Todos los frentes abiertos del presidente, Pedro Sánchez, en política exterior.

Todos los frentes abiertos del presidente, Pedro Sánchez, en política exterior. Diseño: Arte EE / EP

Reportajes

Las tres crisis diplomáticas de Sánchez: así ha usado a Mohamed VI, Netanyahu y Milei para atar la Moncloa

El Gobierno se ha enfrascado esta semana en un frente con Argentina y otro con Israel, que se suman a las disputas con Marruecos y Argelia del pasado.

25 mayo, 2024 02:32

La semana comenzó en domingo con las descalificaciones de Javier Milei a Pedro Sánchez y esposa, siguió el martes tras la retirada de la embajadora española en Buenos Aires, continuó en un concierto en Argentina jaleado por insultos cancheros, volvió el miércoles a España ante la bendición de un nuevo Estado, prosiguió con la llamada a consultas de Israel a su embajadora, fue terminando con las acusaciones de “antesimitismo” y se agotará definitivamente el próximo martes con el reconocimiento de Palestina como país de pleno derecho. Diez días extenuantes, con dos crisis diplomáticas abiertas en paralelo y unas elecciones europeas a la vista. Casi nada. 

Pero los conflictos entre gobiernos no se gestan en unas pocas horas, por muy graves que sean los reproches. Comenzando por el primero, el frente abierto con Javier Milei se inicia al menos durante la campaña electoral del pasado noviembre en aquel país. Así lo perciben fuentes diplomáticas argentinas consultadas por EL ESPAÑOL. En ese momento Argentina debía elegir entre el continuismo del peronista Sergio Massa y el rupturismo radical de Milei. Y en lo que en Buenos Aires vieron como una afrenta, Sánchez salió en un vídeo a apoyar a Massa como un ejemplo de “tolerancia y diálogo” frente a la “estridencia” del ahora presidente. 

El ambiente se fue caldeando hasta alcanzar su cénit con las insinuaciones del ministro de Transportes, Óscar Puente, que acusó al mandatario argentino de “ingerir sustancias”. Después, ya se sabe: ronda de desprecios, visita extraoficial de Milei a Madrid, aplausos en el mitin de Vox, alusiones a Sánchez como “calaña”, a Begoña Gómez como “corrupta”, llamada de atención del Gobierno español y retirada definitiva de la embajadora en Buenos Aires, María Jesús Alonso

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Desde Argentina consideran que Sánchez pretende así “consolidarse como un gran líder socialdemócrata en Europa”, en contraposición a un referente del otro espectro ideológico. Una lectura en la que coincide el exministro de Exteriores del PP José Manuel García-Margallo. “Para mantener una coalición heterogénea de partidos, Sánchez necesita construir un muro para impedir un gobierno de la derecha y la extrema derecha contra la idea de progreso que él y sólo él representa. Para ello busca la polarización y cuando la política interior no es suficiente, utiliza también la política exterior”, asegura García-Margallo. 

En el caso concreto del choque con Milei el exministro considera que “cuando provocas un incendio y las posiciones se enquistan, es difícil dar la razón a ninguno de los dos”. “Utilizan a Milei porque saben que va a responder, pero esto no favorece el consenso nacional, beneficia a los extremos. Y en el caso de retirar a la embajadora, es darnos una patada en nuestro propio trasero, porque a Argentina no le perjudica absolutamente en nada, mientras que a nosotros nos perjudica y mucho”. La legación diplomática queda ahora en manos del encargado de negocios español.

Milei ya ha aprovechado también la oportunidad para azuzar la batalla ideológica contra el socialismo, escenificada en un concierto de rock con el presidente en el escenario y las multitudes coreando insultos contra Sánchez y su mujer. Algunos expertos consultados consideran que esta crisis no llegará más lejos de lo simbólico, aunque la mayoría coinciden en que las relaciones internacionales han traspasado los márgenes de la política de Estado para convertirse en otro frente de batalla interna

 “Las tensiones y radicalización donde hay una cierta personalización de las decisiones en política internacional es clara, y lo que hace Javier Milei en Madrid es atacar. Pretende presentarse como un líder de la ultraderecha a nivel mundial y por eso busca a Sánchez como objetivo. En general, y no solamente referido al caso español, la política internacional hoy en día está teniendo una influencia muchísimo mayor en la política interna y viceversa. Así que no me extraña lo que está pasando en España, tanto en el caso de Argentina como con Israel”, opina Paulina Astroza, profesora de Relaciones Internacionales y titular de la cátedra europea Jean Monnet.

