El pasado lunes 20 de febrero, Marron anunció en El Hormiguero que su pareja había salido de cuentas y que pronto nacería su primer hijo. Y así fue, al día siguiente, el colaborador se ausentó del programa para acudir al hospital y estar presente en el parto.
Pablo Motos tuvo que reaccionar con rapidez para encontrarle un sustituto y quién mejor que Miguel Gálvez, uno de los miembros del equipo de Ciencia del programa que solía ayudar a Marron en la sección.
Y así fue como el almeriense se puso al frente, con muchos nervios el primer día, pero que poco a poco los ha ido perdiendo para ir presentando a los espectaculares experimentos que hacen en El Hormiguero.
EL ESPAÑOL ha contactado con Gálvez para que el público sepa un poco más de él ya que, aparte de sus estudios como ingeniero técnico de telecomunicaciones especializado en sonido e imagen, es DJ y le encanta hacer rutas con su Harley Davidson en su tiempo libre.
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El almeriense tuvo muy claro desde pequeño a qué se quería dedicar. A los 15 años, comenzó a trastear con una mesa de mezclas para hacer sus propias canciones porque “siempre me ha apasionado el mundo del sonido, aparte de la música”, reconoce.
Tras aprobar Bachillerato llegó la hora de elegir una carrera y, como lo que a él le gustaba era el sonido, estudió Ingeniería Técnica de Telecomunicaciones con la especialidad en Sonido e Imagen: "A día de hoy sigo estudiando cosas relacionadas con la acústica. Me apasiona la física del sonido y tengo un estudio en casa porque también me gusta hacer música", comenta el almeriense.
Su llegada a El Hormiguero
Una vez acabada la carrera en Madrid, inmediatamente se puso a buscar trabajo, pero en aquella época España estaba sumida en la crisis del ladrillo y no encontró nada en la capital, por lo que Gálvez decidió volver a su Almería natal. "Pasé por algunos trabajillos hasta que comencé como ingeniero haciendo mediciones, proyectos de aislamiento y de acondicionamiento acústico durante dos años y algo", recuerda. Hasta que su vida cambió.
—¿Cómo fue su fichaje por El Hormiguero?
—Una amiga que trabaja en producción del programa me llamó porque me dijo que estaban buscando una persona con mi perfil. Le mandé mi currículum, me entrevistaron varias veces y me cogieron. No me lo tuve que pensar mucho porque cuando me dijeron que iba a hacer experimentos de El Hormiguero, que lo veía siempre en casa, acepté inmediatamente. Además, la sección de Ciencia era mi favorita ya que era la que estaba más relacionada con mi mundo.
Mi trabajo como científico me encanta y ya llevo siete años haciéndolo y compartiendo pantalla con Keller y Carlos, al que llamamos ‘el de los cables largos’ porque es el ingeniero electrónico. Somos los que menos vergüenza tenemos (risas).
—¿Cómo recuerda su primer día en el programa?
—Al llegar a las oficinas de la productora estaba flipando un poco. Como curiosidad, yo suelo vestir bastante alternativo, pero para aquel día me quité mis pendientes y me puse un poco más formal. Cuando entré y vi a mis compañeros pensé: "Este es mi sitio". Además, conocer a Pablo Motos, a Marron… para mí fue impresionante porque llevaba toda la vida viéndolos por la televisión.
—¿Cuál ha sido el experimento que más recuerda?
—Yo me suelo enfocar en los retos electrónicos, con pelotitas… todos son complicados, pero si tengo que destacar uno muy difícil fue el que había que golpear una pelota de tenis grande, del tamaño de un balón de fútbol, con un bate y meterla en una canasta. Me volvió loco. Me tiré una semana dándole vueltas sin parar, ni iba a cenar de lo obsesionado que estaba.
En directo salió a la tercera o a la cuarta, no recuerdo bien porque fue al final de hace dos temporadas. Pero desde que empecé a ensayar hasta que salió para estar preparado para emitirse en pantalla fueron unos 300 intentos desde que empiezas a probar, ves qué falla, vas al vídeo de cámara lenta para analizar los errores, vuelves a probar… y así hasta que sale. Cada vez te vas dando cuenta de una variable nueva.
—¿Sale todo?
A veces las cosas no salen, porque todo lo que hacemos es de verdad, pero también aprendemos de los fallos y de la complicación de los retos que hacemos. Eso sí, yo me voy a mi casa fastidiado porque, para mí, cada uno es un reto personal y deja de ser trabajo, por mis narices quiero que salga. Si me tiro una semana entera trabajando diez horas diarias para que salga el reto y en directo no sale, me voy cabreado a casa.
Aunque luego me olvido porque al día siguiente tengo que estar montando otra cosa. Lo bueno de trabajar en El Hormiguero es el dinamismo, que cada día es diferente, lo mismo estoy haciendo un reto de electrónica que estoy pegándole machetazos a una autocaravana por dentro para desmontarla porque hay que aplastarla.
—¿Ha habido algún invitado que le haya hecho especial ilusión conocer?
