José Manuel Lorenzo ('El Inmortal'): "Perder la propiedad de algo que has creado es algo cabrón"
El productor estrena en Movistar su nueva creación 'El Inmortal', un drama criminal que cuenta el reinado en Madrid de la banda de Los Miami.
27 octubre, 2022 01:48José Manuel Lorenzo lo ha hecho todo en la industria audiovisual. Director comercial en TVE y Telecinco, director general de Antena 3 y Canal +, productor del musical Hoy no me puedo levantar, accionista de laSexta, fundado del canal Non Stop People y, por supuesto, productor de cine y televisión.
También ha salido mucho. "Yo era el campeón de la noche. Me he movido bien las altas esferas, pero también en los bajos fondos", confiesa sin pelos en la lengua. "Pero me he quitado tiempo de eso y lo dedico a leer mucho", añade el productor de series como Dime quién soy o Alatriste.
Fue así como llegó a un artículo donde se contaba la historia del líder de Los Miami, una banda que reinó en el Madrid de los 90 y que acaparó cientos de portadas y programas de televisión por el tráfico de cocaína y el control de las discotecas de la capital de España.
¿Te costó mucho convencer a Movistar para producir El Inmortal?
La verdad es que yo tengo una enorme admiración por todo su trabajo. Aquí nos entendemos muy bien y hay buena amistad. Pero Domingo Corral (director de Ficción Original de Movistar Plus+) es muy exigente. No creas que coge cualquier cosa. Pero sí que es verdad que cuando llegué con El Inmortal, planteé la coproducción y le conté toda la historia y lo que había detrás, le apasionó desde el primer momento. Y entonces nos fue muy fácil porque son personas con la que trabajo muy a gusto. Es un coproductor muy cercano, con el que hablo de todo y me da muchísima libertad y me deja hacer. Incluso me incita. Es comodísimo trabajar con él y con todo el equipo. Tengo mucha suerte de que tengan ese respeto por mi trabajo y que no me estén todo el día corrigiendo. Y sí, fue fácil por la historia.
Yo era el campeón de la noche. Pero me he quitado tiempo de eso y lo dedico a leer mucho
Este proyecto sí que no hubiera sido fácil levantarlo sin Telemundo...
Venía muy bien una coproducción, sí. Hubo un momento cuando la pandemia que yo tenía todo preparado y escrito, con diseños, y se paró. Y no teníamos firmado nada con nadie porque se estaban parando producciones y daba miedo arrancar y parar. No obstante, si hubiera tenido que hacerlo, hubiera rediseñado guiones. Pero luego llegó Telemundo y hasta aquí.
¿Qué te hizo llamar a los guionistas Diego Sotelo y a David Moreno?
A Diego le seguía ya desde Fariña, que por cierto me encantó esa serie de Bambú. Entonces, con El Inmortal, como yo no quería hacer una serie de narcotraficantes sino de personajes, le llamé para vernos y nos entendimos bien desde el primer día. Y me dijo de que viniera David. Son dos personas que tienen un grado de flexibilidad adecuado, pero con una determinación que es muy difícil a veces. Que no porque yo llegue y diga que esto es así, me lo van a comprar. Y eso me gusta. Son tipos que tienen claro lo que quieren. Y a veces les he tenido que convencer yo de cambiar cosas que no me gustaban y no ha sido fácil. Y al revés también. Pero nos hemos entendido muy bien. Ha sido una gozada trabajar con ellos porque tienen un talentazo. Captaron desde el primer momento lo que yo quería. Y fue tan bien que he seguido trabajando con ellos en el proyecto de la adaptación de Purgatorio, de Jon Sistiaga.
¿Cuánto encima estás de los proyectos?
Trato de rodearme de gente con la que me vaya a entender y gente que admiro y escucho mucho. Les doy muchísima libertad, porque también soy una esponja cuando me traen cosas. No tengo esa cosa de imponer. Si me vienen con cosas buenas, las pillo al vuelo. Pero intento no meterme mucho.
Soy más del término showrunner. Me gusta tener la idea, corregir guiones, estar en el rodaje, en los castings...
¿Eres más del término showrunner o productor ejecutivo?
