Noelia Ruiz Inma León

Si a un extranjero le mostraran fotografías de la Exposición Universal del 92 y de la actual Isla de la Cartuja, probablemente las confundiría y pensaría que el teleférico, el monorraíl y los pabellones bioclimatizados son actuales y no de hace 30 años. La Expo 92 supuso un antes y un después para la imagen de vanguardia de Sevilla, Andalucía y España en el mundo. También para los sevillanos, que vieron cómo su ciudad se transformaba con un dinero público que llegaba a raudales. Un día después de que se inaugurara, llegó también el AVE

Contaba con 104 pabellones originales y con Curro, la mascota estrella. Ese adorable pájaro blanco con cresta y pico de arcoiris se ganó el cariño de todos. Lo mismo aparecía andando por el parque, que montado en una moto acuática y todos querían una foto con él, incluso el rey Juan Carlos I. Hoy día, tanto los que le conocieron como los que no, guardan con cariño los objetos de merchandising que inundaron la provincia en aquel 92. De hecho, en Sevilla hay dos tipos de ciudadanos: los que conocieron la Expo y a Curro y los que no.

Curro, con los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, en 1992 en la Expo de Sevilla-. Álbum personal de Ángel Ramos

Si se quiere dar un paseo por la zona podrá apreciar las sedes de más de 500 empresas tecnológicas, muchas de ellas punteras, entre los vestigios que aún quedan de aquella gran exposición mundial.

Algunos están conservados en muy mal estado y las zonas comunes a veces muy descuidadas, lo que despierta quejas y críticas. Pero teniendo en cuenta la grandeza que supuso, la comparación siempre va a ser a la baja, sobre todo para que los que conocieron lo insólito que fue aquello.

Precisamente, el pasado mes de febrero, el Ayuntamiento de Sevilla impulsó el catálogo de protección de los edificios, jardines y espacios de la zona. ¿El objetivo? Evitar nuevos derribos y potenciar el turismo en el entorno de la Cartuja.

Costó casi un billón de pesetas

Para la puesta en marcha y funcionamiento de esta exposición mundial, se presupuestó un total de 1.104 millones de euros, según un estudio realizado por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Se representaron a un total de 108 países, 23 organizaciones internacionales y 17 comunidades autónomas. 

Sin embargo, la economista María del Pópulo Pablo-Romero, en su obra La Exposición Universal de Sevilla 1992: efectos sobre el crecimiento económico andaluz, cifra esta cantidad 5.668 millones por la repercusión del mismo y todas las obras que se hicieron en torno a su celebración. En aquella época, su coste superó el billón de pesetas.

Se levantó una nueva estación de autobuses junto a Plaza de Armas para descongestionar las llegadas al Prado. La ciudad ganó puentes tan relevantes como el de La Barqueta, el Alamillo o el siempre atascado V Centenario. Las conexiones por carretera también se impulsaron: a la SE-30 se le añadió una nueva ronda de circunvalación y, además, se inauguró la ronda Supranorte, que unía La Cartuja con el aeropuerto. Desde entonces la capital andaluza se transformó como nunca antes hace ahora 30 años.

La bola climática de la Expo del 92 Noelia Ruiz

Los pabellones

En un primer momento, se construyeron 15 pabellones con vocación permanente, es decir, no serían desmontados tras la muestra. En la actualidad se conservan más de los inicialmente previstos: Sevilla tiene 29 pabellones y de ellos hay 26 en uso, según han explicado a este medio desde la Asociación Legado Expo.

La de Sevilla es la Exposición Universal que más pabellones conserva del mundo. Cuatro años antes de que se cortara la cinta de apertura ya se había empezado a trabajar en el Plan Cartuja 93 para mantener con vida esta zona de la ciudad.

El Teatro Central de Sevilla. Noelia Ruiz

Más allá de los pabellones, otras zonas comunes sí que han quedado abandonadas en la actualidad y otros edificios han continuado con una actividad similar o han transformado su uso. Tal es el caso del que fuera el Teatro Experimental, que ahora es el Teatro Central, dedicado a la representación de obras vanguardistas en su mayoría.

El edificio de apoyo al espectáculo actualmente es un centro del CSIC, la antigua guardería ha pasado a ser un centro de formación profesional dedicado al deporte, las caracolas de oficinas técnicas se han transformado en la Gerencia de Urbanismo y el Hotel príncipe de Asturias es ahora el Hotel Barceló. 

Hotel Barceló. Noelia Ruiz

Otro edificio emblemático es el Monasterio de la Cartuja, que fue habitado por Cristóbal Colón y donde hasta estuvo enterrado. Actualmente ha pasado a ser el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) y una de las sedes de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA).

Los tres pabellones que no están en uso son el de Chile, Hungría y el de Turquía. El chileno ha quedado disponible para alquiler después de se marchara hace poco la empresa constructora que lo ocupaba. 

Cartel de 'Edificio disponible' en el Pabellón de Chile Noelia Ruiz

El húngaro ha atravesado un proceso judicial por embargo después de que lo comprara la inmobiliaria de Luis Portillo y, recientemente, se ha resuelto. Un empresario andaluz se ha hecho con él para restaurarlo. Peor suerte ha corrido el pabellón de Turquía, pues lleva años cerrado después de que la Fundación Gerontológica lo abandonase.

¿Qué usos tienen hoy día?

La empresa pública Veiasa, dedicada a las verificaciones industriales, ocupa el Pabellón de Cuba; en el de Puerto Rico se encuentra el Instituto Andaluz de Administración Pública y en el de México están instaladas algunas empresas, al igual que en el de Italia y en el de Francia.

