"Antes de que me despida un virus, la salud o el público prefiero despedirme yo. Cuando empecé no tenía una fecha de caducidad ni nunca me lo he planteado, pero lo que me ha hecho que me lo planteara han sido estos más de dos años". Con estas palabras, Joan Manuel Serrat (Barcelona, 27 de diciembre de 1943), explicó el pasado martes en ‘El Hormiguero’, la razón que le lleva a abandonar los escenarios. Los casi dos años de pandemia amagaron con un final deslucido para un artista que, en toda su trayectoria, no parece haber dado puntada sin hilo. El final también será así, con él llevando las riendas.
Negándose a que elementos ajenos le obliguen a despedirse de una forma que él nunca querría, Serrat se adelantó y cerrará, a su manera, una apoteósica carrera con una gira que le llevará -una vez más- a medio mundo durante 2022. ‘El Vicio De Cantar 1965-2022’ comenzará el 7 de junio en Murcia y terminará el 23 de diciembre con un último concierto en el Palau Sant Jordi de Barcelona. La cita promete ser histórica.
El recorrido artístico de Serrat en estos 57 años es indiscutible, pero también el talento para atraer a un público transversal y el saber estar en el lugar y momento adecuados. Así su nombre apenas se ha visto manchado por polémicas ajenas al arte y, cuando lo ha hecho, ha revertido en su beneficio. Ha contado, en cada momento, con el favor de medios y audiencia. Porque Serrat, además de artista, es un ágil empresario. Y todo, siendo fiel a su estilo. La autenticidad, para quienes le conocen, es su mayor virtud. Su saber hacer le ha permitido levantar un legado artístico reconocido en todo el mundo. También un imperio patrimonial que se extiende a ambos lados del Atlántico.
Barcelona, Madrid, Menorca, Arenys de Mar, Begur y Buenos Aires son algunos de los municipios en los que se extienden la veintena de propiedades de Serrat, la mayoría dependientes de una de sus empresas. Además, a lo largo de más de medio siglo girando y componiendo, ha acumulado un patrimonio personal que se acerca a los 6 millones de euros. Serrat se retira, y se retira multimillonario.
Empresas millonarias
Los ingresos comenzaron a lloverle a Serrat a partir de 1968, año en que incorporaría a su repertorio sus primeras canciones en castellano, apenas tres años después de comenzar con su carrera musical. Entonces, apareció en revistas y películas, y dio el salto a la escena internacional.
Ese mismo año fue propuesto para representar a España en el festival de Eurovisión, algo que rechazó porque el régimen franquista le impidió cantar en catalán. La polémica generada alimentó su leyenda y, mientras en España era censurado por la autoridad, comenzó a tocar en escenarios de Sudamérica.
Así, en 1969 puso un pie en un festival de canción popular en Río de Janeiro y la onda expansiva del efecto Serrat alcanzó a Argentina, Uruguay y Chile. Llegaron discos y giras y, con ellos, los ingresos millonarios para un joven de orígenes humildes, criado en el barrio del Poble-Sec de Barcelona, formado como tornero fresador y perito agrícola.
En 1972, el valenciano José Emilio Berry Navarro, conocido simplemente como Berry, participó como técnico de sonido en una gira latinoamericana de Serrat. Tres años después, en 1975, el que fuera su primer representante, José María Lasso de la Vega, tuvo desavenencias con el cantante y este pidió a Berry si se podría hacer cargo de hablar con los empresarios latinoamericanos para los futuros espectáculos. Berry había estado tres años con Serrat y conocía bien el circuito al otro lado del Atlántico. Aceptó.
A partir de ese momento, y de regreso del exilio, el éxito del cantante fue imparable. Buscando la forma de multiplicar y reinvertir los ingresos de la música, Serrat se metió de lleno en el mundo inmobiliario. Desde hace 39 años, el noi del Poble-Sec está registrado como autónomo dedicado a la compraventa y alquiler de bienes inmuebles.
Un año después, en 1983, nació su principal sociedad, Taller 83 S.L., dedicada "actividades recreativas de entretenimiento", sobre todo "productos fonográficos, audiovisuales y musicales". La empresa también extendió su operación al ámbito inmobiliario. La fundó junto a sus íntimos amigos Quico Sabaté y Josep María Socías. El primero ha participado en todos los proyectos de Serrat, hasta su muerte en 2010.
Taller 83, de la cual Serrat es administrador único y su segunda y actual mujer Candela Tiffón apoderada, ha amasado un patrimonio que asciende a los nueve millones de euros. La sociedad con sede en Barcelona está inactiva desde diciembre de 2019, año en que reportó unas ventas de 2,9 millones de euros y unos beneficios netos de 629.804 euros.
