Los narcodrones se vienen arriba: hachís y móviles para presos y controlar  a la Guardia Civil

Los narcodrones se vienen arriba: hachís y móviles para presos y controlar a la Guardia Civil E.E.

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Narcodrones en Ceuta: así trafican con hachís, vigilan a la Guardia Civil y meten móviles en la cárcel

Lanzan a los patios de centros penitenciarios hachís y teléfonos móviles, pero también se usan para vigilar las patrullas de la Guardia Civil y poder alijar con tranquilidad.

1 febrero, 2022 06:06

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Es medianoche, ya es martes, sopla un suave viento del oeste y la temperatura es de 11 grados. También es 4 de enero de 2022, y en Ceuta, el aeroscope hace un barrido y detecta el dron. Pese a la oscuridad, también localiza al piloto: como temía, se encuentra en Marruecos, al otro lado de la valla.

El agente procede entonces a cortar la conexión entre ambos con el inhibidor. Apunta y aprieta el gatillo, mientras piensa con cierto regocijo en la mueca de fastidio que pondrá, instantes después, la persona que ya no lo controla, justo cuando se dé cuenta de que lo ha perdido.

El dron se para y desciende. A un metro de altura, otro agente que lo espera procede a taparlo con una manta, tanto para derribarlo como evitar cortarse con las hélices, aún en movimiento. El dron cae al suelo del patio de la penitenciaría de Fuerte Mendizábal, en Ceuta.

El aeroscope es un dispositivo móvil que funciona con baterías y detecta al mismo tiempo tanto el dron como la ubicación del piloto que lo controla en remoto. Lo llevan los agentes de la Guardia Civil en sus vehículos, pues es un elemento cuya fiabilidad de detección es mayor cuanto más cerca esté del lugar en el que se encuentre el aparato. Y éste está cerca. 

El dron había realizado una primera entrega al interior del recinto penitenciario, y al disponerse a hacer el segundo la Guardia Civil se hizo con el elevador. Llevaba 600 gramos de hachís y tres teléfonos móviles.

Que la frontera ceutí esté cerrada a cal y canto desde el 13 de marzo de 2020 ha influido en que el paso de ciertas cantidades de hachís, droga o medicamentos no pueda realizarse ya mediante porteo. La necesidad, naturalmente, ha agudizado el ingenio, y por eso en la Ciudad Autónoma ha aparecido el fenómeno dron.

Antes, en Ceuta, la figura del dron estuvo vinculada al control fronterizo y no al narcotráfico. En 2017, el Ministerio de Interior barajó su uso para que la Guardia Civil se ayudase con ellos a controlar la frontera, pero acabó desechando el proyecto por un motivo: una racha de viento podría arrastrar el dron hasta territorio marroquí y desatar un conflicto diplomático.

No obstante, el fenómeno no es exclusivo de Ceuta, aunque sí lo está acusando más por su situación fronteriza. Actualmente todas las comandancias de la Guardia Civil española cuentan, desde febrero de 2020, con un grupo operativo, denominado Pegaso, especializado en detectar y neutralizar drones que sobrevuelen espacios aéreos protegidos o que pongan en riesgo la seguridad aérea.

Pero ahora los drones se utilizan para transportar hachís, en su mayoría haciendo portes, de entre 500 y 700 gramos, desde la frontera de Marruecos con Ceuta y viceversa. Y también, y no ocurre solo en Ceuta, para llevar regalos a los internos que cumplen condena en prisión.

Uno de los drones, con su carga, neutralizado por la Guardia Civil.

Uno de los drones, con su carga, neutralizado por la Guardia Civil.

Para el narcotráfico puro y duro, cada viaje se amortiza. En el de ida descargan hachís, y desde Ceuta a Marruecos transportan pastillas. Son para fabricar 'karkubi', la droga conocida como de los pobres, que mezcla hachís, psicotrópicos, alcohol e incluso pegamento.

Este mismo fin de semana la Policía marroquí, a falta de tecnología, hizo un operativo a la antigua tras un chivatazo: camufló a agentes disfrazados, que esperaron en zona marroquí, justo frente a la Finca Berrocal ceutí. Lograron interceptar el cargamento de pastillas y efectuaron dos detenciones.

