Mucho se ha dicho de Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, desde que España se duerme y amanece cada día en una nueva crisis de acogida migratoria. El Partido Popular ha acusado recientemente al Gobierno de "no aprovechar" la ayuda facilitada por los europeos. Mientras que Pedro Sánchez, por su parte, no ha aclarado si en algún momento ha declinado ese resfuerzo.
No todo es blanco o negro, afirman desde Frontex, cuyo portavoz ha hablado en exclusiva con EL ESPAÑOL | Porfolio desde la sede en Varsovia, Polonia. "Frontex y España han trabajado en estrecha colaboración durante casi dos décadas. En realidad, lo seguimos haciendo, con agentes desplegados en zonas críticas. Y si se requiere más ayuda de nuestra parte, la habrá", explica Chris Borowski, que lleva nueve años trabajando en la Agencia Europea.
Uno de sus informes internos considera ahora mismo a las Islas Canarias "el lugar con mayor presión migratoria" de la Unión Europea. Destacan que en lo que llevamos de año más de 30.000 personas han llegado al archipiélago ultraperiférico a través de vías irregulares –tres veces más que a Grecia, por ejemplo–. El Hierro, considerada antes "la Lesbos del Atlántico", a pesar de ser cinco veces más pequeña, ha recibido este año el doble de migrantes que la isla griega del Mediterráneo.
Pero, a diferencia de Lesbos en varias crisis migratorias, hasta la pequeña isla canaria no ha sido desplegado ni un sólo agente de Frontex. Las razones son diversas. La Agencia Europea está "capacitada" y "a la espera" de actuar, sostienen. Pero también, por primera vez, reconocen que sería "imposible" su intervención con aviones y barcos en las Islas Canarias sin la autorización de los países del África occidental.
Pregunta.– Hace poco el director, Hans Leijtens, mencionó que Frontex está a la espera de una solicitud formal de las autoridades españolas para reforzar el apoyo en respuesta a la crisis migratoria. ¿Podría confirmar si Frontex está negociando actualmente un mayor apoyo para España?
Respuesta.– Estamos en conversaciones con varios Estados miembros que albergarán nuestras operaciones en 2025. El problema que tenemos en España es que existen limitaciones importantes en cuanto a lo que podemos hacer fuera de la Unión Europea, operativamente. Para que Frontex, por ejemplo, patrulle la costa africana con un barco o un avión, se necesita un acuerdo especial entre la UE y los países involucrados.
En este momento, tenemos este tipo de acuerdos principalmente en los Balcanes Occidentales, donde ayudamos a gestionar las fronteras en países como Albania y Montenegro. En las Islas Canarias, sin tales acuerdos, es prácticamente imposible que tengamos operaciones plenamente desarrolladas.
El caso de Albania
Recientemente, Italia propuso un modelo de externalización de la gestión de migrantes mediante acuerdos con países fuera de la Unión Europea. El plan consistía en trasladar a migrantes irregulares que llegaban a Italia a centros de procesamiento en Albania a través de barcos, en lugar de retenerlos en territorio italiano.
Un enfoque similar al modelo previamente utilizado por algunos países europeos para gestionar la migración a través de acuerdos con terceros países, como el pacto entre la UE y Turquía de 2016.
Frontex defiende ahora llegar a acuerdos previos con esos terceros países para evitar la llegada masiva de migrantes. En las Islas Canarias, adicionalmente, hablan de problemas legales a la hora de poder o no poder desplegarse.
P.– Me gustaría saber si podría explicar cómo funciona ese proceso de solicitud al que Hans Leijtens hace referencia.
R.– El proceso comienza cuando un Estado miembro, como España, presenta una solicitud formal de apoyo adicional a Frontex. Una vez recibida la solicitud, trabajamos estrechamente con las autoridades nacionales para evaluar sus necesidades y planificar la mejor manera de proporcionar asistencia. No hay criterios específicos que España deba cumplir, pero cualquier operación se basaría en un acuerdo mutuo y se alinearía con la ley de la Unión Europea y los estándares de derechos fundamentales.
P.– Sabiendo que el Gobierno de España no ha realizado esa solicitud, ¿cuál es la posición formal de Frontex respecto a la situación en las Islas Canarias?
R.– Somos muy conscientes de la significativa presión migratoria sobre las Islas Canarias, particularmente en la isla de El Hierro. Nuestra posición es que se necesita un enfoque integral. No se trata sólo de gestionar las llegadas, sino también de abordar las causas fundamentales de la migración. Esto implica una estrecha cooperación con las autoridades locales para mejorar la gestión fronteriza y el intercambio de inteligencia, así como la colaboración con los países de origen y tránsito para desmantelar las redes de contrabando.
Además, debemos asegurarnos de que se satisfagan las necesidades humanitarias, al mismo tiempo que se mantiene la seguridad fronteriza. Prevenir los viajes peligrosos a través de una mejor cooperación con los países de origen es clave para reducir estas cifras a largo plazo y salvar vidas.
P.– Ya que menciona usted El Hierro, hemos visto recientemente cómo han llegado a la isla migrantes desde países como Afganistán y Pakistán. ¿Qué significado tiene esto en términos de los flujos migratorios que Frontex monitorea?