Sin incrementos o descensos demasiado significativos, la facturación de Taller 83 se ha mantenido cercana a una media anual de 3 millones de euros. En 2017, por ejemplo, ingresó 1,2 millones, pero dos años antes, en 2015, la cifra ascendió hasta 5,3 millones, coincidiendo con la gira mundial de Serrat en celebración por sus 50 años de carrera, Antología Desordenada.
A través de Taller 83, el cantante también entró en el negocio vitvinícola, haciéndose con el 14,3% de las bodegas Mas Perinet. La empresa, sin embargo, registró pérdidas de 704.673 euros en 2020 y 474.102 en 2019.
El cantante tuvo otras dos empresas, ambas fundadas cinco años después de Taller 83. Son Comic Net S.A. y Binigurdo S.L. Serrat fue nombrado administrador único en la primera en 2016, cuando consiguió mantener el mismo nivel de ingresos que en los ejercicios anteriores y aumentar el beneficio de 350 a casi 9.000 euros en solo un año. La empresa tiene un activo de 192.676 euros. De Binigurdo S.L., otra sociedad de gestión y administración inmobiliaria, Serrat se hizo cargo en el año 2000. La empresa está inactiva desde 2019, pero dispone de un patrimonio neto de 774.000 euros.
Casas en el mar
Es bajo el paraguas de Taller 83, sin embargo, que Serrat ha comprado la mayoría de sus propiedades. La mayoría de ellas tienen una vinculación con lugares sentimentales para el artista, de vivencias y de inspiración vital que han alimentado su obra. A nombre de la empresa tiene varios locales en Arenys de Mar, una localidad costera a 30 kilómetros de Barcelona. También en el mar, tiene una propiedad de 90 metros cuadrados en una urbanización de Begur, en la Costa Brava.
Por si no quedara demostrada la filiación con su Mediterráneo, la sociedad del cantante tiene también cinco propiedades en la isla de Mahón, en Baleares. Dos de ellas son casas edificadas en terrenos de 264 y 346 metros cuadrados respectivamente, en frente del muelle de Levante del Puerto de Mahón. Están emplazadas en un entorno natural privilegiado. Las otras tres propiedades son una casa en la plaza del Carmen de la ciudad menorquina, así como dos terrenos rústicos de 165 metros cuadrados y otro de 680 metros en la isla.
Serrat pasa los veranos en su querida Menorca, con gran parte de su clan. Su nieta, la influencer Luna Serrat, presume en sus redes sociales de la casa de su abuelo siempre que puede. Por su parte, su hija menor, la actriz Candela Serrat, contrajo matrimonio en 2019 en Mahón con el intérprete Daniel Muriel. El propio Joan Manuel fue pregonero de las fiestas de la localidad isleña en 2018 y dedicó en 2006 su álbum ‘Mô’ -pronunciación de Mahón en menorquín- a la ciudad.
La lista de inmuebles de Serrat no termina aquí. Taller 83 también posee un piso de 185 metros en Madrid, en la zona de Ópera, y otro en Barcelona, en la Villa Olímpica, también frente al mar. Allí tiene igualmente un garaje y un local comercial.
A su nombre y al de su mujer figuran otras propiedades como la casa con jardín en la que reside actualmente la pareja, en una urbanización del barrio barcelonés de Vallcarca, o un apartamento pegado al Río de la Plata, en el barrio de Puerto Madero de Buenos Aires. Además, el cantante tuvo, hasta 2008, una enorme finca rural llamada Sitjà situada en Camprodon, en el Pirineo de Girona. Junto a Menorca, ha sido otro de sus lugares predilectos para retirarse.
El clan Serrat
El éxito de Serrat no se ha limitado al terreno artístico y económico, sino también al familiar. Es padre de tres hijos que han triunfado igualmente en sus carreras. Manuel, ‘Queco’, es el mayor, y fue fruto de una primera relación que tuvo con la modelo Mercedes Doménech. Posteriormente, en 1978, Joan Manuel se casaría con la también modelo publicitaria Candela Tiffón, apodada Yuta, 14 años menor que ella. De su relación nacieron sus dos hijas, María y Candela.
El clan catalán está asentado en su mayoría en Madrid, donde Queco es productor audiovisual y Candela trabaja como actriz. Una de las hijas de Queco es Luna, una de las influencers de moda en la capital. La única excepción entre los vástagos del cantante es María, la mediana. La farmacéutica y periodista vive en Australia, donde es profesora de yoga, después de haber trabajado en Barcelona como reportera en el mundo del motociclismo.
Con la sensación de los deberes hechos, del trabajo cumplido y de haber saboreado la gloria -aunque nunca la persiguiera- Joan Manuel Serrat se despide de los escenarios a sus 77 años. Un punto y final que él nunca imaginó porque, como reconoció el pasado martes a Pablo Motos, nunca se puso fecha de caducidad. La pandemia lo ha precipitado todo y ha resultado ser la inesperada piedra de toque para que el Nano ponga punto y final a una carrera que ya es historia de la música española, y que deja tras de sí un abultado imperio patrimonial.