Los jóvenes estallan contra los que los criminalizan: "Nos contagiamos de Covid por no estar vacunados"
La incidencia acumulada a 14 días entre los veinteañeros está en 717 casos por cada 100.000 habitantes. Pero los jóvenes se defienden.
7 julio, 2021 01:54Noticias relacionadas
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Ana y Alicia estuvieron en Mallorca una semana antes de que se armara allí la de San Quintín. Ambas tienen 18 años y acaban de aprobar el bachillerato y la Selectividad. Enhorabuena. Por solo unos días, su viaje no se convirtió en el encierro forzoso que hizo que la palabra “niñatos” fuera trending topic en Twitter durante días. Son de las pocas personas que, por su experiencia personal, no se echan a la yugular de los jóvenes encerrados en el hotel más mediático de las últimas semanas: “A ver, se les criminalizó un poco. También entiendo que el brote que surgió fue muy gordo, pero el trato podría haber sido distinto”.
Independientemente de si el trato a los adolescentes confinados en el hotel Palma Bellver fue justo o injusto -o si su comportamiento fue el adecuado o no-, los datos oficiales arrojan una verdad innegable: los contagios de Covid-19 están aumentando entre los jóvenes a un ritmo alarmante. La incidencia acumulada a 14 días se sitúa en 225 casos por 100.000 habitantes. En la franja de los veinteañeros llega a 717 casos y, entre los adolescentes de 12 a 19 años, a 652. Datos oficiales de este mismo martes.
¿Los jóvenes andan desmadrados? ¿O la situación se debe a que son el grupo menos vacunados? ¿Un poco de ambas? El macrobrote de Mallorca que ha tenido su eco en toda España ha puesto a la juventud en el ojo del huracán mediático. ¿Merecido o injusto? ¿Pagan justos por pecadores? El caso es que muchos jóvenes están hartos de que se les señale por las imprudencias de unos pocos. Recordemos el programa Generación Nini, emitido en La Sexta cuando nuestro país pasaba por lo peor de la crisis financiera de 2008. ¿Aquello era una muestra de la juventud española o una generalización injusta? La situación fácilmente se puede extrapolar a nuestros días.
Este martes ha saltado la noticia de que Cataluña cierra el ocio nocturno desde este fin de semana por el alarmante aumento de contagios. Por el momento, ninguna comunidad ha seguido sus pasos. Dos jóvenes barceloneses preguntados en este recorrido lo ven totalmente lógico.
Es mediodía en la Puerta del Sol de Madrid. La inmensa mayoría de la gente pasea con mascarilla en la cara, ya sea por costumbre o porque el miedo al contagio pervive. No es difícil dar con gente joven, de entre 18 y 25 años. Como suele ocurrir cuando se preguntan opiniones, hay un amplio espectro de grises. Rara vez las opiniones son blanco o negro. Tienden más a ser como el cielo que cubre la capital este martes.
Sofía, 18 años
¿Qué te parece que se criminalice a los jóvenes por el aumento de contagios? Sofía no duda un instante. “Me parece un poco mal. Obviamente hay un aumento porque muchos jóvenes están siendo irresponsables pero muchos otros estamos siguiendo la normativa. Obviamente nos contagiamos más porque somos el grupo menos vacunado. Yo sigo las restricciones desde que empezó la pandemia pero sé que hay jóvenes irresponsables que hacen de todo. Pero no me parece bien que vaya un señor por la calle y me grite que por mi culpa se está muriendo la gente”.
—¿Te ha pasado?
—Sí. Yendo en bici.
—Madre mía.
Esta joven de 18 años ve “coherente” que Cataluña cierre el ocio nocturno, porque asegura haber visto comportamiento irresponsables en su generación. “En mis círculos cercanos no, pero en conocidos, muchísimas. Como juntarse en un parque 50 personas. Y no te hablo de este verano, te hablo del pasado. Es una burrada la verdad”. ¿Y ella misma? “En algún momento sí que he sido algo menos cuidadosa, sobre todo con mi grupo cercano que solo salgo con ellos. Por ejemplo, estar comiendo, quitarnos la mascarilla y que luego se nos olvide ponérnosla. Pero no he hecho muchas locuras, que se diga”.