R.– Es una señal de que las redes de contrabando están adaptando sus rutas a la realidad sobre el terreno. En el pasado, hemos visto a personas de países como Pakistán o Bangladés volar a lugares como Turquía o Libia, a menudo usando aeropuertos de Oriente Medio, para luego intentar llegar a Europa a través del Mediterráneo. Es posible que, después de que países como Túnez y Libia hayan tomado medidas contra las redes de contrabando este año, algunos migrantes ahora estén considerando la ruta canaria como una nueva opción, pero necesitaremos más tiempo para confirmar eso.
P.– ¿Sería común ver a redes de crimen organizado traficando con personas desde Asia hacia Europa vía las Islas Canarias?
R.– Bueno, estamos monitoreando de cerca estos desarrollos para ajustar nuestras operaciones en consecuencia. Lo cierto es que este cambio en realidad resalta cómo las redes de contrabando explotan nuevas rutas, utilizando países de África Occidental como puerta de entrada a Europa. Y lo que vemos es la implicación de las redes de crimen organizado en el tráfico de personas como algo común pero no por ello menos preocupante.
Estos grupos se aprovechan de la inestabilidad y la falta de oportunidades en los países de origen de los migrantes para lucrarse con su desesperación. Y estas ganancias son enormes y, a menudo, se utilizan para financiar otras actividades criminales. Combatir estas redes criminales requiere una mayor cooperación entre Europa y los países involucrados. Esta es una de las razones clave por las que necesitamos cooperación transfronteriza: para enfrentar a estas enormes empresas criminales que no conocen fronteras.
P.– ¿Hay coordinación de Frontex, entonces, con España en cuanto al intercambio de inteligencia, particularmente en la lucha contra el tráfico de personas y las redes de contrabando?
R.– Sí, obviamente, trabajamos mano a mano con las autoridades españolas en el intercambio de inteligencia para enfrentarnos a esas redes de contrabando. Tenemos una sólida asociación con España, lo que nos permite compartir información crítica de manera efectiva. A lo largo de los años, nuestra presencia ha evolucionado para responder al creciente número de llegadas. Y continuamos adaptando nuestras operaciones para asegurarnos de que respondan a las necesidades sobre el terreno.
Para enfrentar estas presiones migratorias, España debe hacer más que simplemente gestionar las llegadas
P.– Y, sin embargo, la presión migratoria en las Islas Canarias ha aumentado significativamente en los últimos años.
R.– Sí. Pero los desafíos que enfrentamos en las Islas Canarias son parte de un conjunto más amplio de problemas en las fronteras exteriores de Europa. Desde las fronteras orientales con Rusia y Bielorrusia hasta otras regiones alrededor de Europa, estamos viendo cómo los migrantes desesperados están siendo utilizados como herramientas políticas. Ciertos regímenes explotan a estas personas vulnerables para desestabilizar Europa, convirtiendo la migración en una forma de chantaje. Estas situaciones demandan una respuesta coordinada a nivel europeo, y Frontex está en el centro de esa respuesta.
P.– ¿Qué papel tiene España y el Gobierno de Pedro Sánchez en todo esto?
R.– En el caso de las Islas Canarias, para nosotros es una región que se ha convertido en un punto de entrada crítico. Para enfrentar estas presiones migratorias, España debe hacer más que simplemente gestionar las llegadas. El Gobierno de Sánchez debe abordar las causas fundamentales de la migración y fortalecer su cooperación con los países clave de origen y tránsito, como Marruecos, Mauritania y Senegal.
Por eso nosotros trabajamos también para mejorar la coordinación, compartir inteligencia y fortalecer las capacidades de gestión fronteriza con estos países. Se trata de prevenir los viajes peligrosos antes de que siquiera comiencen, antes de que se pierdan vidas en el mar o en el desierto.
En el corazón de esto está el espacio Schengen, uno de los mayores logros de Europa. La capacidad de viajar de Madrid a Varsovia es algo que disfrutar y de lo que estar orgulloso. Debemos proteger Schengen, pero solo podemos hacerlo si trabajamos juntos como una sola Europa. Cada Estado miembro de la UE tiene un papel que desempeñar, y Frontex, en asociación con países como España, está comprometido a salvaguardar la integridad de nuestras fronteras mientras defendemos los valores europeos.
P.– A veces la imagen de Frontex parece mucho más dura que la que usted sostiene...
R.– Pero es que, si bien la gestión fronteriza es un aspecto clave de esta estrategia, esta es sólo un factor. Para gestionar la migración de manera efectiva, también debemos enfocarnos en estabilizar las regiones de origen, mejorar las vías legales para la migración y luchar contra las redes criminales que explotan a las personas vulnerables.
P.– ¿Servirá la diplomacia? Todo apunta a que la próxima década será en Europa mucho más compleja en términos de migraciones.
R.– Los desafíos que enfrentamos son complejos, pero con la experiencia que tenemos y la cooperación con los Estados miembros, estamos en una posición sólida para responder. Nuestro plan a largo plazo, en cuanto a Frontex, no sólo incluye apoyar a España y otros estados en primera línea, sino también construir asociaciones más fuertes con países fuera de la Unión Europea para reducir los flujos migratorios en su origen. Al abordar estos desafíos de manera colectiva, podemos asegurarnos de que las fronteras de Europa permanezcan seguras y de que el área Schengen continúe siendo un símbolo de libertad y unidad.