La mala suerte de María y David al comprar su casa: los okupas de al lado les 'hunden' el salón
Juan José Castaño, letrado de la pareja, reclamará 50.000 euros al operador del 'banco malo' que gestiona el inmueble que presenta riesgo de colapso.
14 diciembre, 2021 06:03Noticias relacionadas
David es un cabo curtido en la Brigada de Paracaidistas donde cualquier misión es sinónimo de riesgo, valga como ejemplo su último destino: seis meses desarrollando trabajos de seguridad para la OTAN en Irak. Paradójicamente, donde tiene mayor sensación de inseguridad es en el salón de su casa, debido a que el suelo se ha hundido diez centímetros, a cada paso se notan los crujidos, y la pared se agrieta a diario. La causa del preocupante deterioro de su domicilio es la vivienda de al lado que amenaza con derrumbarse, es caldo de cultivo de okupas, y propiedad de un operador del 'banco malo' que pasa de todo.
"Por la noche, cuando nos vamos a la cama, no sabemos si vamos a amanecer con la casa de al lado encima nuestra: la verdad es que tenemos miedo", admiten David, y su mujer, María Fernanda, mientras miden con un metro la enorme grieta que surca el suelo de su salón de lado a lado. "Nos hemos hipotecado con esta casa para poder formar una familia", recuerdan, al unísono, apesadumbrados .
Esta vivienda era un sueño para esta joven pareja formada por una empleada de Ikea, de 27 años, y un cabo de la Bripac del Ejército de Tierra, de 32. "Pasamos dos años buscando una casa ajustada a nuestro presupuesto y que reuniese ciertas características". Tenía que ser en planta baja, con varias habitaciones, porque quieren tener hijos, y con un buen patio para 'Thor': su american stanford. "Cuando la compramos nos gastamos nuestros ahorros porque teníamos que reformarla entera".
David y María Fernanda desembolsaron 25.000 euros en las obras, con el objetivo de convertir en una casa acogedora un inmueble destartalado de la pedanía murciana de Los Ramos. "Hemos cambiado el suelo, las ventanas, levantamos una pared nueva, lo pintamos todo...". Se hipotecaron hasta que la muerte los separe, pero mereció la pena porque trabajaban duro a diario para lograr el sueño de fundar un hogar que se ha convertido en una pesadilla de grietas, desniveles, olores, ratas y frío.
"El pasado verano empezó a hundirse el suelo, tratamos de reparar la grieta, pero se volvió a hundir más". David estaba de misión en Irak, de forma que María Fernanda llamó a la aseguradora para informar de la situación. "Vinieron peritos, albañiles y fontaneros para ver qué pasaba, pero solo decían que debía haber alguna filtración, sin encontrar su origen", puntualiza esta dependienta.
- ¿Cómo descubrió el origen del desplazamiento del suelo?
- María Fernanda: Por las noches, por la pared del salón se podía escuchar como corría el agua: era como un río. De forma que se me ocurrió preguntar a los vecinos si tenían algún grifo roto porque compartimos pared medianera. Cuando me dejaron entrar a su casa, el suelo parecía una rampa, lo tenían hundido porque debajo tienen un aljibe y esa era la causa de las filtraciones.
Conforme María Fernanda dio con la causa de las filtraciones que afectaban a su domicilio, se incrementaron los quebraderos de cabeza para la joven pareja. Sus vecinos eran unos okupas, con nueve niños, que se habían instalado en una vivienda de un conocido 'servicer' que gestiona activos del 'banco malo': Sareb. "Ellos no daban consentimiento a que entrase un perito a su casa a evaluar el estado de la estructura y las posibles soluciones, si antes no les garantizaban una vivienda".
A la pareja de okupas no le importaba vivir con nueve menores de edad, dos de ellos bebés, en una casa con la viga central rajada y con un suelo que amenazaba con colapsar en cualquier momento, a causa de las filtraciones y la humedad del aljibe que hay justo debajo del salón.
"El banco propietario de esa vivienda nunca ha hecho nada y ya la han ocupado dos veces. La primera vez, les avisamos de que vinieron con una radial para quitar la puerta antiokupas, nos dijeron que llamarían a la Guardia Civil, pero aquí no vino nadie. Y luego esos okupas se marcharon y vino esta familia a meterse", tal y como resume la pareja, sobre el historial okupa de este inmueble de Los Ramos, fruto del descontrol que tiene el 'banco malo' en cientos de sus activos distribuidos por todo el país.
