El Papa Francisco devuelve al Opus a la "tropa": reforma la institución y acaba con sus privilegios
El Vaticano avanza en su "democratización" y el cabeza del Opus tendrá que rendir cuentas anualmente. Además, no será obispo de manera inherente al cargo.
18 abril, 2023 02:26Fue en noviembre de 1982 cuando la constitución apostólica Ut sit consolidó el genuino poder del Opus Dei dentro de la Iglesia Católica. Y ha sido este domingo, una vez finalizado en Roma su Congreso general extraordinario, cuando la Obra fundada por Josemaría Escrivá de Balaguer en 1928 ha perdido un pedazo importante de ese encaje especial otorgado por Juan Pablo II. Una parte de su poder. Un movimiento tectónico dentro de la jerarquía eclesiástica, más simbólico que práctico, generador de cierto revuelo mediático, con el que el Papa Francisco culminará una de sus más importantes aspiraciones papales: descafeinar el mando singular de algunos movimientos antaño utilizados como avanzadilla y progresar en la democratización de la Iglesia.
La publicación en julio de 2022 de Ad charisma tuendum —un documento Motu Proprio rubricado por Bergoglio con el Opus como destinatario— detonó un cambio obligado por la nueva constitución apostólica Praedicate Evangelium. Sustentado durante 40 años sobre una suerte de diócesis supranacional sin territorio que tan sólo respondía ante el Papa, el movimiento pasó a depender de la Congregación del Clero, y no ante los Obispos, como hasta ahora, el pasado 4 de agosto. Además, su cabeza —actualmente, Monseñor Fernando Ocáriz— ya no será obispo de forma inherente al cargo y tendrá que pasar revista con el Vaticano anualmente y no cada cinco años, como hasta ahora. La decisión de Francisco, según constatan diversas fuentes a EL ESPAÑOL, generó un hondo malestar en muchos miembros de la Obra.
Sin embargo, aceptado el envite vaticano, el Opus Dei ha aprovechado el cónclave de renovación forzosa para un cierto acto de contricción pública y, el mismo jueves que se inició el congreso, reconoció hasta ocho denuncias de abusos sexuales "fundadas" contra miembros del Opus en Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina a través de un comunicado de la Prelatura en Argentina.
"No siempre hemos sabido darle a cada uno el reconocimiento, acompañamiento y apoyo que buscaba y necesitaba", reconoce el texto sobre unos casos que involucran a tres sacerdotes (dos ya fallecidos) y cinco laicos vinculados al movimiento, pero que no hace referencia alguna al caso con más calado en España, de renovada actualidad tras el documental que Jordi Évole ha dirigido con el Papa Francisco para Disney+. El de los abusos en el Colegio Gaztelueta, en Vizcaya, por parte un profesor numerario del Opus.
¿Supone todo esto lo que parece? Una perdida de influencia del Opus Dei dentro de la Iglesia y la vuelta de Francisco al espíritu del Concilio Vaticano II. "Evidentemente", acuerda en conversación con este periódico José Manuel Vidal, periodista especializado y director de Religión Digital. "Hay que tener en cuenta también de dónde venimos, especialmente de la etapa de Juan Pablo II, continuada con Benedicto XVI, donde el Opus era como la caballería ligera del Papa, el movimiento por excelencia", desarrolla Vidal.
Un cambio de paradigma que responde a dos maneras de concebir la Iglesia. "Juan Pablo II habla de la nueva evangelización y se pone en manos de los movimientos especializados, entre ellos el Opus Dei, para influir en diferentes estratos sociales. El Opus, dirigido a captar a las clases altas; Comunión y Liberación para los intelectuales, digamos; los kikos [Camino Neocatecumenal] a las clases populares; y los Legionarios de Cristo, un poco que no se sabía, pero con mucho dinero, poder y vocaciones en México", explica el periodista consultado sobre una estrategia que considera piramidal.
¿Enfrente? La concepción más "circular, poliédrica y sinodal" implantada por Francisco. Las modificaciones que ha pedido el Papa están en línea con otras similares que Francisco también exigió a otros grupos católicos como los kikos, Comunión y Liberación o la comunidad de San Egidio.
Jesús Juan Pardo, director de Comunicación del Opus Dei en España, quita hierro a la decisión y la enmarca dentro de la reforma de la Curia emprendida por el Santo Padre durante la última década. "A nosotros, en el día a día, nos va a influir más bien poco: es una cuestión más del propio Vaticano", defiende Pardo en conversación con este periódico. "Pasamos de depender de una congregación [la de Obispos] a otra [la del Clero], básicamente. El Papa lleva 10 años con la reforma para la Curia, una de las cosas para las que fue elegido", alega sobre un dictamen asumido con "tranquilidad" pese al "ruido mediático".
Pardo se ciñe a lo manifestado por el Papa en diciembre del año pasado. El pontífice argentino trató de restar importancia a la decisión con buen humor y naturalidad, apelando incluso a su buena relación Mariano Fazio, compatriota y vicario general de la Prelatura del Opus, en una entrevista al diario ABC. Se trata de la vez que más ha ahondado en el tema públicamente.
"No es una cuestión sólo del Opus Dei, sino de las prelaturas personales. En el esquema de la Curia, el Opus Dei dependía de la Congregación de Obispos, pero en el Código de Derecho Canónico las prelaturas se encuadran de otro modo, y había que unificar el criterio. Se estudió la cosa y se dijo, 'que vaya la prelatura a la Congregación del Clero'. (...). Ha sido una cosa serena y normal hecha por canonistas, trabajaron incluso canonistas del Opus en el proceso", defendió Francisco en el periódico citado.
Consciente de la especial repercusión del asunto en España, donde el Opus arrastra una dilatadísima trayectoria de relevancia política, religiosa y cultural, el Santo Padre se dilató en las explicaciones. "Algunos por una parte decían: '¡Por fin el Papa les dio a los del Opus!' ¡No les di nada! Y otros, de otra parte, decían: '¡Ah, el Papa nos invade!'. Nada de eso", terció. "La medida es una reubicación que había que resolver. No es correcto agigantar la cosa, ni para hacerlos víctimas, ni para hacerlos reos que recibieron castigos. Por favor. Soy muy amigo del Opus Dei, los quiero mucho y trabajan bien en la Iglesia. El bien que hacen es muy grande", se mojó.
El Ad charisma tuendum, sin embargo, supone un punto de inflexión histórico para el Opus, desposeído ahora de unas señas de identidad que no tenían parangón en el seno de la Igleisa. Vidal recuerda alguna de la terminología empleada por Escrivá de Balaguer en El camino, su obra más importante. "Por un lado estaban los privilegiados, que eran ellos, y por otro lo que Escrivá llama la clase de tropa, que son todos los católicos que van por detrás", explica de manera sucinta.
¿Se podría decir que Francisco manda al Opus a la tropa? "Todos somos tropa", contesta el director del digital religioso, que también alude a una de características más controvertidas de la Obra: su opacidad y el enorme desdoro causado por concretos casos de pederastia como el caso Gaztelueta. "La pederastia y los casos han influido en esta decisión, pero no exclusivamente, porque no es una cuestión sólo del Opus Dei, sino que es una cuestión transversal y de todos estos movimientos", considera el periodista.
"A mí me parece que no se corresponde con la realidad", responde Jesús Juan Pardo. "Mi opinión personal es que esto no ha tenido nada que ver con el asunto. Tenemos el caso de Gaztelueta, el más notorio y público, que lleva más de 10 años, juzgado por el Tribunal Supremo. Se informó al Vaticano y se gestionó. No ha tenido nada que ver".