—Recuerdo que cuando hicimos El Hormiguero en Londres con Will Smith tuvimos que ir todo el equipo allí para montar el plató. Fue un currazo y cuando llegó la hora de hacer el programa todos estábamos cansadísimos del viaje y del montaje. Ese día, además, yo salía en la sección de Ciencia junto a Marron y estaba agotado. No obstante, cuando entró Will Smith en el plató, con esa energía que él tiene y encima era la primera vez que le veía, me vine arriba, tuve un cosquilleo por todo el cuerpo porque pensé: "Es que tengo delante al Príncipe de Bel Air". Pasé de estar hecho polvo a motivarme y estar a tope.
Su debut
El pasado martes, Gálvez tuvo que dar un paso al frente por petición de Pablo Motos, ya que Marron estará algo más de un mes de baja por paternidad y el almeriense fue el escogido por el conductor del programa para ser el encargado de presentar los experimentos de la sección de Ciencia de El Hormiguero.
"Aunque llevo siete años en el programa y he salido al plató un montón de veces, el no tener a Marron al lado cambia muchísimo todo. La diferencia es que he estado toreando vaquillas durante años y ahora me han soltado un morlaco en Las Ventas (risas)", asegura el ingeniero de telecomunicaciones.
—¿Cómo se sintió al frente de la sección de Ciencia de El Hormiguero?
—Cuando Pablo Motos me dijo que saliera sustituyendo a Marron le dije que era capaz de afrontarlo porque no tengo vergüenza y ya tenía experiencia… pero cuando se acercó el momento no sentí timidez sino responsabilidad por estar al frente de la sección de Ciencia de El Hormiguero, que es algo muy gordo, y me puse nervioso.
Me ayudó mucho que la invitada fuera Lorena Castell, que estuvo totalmente de mi parte. El primer día se me vio que estaba nervioso, pero el segundo fue mejor, el tercero algo más y así. Poco a poco empezaré a ser un poco más natural y más yo.
—¿Cómo es el día a día del equipo de Ciencia?
Llegamos sobre las 12 de la mañana, preparamos unos tres o cuatro experimentos para comprobar que todo funcione y la seguridad que rodea a cada uno de ellos. Nos vamos a comer y sobre las 17:30 horas solíamos quedar con Marron, aunque ahora lo harán conmigo (risas), y le explicábamos todo. A las 19 horas hacemos un ensayo general del programa con Pablo y todas las secciones, una especie de examen en el que todo tiene que estar tan perfecto como si fuera directo. Después del ensayo volvemos a preparar la ciencia para reponer todo lo que hemos gastado en las pruebas y disponernos para la emisión del programa.
Siempre estamos buscando ideas nuevas, vamos preparando otras porque hay cosas que las podemos planear el mismo día y hay otras más complicadas que nos llevan más tiempo y que irán dentro de una semana o dos, no paramos. Como El Hormiguero es un espacio que lleva 17 años haciendo esta sección, los principios físicos se acaban (risas).
—¿Cuántos sois en el equipo?
En el equipo de Ciencia somos 13 personas y proponemos unas diez ideas cada uno a la semana, aunque hay veces que nos quedamos con 20 y otras solo con 5, porque hay algunas que no son tan televisivas, otras que no merece la pena hacerlas, y hay otras que dándoles una vuelta hemos conseguido hacer algo atractivo.
Marron sabe mucho de Ciencia porque lleva 17 años escuchando todos los días a gente explicando los experimentos. Él también propone ideas y está metido en la sección.
Harley Davidson
De lunes a viernes, Gálvez está muchas horas en las oficinas de 7yacción, la productora de El Hormiguero, preparando los experimentos que realizará junto a sus compañeros del equipo de Ciencia del programa de Antena 3, pero cuando sale de allí, le gusta sentir el viento en la cara encima de su moto, una Harley Davidson. "Antes tenía una de 125cc, pero esto es otra cosa", comenta entre risas el almeriense.
—¿Qué suele hacer en su tiempo libre cuando no está en El Hormiguero?
—En casa dejo los experimentos de lado y me dedico a hacer música en mi estudio de producción. Si hace buen tiempo me gusta salir con la moto para hacer rutas con mi Harley Davidson acompañado por compañeros del trabajo o con mi amigo José Enrique ‘El Chato’. El viaje más largo que he hecho con ella ha sido ir a Almería este verano, pero lo pasé muy mal con la ola de calor. Desde Jaén hasta mi casa me tenía que parar cada 20 minutos para echarme agua helada por encima para espabilarme ¡fue de locos!
—¿Le suelen reconocer por la calle?
—En ocasiones. Como El Hormiguero se sigue emitiendo en verano con programas repetidos, este año, estando de vacaciones en Las Negras, un pueblo de Almería, salí yo de tomar algo de un bar y se me acercó un grupo de gaditanos que me reconoció: “Tu eres el de la Ciencia de El Hormiguero, pero… ¿cómo has bajado tan rápido de Madrid?”. Y es que justo ese día emitieron un programa repetido en al que salía yo y no lo sabían, pensaban que había sido en directo y que al acabar el programa me había ido hasta allí (risas).