Israel y el Estado palestino

Ese ha sido el otro frente abierto en el ámbito internacional de la semana. Tras el anuncio de Pedro Sánchez en el Congreso de reconocer el Estado de Palestina el próximo martes 28 de mayo, en una acción coordinada con Irlanda y Noruega, Israel llamó a consultas a sus embajadores en los tres países. En el caso español la tensión ha seguido escalando, con acusaciones de “antisemitismo” desde Tel Aviv ante las declaraciones de ministros de Sumar que se posicionan claramente del lado palestino. El último episodio de esta crisis se produjo este viernes, con la decisión del Gobierno israelí de prohibir al consulado de España en Jerusalén “prestar servicios a los palestinos”. 

Aunque, como en el caso argentino, el lodo viene de antes. Tras el salvaje atentado de Hamás del pasado 7 de octubre y los bombardeos en Gaza, que han causado más de 35.000 muertos -la mayoría niños y menores- según cifras de la ONU, España ha sido uno de los países occidentales más críticos con el Gobierno israelí de Benjamin Netanyahu

Pedro Sánchez ha insistido en reclamar un alto el fuego y durante la presidencia rotatoria de España en la UE acudió al paso de Rafah para pedir la entrada de ayuda humanitaria. Lo último es el reconocimiento del Estado de Palestina, que ya había anticipado hace semanas que sería un hecho. A esto se suman las declaraciones de los ministros de Sumar, mucho más contundentes contra la estratégica bélica israelí, a la que califican como un “genocidio”. Desde el mundo árabe -no sólo Hamás- han celebrado la estrategia del Gobierno español.

Sánchez junto al primer ministro belga, Alexander de Croo, en el paso de Rafah en noviembre de 2023.

Sánchez junto al primer ministro belga, Alexander de Croo, en el paso de Rafah en noviembre de 2023.

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“Israel siempre adopta una postura muy defensiva en cuanto alguien toma una decisión internacional que va en contra de sus intereses. Ya lo hizo con Suecia, retirando a su embajador de ese país cuando su gobierno reconoció a Palestina en 2014, y a los seis meses el embajador retornó. Creo que España aquí ha sido relativamente lista, al impulsar una acción coordinada con otros países. ¿Y por qué hace esto? Porque así dispersa el foco y porque Israel no puede romper relaciones con varios miembros de la UE a la vez”, estima Víctor Pascual, profesor de Derecho Internacional Público y Derechos Humanos de la Universidad UNIR. 

España se acoge a la solución de los dos Estados para Israel y Palestina, que defiende casi toda la comunidad internacional aunque en la práctica está en una vía muerta desde hace décadas. Una línea en la que ya avanzó en 2014, cuando aprobó en el Congreso una proposición no de ley a favor del reconocimiento de Palestina como Estado. Sin embargo, esta vez se hará presumiblemente sin el apoyo de la oposición y en un contexto de guerra.

“El derecho internacional recoge el derecho de autodeterminación del pueblo palestino, hay muchas resoluciones de la ONU que lo avalan. Pero en la UE no puede haber una acción unitaria porque es imposible un consenso de los 27 y el Consejo de Seguridad de la ONU está bloqueado por el veto de Estados Unidos, con lo que España trata de meter presión a Israel para que se siente a negociar y se abra un proceso de paz”, resume el profesor Víctor Pascual.

Margallo, que era ministro en 2014 cuando su partido apoyó en el Congreso esa proposición no de ley presentada por el PSOE para el reconocimiento de Palestina, matiza que en aquella ocasión “se habló con Jerusalén y con Ramala [donde está la sede de la Autoridad Nacional Palestina], se habló con Estados Unidos, se habló con la oposición y se llevó al Congreso”. El ahora eurodiputado también sigue apostando por la solución de los dos Estados “en la que se involucren las dos partes y amparada por las grandes potencias, fundamentalmente la UE”. “En el fondo estamos todos de acuerdo, el problema es como se ha hecho”, matiza. 

