Video.
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