Hago las dos cosas. Pero soy más del término showrunner. Tengo poco límite en la parte creativa y a veces me tienen que parar. Pero me gusta mucho tener la idea. Yo casi todo lo que hago es adaptar libros. Los leo, los visualizo e intento hacerlos. Y entonces me rodeo de personas que creo que tienen que escribir esto como yo quiero que se escriba. Estoy corrigiendo guiones, en las lecturas técnicas, en el rodaje, en la preparación, muchas veces dirijo los casting, elijo los directores, me como el montaje entero y las mezclas...
¿Duermes?
Sí, duermo y leo mucho. Lo que ya no hago es salir. Y yo era el campeón de la noche. Me he quitado tiempo de esto y se lo dedico a esto otro. Me lo estoy pasando muy bien. El trabajo me está gratificando mucho. Cada vez me siento más joven con el trabajo, más nuevo. Me rodeo de gente que me alimenta.
¿Por qué aquella decisión de separar DLO y Magnolia?
Fue una decisión personal. Cuando entra Banijay, Magnolia tenía la oportunidad de hacer un entretenimiento más grande, de mayor consumo, más cercano a la telerrealidad. Era una gran oportunidad para el equipo que tenía, pero yo no quería hacer esos formatos. No me apetecen, no soy bueno, no es lo mío, no me siento a gusto. Y quería centrarme en ficción. Llegué a un acuerdo muy bueno con ellos. Y la verdad es que son muy buenos compañeros de viaje ahora mismo y me apoyan muchísimo. Me dan libertad, me ayudan en los problemas económicos, legales... Y somos muy buenos socios. Estoy contentísimo. Tengo muchísima libertad. De hecho ahora quiero volver a hacer cine porque lo tengo un poco abandonado y es un lenguaje que me apasiona.
Está difícil trabajar con la generalistas, ¿verdad?
Sí, para mí es muy difícil. Me es muy cómodo trabajar con TVE, con los que he hecho tres temporadas de La Caza y me han dejado mucho hacer.
Me acordaba ahora de la crisis de 2011 en la que siendo tú presidente de PATÉ decías que o TVE se movía o el sector moría. Ahora estamos en un momento así pero con productoras...
Ha cambiado el mundo. La verdad es que igual que en su momento la televisión cambió el cine, ahora ha habido una enorme transformación. Yo no he visto una transformación más grande en el mundo audiovisual que la llegada de algo que no se ha esperaba como la llegada de Netflix, con todos los estudios mirando para otro lado. Cambió el mundo de manera absolutamente conmocionadora. Y todos le han seguido.
Y se dan salida a proyectos que en abierto era imposible...
En la tele en abierto tenías que estar respondiendo a las audiencias, al padre, a la madre, a los abuelos. Tenías que tener unos proyectos que no podías hacer nichos. Tampoco podías arriesgar creativamente en propuestas mucho más amplias como ésta, con esta crudeza. Las plataformas han ampliado el abanico de producción...
Para hacer una serie desarrollo cinco, vendo una y me como cuatro. Y eso cuesta mucho dinero.
Y poder globalizarse...
Estamos en el mejor momento creativo para los creadores. Nunca hemos tenido tantas oportunidades de producir, con tantas cosas, con tanto presupuesto, tan buenas, con cero limitaciones... Es un momento maravilloso y estamos en el peor momento económico en el que hemos perdido muchísimo el territorio que teníamos. Nosotros los productores pagamos todo, se paga lo que cuesta una serie, pero no lo que vale. Y es que hay mucho detrás. Para hacer una serie desarrollo cinco, vendo una y me como cuatro. Y eso cuesta mucho dinero porque tienes que tener un equipo para cumplir con las expectativas. Los márgenes hoy son muy pequeños. Y luego perder la propiedad intelectual de algo que has creado desde cero cómo pasa con El Inmortal es algo cabrón. Pero, bueno, ahí estamos intentando cambiar las cosas. Se necesitan pequeñas mejoras.
Ahí tenemos a Netflix que se quiere quedar con todo...
No es la peor. Es más, en Originals estoy trabajando con ellos y muy bien. Al final todos acaban haciendo lo mismo. Entonces intentemos que no estemos fuera de juego. Un productor tiene un alma de empresario. Yo pago los productos y luego los vendo. No queremos ser proveedores de servicio. Quiero ser yo el que vaya a vender una serie. Un poco de mejora en nuestra relación contractual sería mejor para todos. Es lo que buscamos. Sin matar a nadie.