Ventana descuadrada
En agosto comenzaron a buscar una solución y ante la actitud pasota del citado operador del Sareb, optaron por contactar con el Ayuntamiento de Murcia por el riesgo que corrían los menores en una casa en ruinas. Los trámites administrativos se prolongaron hasta el pasado fin de semana, cuando agentes de la Policía Local, personal de los Servicios Sociales, y un ingeniero, acudieron al inmueble a desalojar a la familia numerosa reubicándola en otro domicilio.
En estos cuatro meses y medio, las filtraciones del aljibe de la casa okupa se han traducido en numerosas grietas que se extienden sin control por la pared medianera que abarca desde la habitación de matrimonio, de David y María Fernanda, pasando por un cuarto de invitados, hasta su bonita sala de estar.
El asunto no es baladí: centímetro a centímetro, el suelo de una parte del salón se va hundiendo, mientras una grieta ha mutado a brecha, extendiéndose a la largo de la pared del salón, y ya suma una alarmante anchura por donde se cuelan las ratas. "Entran malos olores y hace frío porque no hay aislamiento", enumera David, con tono molesto porque el 'banco malo' y los okupas le han fastidiado su hogar.
"Hemos puesto trampas para roedores dentro de la grieta porque tiene diez centímetros de ancho", precisa la pareja, mientras invita al periodista a hacer una tournée por los desperfectos de la casa por la que, cada mes, pagan religiosamente una letra de la hipoteca. Al caminar por el salón se notan pequeños crujidos y en la habitación de matrimonio una grieta sale del cabecero de la cama, en dirección al techo. "Cada vez es más gorda", sentencia María Fernanda: su cara es un poema.
"Me preocupa que la casa de al lado se caíga porque estamos pared con pared y no paran de salir grietas", insiste David. No habla en vano, basta con entrar en un cuarto para invitados, agrietado hasta tal punto, que el marco de la ventana se está descuadrando. "Cada vez cuesta más abrirla y cerrarla".
La pareja ha decidido recurrir a un abogado para presionar al mencionado operador del Sareb que gestiona la propiedad que les está arruinando la convivencia conyugal: "No podemos reparar nada porque volverán a reaparecer todas las grietas, mientras no se resuelvan los problemas estructurales de la casa de al lado".
- ¿Qué reclaman ustedes al titular del inmueble?
- David: Solo queremos que el banco garantice la estabilidad de la otra vivienda y se haga cargo de los gastos de reparación de los daños que ha causado su inmueble en nuestra casa, ya que el problema viene de su propiedad por un algije que causa filtraciones y que está hundiendo nuestro domicilio. Vamos a pedirle una solución.
De 30.000 a 50.000 euros
Juan José Castaño, el letrado de la pareja, explica a EL ESPAÑOL que la casa del 'banco malo' ha sido objeto de un expediente de ruina por parte del Ayuntamiento de Murcia. "La familia okupa fue desalojada este fin de semana, con urgencia, porque existe riesgo de colapso en el inmueble porque el agua del aljibe se está comiendo los cimientos", según precisa el abogado.
"El operador del 'banco malo' tiene que derribar esa vivienda porque el expediente de ruina del Ayuntamiento le hace responsable legal de cualquier situación de riesgo que se pueda producir", tal y como advierte el prestigioso penalista. "También debe hacer una cata en la propiedad de mis clientes para analizar el estado en el que se encuentra su suelo y sus cimientos".
- ¿Qué medidas piensa emprender con el operador que gestiona ese activo del Sareb y con el propio 'banco malo'?
- Juan José Castaño: A falta de concluir el informe pericial de los daños sufridos en la casa de mis clientes, estimamos que oscilan de 30.000 a 50.000 euros. El banco, como cualquier otro miembro en una comunidad de propietarios, tiene que hacerse cargo de los desperfectos que causa, y su desidia total en el mantenimiento de su propiedad ha afectado al hogar de mis clientes. Primero iremos por la vía extrajudicial, para mostrar nuestra buena disposición, y le pediremos que derriben la casa y asuman la reparación del domicilio de mis clientes. Ellos no quieren ganar dinero, solo desean que su casa esté en buen estado. De lo contrario, presentaremos una reclamación por daños y perjuicios en los juzgados de lo Civil.
Este diario contactó con el operador que gestiona el citado activo del 'banco malo' en la pedanía murciana de Los Ramos, con el objetivo de conocer su versión, pero no obtuvo respuesta sobre los problemas estructurales que su propiedad ha causado a la casa donde David y María Fernanda invirtieron sus ahorros para crear un dulce hogar para sus futuros retoños.