En noviembre, la Guardia Civil de Ceuta logró desmantelar una organización que tenía en el narcodron su herramienta para traficar. La Operación Etxea se saldó con 10 detenidos y la incautación de 46 drones, dedicados a llevar desde Ceuta medicamentos como alprazolam y clonazepan para el 'karbubi'. Un año antes, en 2020, la Benemérita, en colaboración con la Policía Nacional, logró desmantelar otra organización de similares características.

Sin embargo, en los últimos tiempos los drones no se están utilizando únicamente para pasar droga entre Ceuta y Marruecos. Al menos en dos ocasiones se han utilizado para intentar introducir droga en la prisión ceutí de Mendizábal. Hachís, pero sobre todo, teléfonos móviles. "Lo que antes se tiraba por encima de la valla, ahora se mete con un dron, que aterriza en el patio de la penitenciaría", detalla una fuente de la Benemérita.

Otro dron, con su carga, en las dependencias de la Guardia Civil.

Otro dron, con su carga, en las dependencias de la Guardia Civil. Guardia Civil

También ha ocurrido este enero en Málaga, cuando dos drones sobrevolaron la prisión de Alhaurín de la Torre los días 10 y 11 del mes pasado. Los funcionarios dieron aviso a Instituciones Penitenciarias, que abrió una investigación. A resultas de la misma, se produjo la incautación de tres iPhones, 200 gramos de hachís... y cinco internos sancionados en el módulo de aislamiento.

Antecedentes

El fenómeno, en realidad, no es nuevo. En 2017, los sindicatos de funcionarios de prisiones notificaron del vuelo de un dron sobre la de Teixeiro, en A Coruña. También en septiembre de 2018 funcionarios de la prisión malagueña encontraron 300 gramos de hachís y un teléfono móvil con dos cargadores en uno de los patios del centro penitenciario.

Ese mismo día, y en el marco de la investigación, la Guardia Civil halló un dron estrellado en un campo de aguacates que linda con la prisión. Todavía estaba con el gancho con el que supuestamente había trasladado la carga.

A resultas de esos primeros casos, el Instituto Armado llegó a hacer un informe en el que alertaba de que existen drones capaces de transportar cien kilos de peso, lo que significa que, además de soltar, uno sería perfectamente capaz de recoger… a una persona de una cárcel. Por ello, apuntaban que podrían facilitar fugas de internos.

Sin embargo, los que sobrevuelan las cárceles y los habituales en el narcotráfico a media escala no son aparatos de gran envergadura. "Son de los normales, no tienen ningún tipo de rareza", cuenta otra fuente de la Guardia Civil a EL ESPAÑOL.

Se compran en España, y su peso es de poco más de un kilo. Pueden transportar entre 500 y 700 gramos de peso. El suficiente para volar, violar el espacio aéreo protegido de una prisión, y cargar con una piedra o plancha de hachís y varios teléfonos móviles, cuyo uso y tenencia está estrictamente prohibido a los internos en los centros penitenciarios.

Controlar a quien controla

Desde el 1 de enero, España se rige por la normativa europea, que afecta a todos los drones con independencia de su uso o tamaño. Todo propietario de un dron debe tenerlo registrado, tener un certificado de piloto y un seguro contratado.

Por supuesto, ninguno de los tres criterios se cumple en los drones porteadores de droga o de teléfonos móviles. La Guardia Civil cuenta con el hándicap de que no están registrados a nombre de nadie. "Pero si detectamos al piloto, se le detiene por los delitos que haya podido cometer, mas las correspondientes sanciones administrativas", advierte una fuente de la Guardia Civil de Cádiz.

En los casos de narcotráfico, en la Guardia Civil ya saben ya que los drones, o los dueños de los drones, se han venido arriba y que están sirviendose de ellos para vigilar al que vigila: a los agentes. "Sabemos que los usan de noche, para controlar las patrullas de vigilancia de Seguridad Ciudadana, que son las que hacen rondas", indica la misma fuente.

Son usados por los narcos para estar al tanto de todos sus movimientos y poder alijar, o no, con mayores garantías de éxito. A los narcos les sale a cuenta, porque como indica un agente, “también es más barato. No es lo mismo pagar a cinco hombres que vigilen a que lo haga un dron”, advierte.