Antonio Blanco Gil, de 55 años, desapareció con su nieto Daniel, de 22 meses, el pasado miércoles día 7 de su casa de Manzanilla, en Huelva. El abuelo tenía diabetes y depresión y se fue con el menor sin dar cuenta de ello a nadie que se sepa. Ambos fueron hallados este 8 de diciembre en coma y fueron atendidos por los servicios sanitarios andaluces. El abuelo falleció, pero el menor continúa luchando por su vida, ingresado en la UCI del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
Son horas decisivas. La madre del pequeño, María Rodríguez, de 20 años, y su padre, Antonio Blanco, de 21, hijo del difunto abuelo, siguen la evolución del pequeño con gran preocupación. No obstante, continúan con esperanzas de que el pequeño se recupere. Daniel está sedado y con respiración asistida; lo bueno es que el corazón le late por sí solo, apunta su madre, y que no le han operado.
EL ESPAÑOL ha hablado con familiares del menor que aseguran que esta tarde le han bajado la sedación a la mitad y está respondiendo. El pequeño habría apretado la mano a uno de los médicos incluso, lo que se toma como síntoma de mejoría. La madre aseguró a los medios que los médicos le habían dado esperanzas anteriormente: "Creen que se va a recuperar y que vamos a poder salir de esta, que el niño va a salir corriendo del hospital".
En declaraciones a Huelva Información, la madre del menor ha asegurado que ha pasado la noche "mejor" y que tenía "mejor color". Ella misma apuntaba que la situación es grave, pero no tanto, puesto que el menor evoluciona favorablemente.
El examen toxicológico realizado al niño resultó negativo, informó este viernes el hospital a la familia. Esto presupone que Antonio no dio pastillas a su nieto. EL ESPAÑOL preguntó al centro médico si dichas pruebas descartarían la inyección de insulina al menor, pero desde el hospital aseguran que no facilitan esa información.
La misma podría ser clave en el caso: una sobredosis de insulina causa hipoglucemia grave. El bebé de 22 meses fue hallado con síntomas de hipoglucemia grave cuando lo encontraron. A priori el motivo era no haber comido en más de 18 horas. El pequeño también presentaba síntomas de hipotermia severa, desnutrición y daños cerebrales. El menor continúa estable dentro de la gravedad.
Tal y como ya contó este periódico, tras un día y una noche entera encerrado con su abuelo en el coche, sin comer, sin beber, sin abrigo y sin ventilación, el niño sufrió también un coma por hipoglucemia e hipotermia, aparentemente de desnutrición y frío, a lo que se unió la deshidratación y la falta de oxígeno.
En declaraciones a los periodistas congregados a la puerta del Hospital Infantil, la madre del niño mostró su malestar porque su suegra no le hubiera informado de la desaparición del abuelo y el nieto hasta pasadas las diez de la noche del miércoles, seis horas o más después de percatarse de su ausencia: "Fui la última en enterarme".
La muerte de Antonio
Antonio Blanco Gil falleció, según indicó la familia tras la autopsia, a causa de una hipoglucemia que le provocó lo que se denomina como infarto diabético. Esto descartaría la hipótesis del suicidio que se había barajado durante las primeras horas.
Por el momento, poco se ha sabido del itinerario que siguió Antonio. La Policía Judicial de la Guardia Civil de los Juzgados de La Palma del Condado investiga lo ocurrido. El alcalde de Manzanilla expuso a este periódico que Antonio, capataz agrícola, estaba de baja médica y fue al centro de salud de Almonte. Posteriormente, pasó por los servicios médicos de La Palma del Condado, otra localidad onubense, y conduciendo entre Villarrasa y Rociana, en un lugar cercano a donde trabajan su mujer y su hija, sufrió una crisis.
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Ese motivo le habría llevado a abandonar la carretera y apearse en un camino. Fue ahí donde Antonio Blanco y su nieto Daniel fueron encontrados al día siguiente.
El abuelo cogió el móvil varias horas después de su desaparición. Se desconocen, eso sí, su estado mental y de salud, por lo que el análisis del terminal será clave para esclarecer el caso. Antonio respondió a una llamada de un vecino en torno a las 6 de la tarde. Balbuceante, contestó que se encontraba en el ambulatorio de La Palma.
A las 2.58 horas de la noche del jueves, un concejal le llamaba y Antonio volvía a descolgar el terminal. Esta vez no respondía, según explicó el alcalde de Manzanilla. Fue lo último que se supo de él.
Los padres del menor desmintieron en cualquier caso que se fueran a separar o que tuvieran algún problema familiar con el abuelo, y que eso le hiciera llevarse al menor. La Guardia Civil continúa con la investigación.