Ya no se puede pescar a más de 400 metros de profundidad en 87 zonas del Atlántico nororiental. Es una obligación que ha sido aprobada por la Comisión Europea con el objetivo de proteger los ecosistemas marinos vulnerables. Esta norma ha generado mucha polémica entre los profesionales del sector que tienen muchas dudas sobre su aplicación y provocará que se venda menos pescado durante los próximos meses y que, por tanto, subirá su precio en los principales puntos de venta.
La norma afecta a tres caladeros muy importantes: el Gran Sol, a la altura de Irlanda, el Cantábrico y el Golfo de Cádiz. Los cálculos del sector cifran que el veto podría afectar a 2.500 pescadores y a más de 500 barcos. Además, esta prohibición significa capturar menos (al no poder trabajar a más de 400 m de profundidad) y perder horas de trabajo.
El armador gallego, José Carlos Bacelar, ha contado en 'La Linterna' en COPE que, debido a las restricciones, hay tres tipos de pescado, -muy comunes-, que serán más difíciles de capturar y que, por tanto, serán más caros en los mercados. Uno de ellos es el rape blanco que es un tipo de pez que vive en el fondo. De hecho, "en esas profundidades se coge el 70 u 80% de ese tipo de pescado”.
También, hay otro pescado que es muy consumido que se verá muy reducido: la merluza. Y, por último, la cigala porque "al oeste de Irlanda hay una zona muy buena, de gran tamaño, que la han marcado y queda prácticamente excluida". En cuanto a la subida de precios por falta de existencias de pescado, el armador considera que "si no lo traemos, por mucho que suba, a ver si lo poco que traemos nos compensa el precio. Ya venimos de años con otras zonas prohibidas, no sé el arrastre a quién hará daño”.
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