Gregorio Hinojosa, funcionario del Registro Civil de Cuevas de San Marcos.

Gregorio Hinojosa, funcionario del Registro Civil de Cuevas de San Marcos. E.E.

Reportajes

Un funcionario cobraba gestiones gratuitas del Registro Civil desde 2005: subía precios cada año

Gregorio Hinojosa cobraba presuntamente por inscribir los nacimientos y las defunciones en el Registro. Nadie sospechaba nada en el pueblo.

31 agosto, 2022 02:29

En Cuevas de San Marcos reina un cierto runrún entre los vecinos desde que a uno de ellos lo detuviera la Guardia Civil la semana pasada. Una denuncia y tres cuadernos de notas con copias manuscritas de numerosas facturas han destapado en este pequeño y tranquilo pueblo de la sierra malagueña, frontera con Córdoba, lo que parece una estafa íntima, sutil, sigilosa. Y un trabajo artesano, casi una manualidad.

Han sido en concreto 17 años de exacciones ilegales, acota un efectivo de la Guardia Civil sobre el tipo, los que Gregorio Hinojosa, funcionario del Registro Civil muy conocido en la localidad, picoteó presuntamente un plus ilícito por la inscripción de defunciones y nacimientos, entre otros trámites. Por gestiones exentas de ningún tributo.

La Guardia Civil ha sabido de su puño y letra que, además, su tarifa se incrementó paulatinamente, aplicando sobre el tributo fictio una genuina inflación: si en 2005 cobraba 15 euros por la inscripción, sus honorarios antes de su detención la semana pasada subieron hasta 78. Un 520% más. El detenido dotaba de aspecto de oficialidad a los documentos con el sello oficial del Registro Civil del Juzgado de Paz.

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Todo terminó el día que a una empresa no le cuadró el tributo y lo denunció en junio ante Juzgado Único de Archidona. Mientras el Juzgado de Antequera investiga ahora si hay más personas implicadas, el comportamiento de Hinojosa, absolutamente desconocido por la mayoría del pueblo que lo defiende, parece sacado de El adversario, aquella novela de Carrère.

"No sé si fue una negligencia"

Tanto los vecinos consultados por este periódico como los que se han expresado a través de comentarios en las redes sociales a la noticia, publicada por las agencias Efe y Europa Press, defienden la inocencia de Hinojosa. Uno de los cuatro hijos de Juan José, histórico cartero del pueblo. 

"Es un poco extraño, porque son muy formales, muy legales... Su hermano es...", deja caer un hostelero del municipio sobre Juan José Hinojosa, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Málaga. El vecino desliza que este parentesco puede ser uno de los motivos de lo que considera un "linchamiento". También menciona a sus otras dos hermanas, que también viven en el pueblo. "Hay algo que no me cuadra, porque son muchas las noticias", se cuestiona, reconociendo que la familia Hinojosa "no es santo de su devoción"

"Si él estaba haciendo ilegal, ¿cómo deja registro de eso? ", plantea sobre los tres cuadernos incautados por la Guardia Civil. "Además, ¿eso qué beneficio le puede proporcionar a él? ¿Aquí cuantas defunciones puede haber? ¿30? [hace cuentas] Por 1000 euros año, eso qué dinero es?", se sorprende.

"Repartía cajas con su padre, luego repartió la carta de los muertos, yo que sé, él siempre se ha encargado de esas cosas hasta que entró en el Registro. Llevaba alrededor de eso toda la vida", desgrana su trayectoria profesional. "Desde entonces no lo he visto por la calle. Es un palo enorme para la familia. Yo rompo una lanza por él, no sé si fue una negligencia por no saber lo que estaba haciendo", intenta justificar sobre un hecho que lo ha dejado perplejo. 

Sorpresa en el pueblo

Un grupo de Facebook vertebra la memoria de un pueblo de 3.600 habitantes cuya actividad económica gira en torno al olivar. Defunciones, jóvenes graduadas en universidades andaluzas, fiestas del patrón o fotos de críos en sepia recorren el tablón de una comunidad que destila nostalgia. Gregorio, con la afabilidad de los hombres que se ponen de foto de perfil una cerveza en vaso de tubo, es uno más. Y los suyos salen en tromba a defenderlo bajo las noticias publicadas por los periódicos, pese a no aparecer su nombre. Porque él es Gregorio, el del Registro.

"Todos los vecinos que han pasado por aquí me han dicho que nunca les ha cobrado nada. Lo he comentado con muchos que vienen por aquí, claro, porque nos ha cogido por sorpresa", se lamenta una vecina, propietaria de un negocio de piezas de coche. "El sentimiento es de sorpresa porque es una persona muy querida en el pueblo", insiste.

Su testimonio es equiparable al de cualquier voz al otro lado de la línea. ¿Gregorio? "Es muy buena persona", dice brevemente una vecina, también hostelera, antes de cogar. ¿Gregorio, el del Registro? "No voy a decir nada malo de él", se adelanta otra mujer que regenta una tienda de ultramarinos. "Mire, yo siempre he estado muy bien con él. He visto la noticia, pero no voy a decir nada malo de él. Buenas tardes". Cuelga. ¿Gregorio Hinojosa? "Me enterado, sí, pero ese hombre es bueno".

Á. regenta otro negocio del pueblo. Prefiere no "meterse en eso ni hablar de política". Sabe que algo ha pasado con Gregorio porque es la comidilla del pueblo, pero no sabe el qué. "¿Algo se ha llevado, ¿no?".