El Pabellón de Marruecos y actual sede de la Fundación Tres Culturas Noelia Ruiz

El Pabellón de Marruecos acoge la sede de la Fundación Tres Culturas, que tiene como objetivo promover el diálogo, la paz y la tolerancia entre los pueblos del Mediterráneo y que organiza numerosas actividades culturales y de divulgación.

El Pabellón de Canadá y actual Escuela de Organización Industrial, una de las primeras instituciones que se establecieron en el entonces Cartuja 93. Noelia Ruiz

En el Pabellón de Canadá se encuentra la sede de la Escuela de Organización Industrial (EOI), una de las primeras escuelas de negocios de Europa.

El parque de atracciones Isla Mágica al que hace unos años se le ha sumado Agua Mágica. Noelia Ruiz

En el Pabellón de España se ubica el parque de atracciones de Isla Mágica, que durante años ha sido deficitario, y el que homenajeara a Andalucía ahora es la sede de la radio y la televisión regional (RTVA).

En el Kuwait se localiza la Agencia de Medio Ambiente y Agua de la Junta de Andalucía, mientras que el de Mónaco es sede de la Estación de Ecología Acuática Príncipe Alberto I de Mónaco, perteneciente a Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla (Emasesa).

El que fuera Pabellón de Kuwait actualmente es la sede de la Agencia de Medio Ambiente y Agua Noelia Ruiz

El del país vecino de Portugal alberga la Agencia Andaluza de la Energía, en el de Nueva Zelanda se encuentra el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) y en el de Finlandia, la Fundación para la Investigación y Difusión de la Arquitectura.

42 millones de visitas

El Pabellón de la Navegación se ha convertido en un centro expositivo, que acoge de forma permanente la muestra 'Sevilla y la Navegación Atlántica'. También se organizan en sus instalaciones eventos sociales y culturales. Un gran Gambrinus sigue dando la bienvenida al que fuera Pabellón de Cruzcampo, actualmente convertido en un tablao flamenco. 

Inauguración de la Expo Asociación Legado Expo

Este enclave, la isla de la Cartuja, es un terreno de más de 250 hectáreas a la entrada de la capital sevillana. Por sus avenidas pasó lo más granado de la sociedad en aquel entonces, desde la familia real hasta casi todos los jefes de estados, diplomáticos y personalidades de todo tipo. Hasta 18 millones de personas diferentes visitaron el evento. En total se contabilizaron 42 millones de visitas. Otro dato clave, en su año récord, 2019, Sevilla recibió 3 millones de turistas; en la Expo 92, los multiplicó por seis. 

Hoy día muchos sevillanos siguen llamando a la zona por el nombre de la Expo. Pero ¿qué paso a partir de aquel 12 de octubre de 1992 cuando cerró sus puertas? El alcalde de Sevilla en aquel año, el andalucista Alejandro Rojas Marcos, aseguró hace unos días en una entrevista a EL ESPAÑOL-Invertia que "la Expo fue una operación del Gobierno de Madrid". Por tanto, el día que acaba, esa autoridad se fue y aquí quedaron "muchos problemas con la herencia".

Después sobrevino la crisis de 1993 y no se apostó por el recinto como estaba previsto. Tras su cierre, algunos edificios fueron demolidos, otros fueron trasladados, reutilizados y también olvidados. Del centenar de esos pabellones, casi 70 han desaparecido, a lo que hay que añadir que algunas zonas comunes están en situación de abandono.

Vista la Cartuja de Sevilla en una lluviosa mañana. Noelia Ruiz

Sin embargo, actualmente, esta zona de la ciudad se ha convertido en un gran parque científico y tecnológico (PCT) con más de 500 empresas y unos 23.000 empleados. El PCT representa el 7,8% del Producto Interior Bruto (PIB) de la provincia de Sevilla y casi el 2% del PIB de Andalucía y en él se facturan anualmente unos 2.978 millones. Diariamente transitan por la zona unos 10.000 estudiantes que acuden a las distintas facultades que la Universidad de Sevilla tiene en la Cartuja.

De hecho, representa el 12,8% del total de los empleados de los parques españoles. En 2001 eran 195 las empresas que habían decidido instalarse en esta ubicación y, a finales de 2020, el número de compañías ascendió un 174% hasta las 536. 

El CEO de una de ellas asegura a este periódico que, pese a quedar parcelas libres, "el parque tiene mucha vida, muchas empresas y está muy bien posicionado empresarialmente para el sector tecnológico e ingeniería. Es el mejor sitio para estar".

De hecho, Sevilla será la sede de la 39 Conferencia de la Asociación Internacional de Parques Científicos y Áreas de Innovación. Esta cita se celebrará del 27 al 30 de septiembre y será la primera en Andalucía y la tercera que se acoge en España. Anteriormente, Bilbao fue sede de este encuentro en 2001 y Barcelona lo fue en 2007.

30 aniversario sin celebraciones

El 30 aniversario de esta cita ha pasado sin pena ni gloria, mientras que el 25 cumpleaños de la Expo sí se festejó por todo lo alto. Entonces, se organizó hasta un pasacalles con Curro y fueron miles los sevillanos que acudieron a reencontrarse con la mascota de la ciudad.

Curro en un descapotable en su 25 aniversario Juana Rodríguez.

A diferencia el acto organizado por el 30 aniversario de la llegada del AVE, este año no ha habido eventos institucionales para conmemorar la efeméride. Muy tímidas han sido las citas organizadas con este motivo.

Únicamente, la Asociación Legado Expo ha organizado unas visitas guiadas para recorrer el recinto sur. Mientras tanto, la Isla de la Cartuja sigue atrapada entre el pasado y el futuro, entre la nostalgia por lo que fue y la vanguardia de un parque tecnológico, que aspira a convertirse en un referente indiscutible.

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