Sofía habla pausado y a bajo volumen. Sus reivindicaciones, lógicas y maduras, van siempre acompañadas de un por favor. A los jóvenes irresponsables les dice: “Que, por favor, piensen un poco. Que esto está terminado pero que si siguen así, solo lo van a alargar. Entonces, que aguanten un poco más por ellos, por todos y por los mayores que aún están sin vacunar”. Y a quienes les criminalizan: “Que, por favor, sean justos porque seguro que ellos también en algún momento han sido irresponsables y nos lo echan todo a nosotros. Y no es así”.
Alejandro, 20 años
Alejandro es probablemente el entrevistado más combativo de este reportaje. Responde rápido y la defensa que hace de su generación es férrea. Considera una “barbaridad” que se les criminalice por la situación: “El aumento [de contagios] se debe claramente a que los jóvenes no estamos vacunados”.
—Dicen de los jóvenes que nos quejamos mucho. ¿Crees que se nos victimiza o nos victimizamos nosotros?
—Creo que nos quejamos de las cosas en las que necesitamos un cambio para intentar mejorar algo que vemos que no se está mejorando en la sociedad. Y que los responsables que pueden hacer algo no están haciendo nada por conseguirlo.
Alejandro, estudiante de Económicas, no cree que el ocio nocturno tenga tanto impacto en el número de contagiados, pero respeta que Cataluña eche el cierre. “Si ellos creen que es una medida conveniente adoptar, a lo mejor es lo necesario”.
“Durante la cuarentena sí que he visto bastantes actitudes irresponsables por parte de los jóvenes. A lo mejor algún día sí que he sido un poco más inconsciente y debería haber adoptado las medidas, como el uso de la mascarilla cuando ha habido un número de personas determinadas. Pero sí creo que he sido bastante responsable”.
Su mensaje a los jóvenes irresponsables: “Que espabilen y que la vida no es así. Que no pueden hacer lo que les dé la gana”. Y a quienes la han tomado con la juventud: “A los que nos criminalizan les diría que no todos tenemos la culpa. Clarísimamente, hay mucha gente irresponsable pero que no por ello podemos pagar todos”.
Iris y Marta, 23 y 22 años
“Soy de Mallorca, entonces la movida que ha habido ahora me la he comido un poco. Creo que ni tanto ni tan poco. También la gente que es más adulta, y en teoría responsable, no lo es. Y que tampoco todos los jóvenes perdemos la cabeza de fiesta haciendo lo que no debemos”. Son las palabras de Iris, joven de 23 años que acaba de terminar la carrera. “Estoy en paro, ¿me contratas?”.
Sobre lo ocurrido en las últimas semanas en su isla confiesa estar “cansada” del tema, pero no duda en criticar la actitud de los adolescentes encerrados. “Si son responsables para hacer botellón y otras cosas ilegales, que después no se justifiquen diciendo que son menores de edad. Si eres maduro para unas cosas también lo eres para otras”.
Marta, su acompañante, apenas abre la boca en lo que dura la entrevista. Su amiga ha cogido carrerilla. “Todos queremos salir. Yo me muero de ganas. Así que, por favor…”. Eso, que vayamos con cuidado. Los jóvenes, al salir; y los adultos, al criticar. “Que todo el mundo hace cosas mal, no somos solo nosotros”.
Yolanda, 23 años
¿Qué te parece que se criminalice a los jóvenes por el aumento de contagios? “Me parece que la gente que dice eso no ha subido al Metro. Tanto las personas mayores como las personas adultas van con la mascarilla por aquí [marca la altura del bigote], independientemente de la edad que tengan”.