Para García-Margallo, Sánchez “no tiene un interlocutor válido, porque Hamás no reconoce a la Autoridad Nacional Palestina; y además Netanyahu no negocia los asentamientos con los que ha trufado Cisjordania con 700.000 colonos judíos”. El representante del PP opina que “Israel está abusando de la desproporcionalidad y rozando los límites del derecho humanitario” en Gaza, pero estima que “el tiempo es malo” para reconocer el Estado de Palestina porque “puede parecer que el terrorismo funciona cuando quieres conseguir unos objetivos políticos”. 

Estados Unidos estaba presionando a Arabia Saudí para que se sumara a los Acuerdos de Abraham, por los que una serie de países árabes firmaron en 2020 la normalización de relaciones con Israel. Sin embargo, la guerra ha paralizado esas negociaciones. Entre los firmantes estaba el Reino de Marruecos, que consiguió entonces el beneplácito de Washington a sus aspiraciones de controlar el Sáhara Occidental, en disputa desde que España abandonó este territorio en 1976. 

Manifestación a favor de Palestina el pasado 11 de mayo en Madrid.

Manifestación a favor de Palestina el pasado 11 de mayo en Madrid. Efe

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Marruecos y Argelia

En ese marco comenzó en 2021 la otra gran crisis diplomática de este Gobierno, la primera en orden cronológico. En mayo de ese año el rey Mohamed VI decidió retirar a su embajadora en Madrid como respuesta a la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, que había sido ingresado en un hospital de Logroño para recuperarse del covid. Pocos días después cerca de 8.000 inmigrantes cruzaron de golpe la frontera con Ceuta y ese mismo verano continuaron llegando miles de marroquíes a España. 

Entonces, se produjo el giro histórico. En marzo de 2022 Pedro Sánchez mandó una carta a Mohamed VI en la que consideraba que el plan marroquí para controlar la antigua colonia española era la iniciativa “más seria, realista y creíble”. De esa forma, modificaba la tradicional postura de España en este sentido, que por otra parte también estaba en punto muerto.

“Para mí ese ha sido el gran error en política exterior de este Gobierno. Rompe la responsabilidad histórica que España tenía en el Sáhara sin motivo aparente y además no encaja con otras decisiones. Si Sánchez ha arriesgado con otros asuntos, aquí demostró priorizar unos intereses más pragmáticos, es una gran contradicción”, juzga Víctor Pascual.

Si en las crisis de Argentina o Israel el presidente del Gobierno se ha alineado con las demandas de sus socios de investidura, que le pedían incluso más dureza, en el caso de Marruecos el líder del PSOE se desmarcó de estos. La alianza con Mohamed VI despertó primeros las iras de Podemos y después de Sumar, alineados con la postura prosaharaui.

Pedro Sánchez durante una visita a Rabat en 2022.

Pedro Sánchez durante una visita a Rabat en 2022. Gobierno de España

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El giro de guion en esta política provocó, además, una segunda crisis. En este caso con Argelia, rival histórico de Marruecos, que también retiró a su embajador en Madrid, congeló las relaciones comerciales con empresas españolas y limitó la exportación de gas a nuestro país. Argelia es el primer suministrador de esta materia prima a España, por lo que el Gobierno tuvo que buscar alternativas más lejanas con un coste superior para las arcas públicas. 

García-Margallo sí que considera que “primero hubo un giro hacia la izquierda, dejando entrar al líder del Polisario, pero después fue peor el remedio que la enfermedad. Sánchez se asusta cuando retiran a la embajadora y da un volantazo de 180 grados”. “Ni yo ni nadie hemos entendido todavía los motivos, ¿a cambio de qué fue aquello?”, se pregunta el exministro. “Lo único que demuestra este asunto es que la política exterior es errática y la credibilidad de España está por los suelos”. 

La Asociación de Diplomáticos Españoles, que en otras ocasiones ha emitido comunicados para oponerse a decisiones concretas, no se ha posicionado acerca de las últimas crisis ni sus miembros han querido participar en este reportaje. La académica Paulina Astroza insiste en la traslación de los asuntos internos al ámbito de la política internacional, que hasta ahora se regía por otras normas.

El próximo capítulo, a partir del próximo martes cuando quede reconocido el Estado de Palestina a pocos días de una nueva cita con las urnas. Y dentro de un mes, coincidiendo con una nueva visita de Javier Milei a España para recoger un premio del instituto de estudios Juan de Mariana. Si el Gobierno y la diplomacia no logran impedirlo.