La cara de Yolanda es un poema cuándo se le pregunta sobre si ha visto actitudes irresponsables en su círculo. Poco a poco, tuerce el gesto en silencio hasta que, finalmente, confiesa: “Sí”. Pero ella se desmarca de esa tendencia (¿o se cubre las espaldas?): “Intento ser todo lo cuidadosa posible. Creo que me comporto, pero todos en nuestra casa hacemos lo que nos da la gana”.
Alicia y Ana, 18 años
Ana y Alicia alternan indistintamente su discurso, cuya coherencia no se pierde según cambia de voz. Parece que sean como una sola mente. “Nosotros que somos jóvenes somos los primeros que lo sufrimos y siempre nos han echado a nosotros la culpa, pero tampoco es 100% seguro. Mi madre es enfermera y ha estado en contacto con personas con Covid. Sí es cierto que los contagios ahora se centran en los jóvenes, pero ha habido muchas edades. No solo somos nosotros”, opina Ana sobre la cuestión que se trata en este reportaje.
“Llevamos todo el año cumpliendo las medidas y hemos estado ocupados estudiando. El verano no es una razón para desmadrarse, pero que todo el peso caiga sobre nosotros tampoco es justo”, añade Alicia.
—Dicen de los jóvenes que nos quejamos mucho. ¿Creéis que se nos victimiza o nos victimizamos nosotros?
—Un poco ambas. Nosotras veíamos a gente de nuestra edad en masa de discotecas o botellones y pensábamos: ‘Joe, venga vamos a hacerlo bien porque luego nos echa la culpa a nosotros’. En parte tienen razón y en parte no.
Sobre el cierre del ocio nocturno en Cataluña, habla antes Alicia: “A ver, lo entiendo porque las masas de gente que se juntan por la noche ya llega una cierta hora que con el alcohol y todo se te olvida. Eso va a perjudicar a los hosteleros, pero lo entiendo”.
—¿Qué os parece la actitud que tuvieron los confinados en el hotel de Mallorca?
—Nosotras estuvimos en Mallorca antes de que pasara todo. Si es una medida necesaria que se tiene que tomar pues lo vemos normal -cuenta Ana.
—A ver, se les criminalizó un poco. También entiendo que el brote que surgió fue muy gordo, pero el trato podría haber sido distinto -opina su amiga.
Estas jóvenes recién graduadas —y que en un principio se mostraban reticentes a hablar ante la cámara— terminan su discurso con una frase para enmarcar. La dirigen a aquellos que criminalizan a los jóvenes: “A nadie le gusta estar encerrado en casa. ¿Y cómo habrían actuado ellos si tuvieran nuestra edad? Habría que verles a ellos en nuestra piel”. Les falta dejar caer el micro e irse bailando. Pero, en vez de eso, posan para la foto.
Joel y Vanessa, 24 y 20 años
Si Alejandro era el más combativo, Vanessa es quien más acepta la crítica. “Yo creo que está bien, así nos hacemos más responsables. O sea, generalizar, no. Pero que se criminalice a quienes sí que lo han hecho mal, sí”. Quizás esto tiene que ver con la perspectiva. Vannesa y Joel son de Barcelona, donde los contagios están peor que en Madrid. Por eso consideran “correcto” el cierre del ocio nocturno decretado por la Generalitat. “En cuanto han abierto el ocio nocturno la gente se ha vuelto loca”, asegura Joel.
“Lo hemos visto. En Badalona, que lo tenemos al lado, se ha abierto el Titus Carpa y todos los contagios han subido. Casualidad no es”, añade Vanessa. Pero esta joven también asegura que su comportamiento no siempre ha sido ejemplar. “El toque de queda nos lo hemos saltado varias veces, la verdad por delante”. La honestidad le honra.
Vanessa completa el abanico de grises de que hablábamos unos párrafos antes: “Yo creo que se nos tiende a echar más la culpa. Pero con esto del Covid, se ha visto que han llegado a tener razón. Se ha visto que no somos los suficientemente responsables”.