Tomás Guasch: "Cataluña se parece a lo que hacían los nazis en los años 30"
Entrevista al ministro de Deportes de Tabarnia: "El único elemento vertebrador del independentismo es el odio" / "Esta gente no busca el diálogo, busca la rendición" / "Tengo amigos que han dejado de hablarme por el Procés"
28 abril, 2018 01:46Noticias relacionadas
Pararse a tomar un café con Tomás Guasch en el barrio de Sant Andreu es interrumpir la conversación constantemente. Es hijo del barrio y aquí se crió. Todos le conocen y cada cinco minutos viene alguien a hablar con él. La mayoría, a saludar y felicitarle. Pero también hay algún caso sangrante. Sucede en el bar en el que se ha juntado toda su vida. Él se va para el camarero y le tiende la mano al llegar. El camarero se la niega: “No te saludo porque yo con los de Tabarnia no quiero nada”. Guasch se queda desconcertado pero responde con una broma para restarle importancia y se va. “No sé si este lo ha dicho en serio o me estaba vacilando. Pero sí que me he encontrado con amigos que me han dejado de saludar a raíz de todo el procés y lo de Tabarnia”; confiesa con un punto de amargura.
Pero hombre de dios… con lo tranquilo que estaba usted, ¿quién le manda meterse en política? Ministro de Tabarnia, nada menos...
No, si esto no es política. Es un movimiento ciudadano. Y mira que los partidos políticos han intentado acercarse a nosotros. Pero en realidad no hacemos política. Sólo damos nuestra opinión, que vale tanto como cualquier otra.
Entonces… ¿todo esto de Tabarnia quién lo paga?
¡Florentino! Eso es lo que contesto yo cuando nos preguntan. Pero no, en realidad nadie paga esto. Mira tú qué ministros tan tristes somos, que no tenemos asignación, ni dinerito, ni coches oficiales... Y no tenemos a ningún político detrás. Esto no va de política. Es un movimiento ciudadano. Porque uno vive aquí y tiene que significarse. Tal y como están las cosas y a estas alturas, no podemos callarnos.
Si no va de política, ¿de qué va? ¿de sentido del humor? Porque parece que a la revolución de las sonrisas no le sienta nada bien que se rían de lo suyo...
El sentido del humor, como bien dice Boadella, es lo que diferencia al ser humano del resto de animales. Y como por ahí sueltos hay muchos animales, pues normal que no les siente bien. ¿Tú has visto a alguno de estos reírse alguna vez?
Ahora que lo dice… no.
Pues eso. Cuando ven que te estás riendo de algo tan trascendental para ellos, les joroba una barbaridad.
Y la respuesta es amenazarle pintando su casa con el símbolo de Terra Lliure y llamándole payaso…
En 2018, chato. Me dicen a mí hace unos años que en Barcelona en 2018 íbamos a estar así y no me lo creo. Que esto parece Alemania en los años 30. Que eso lo hacían los nazis, lo de pintar las casas señalando al disidente. Esta gente tiene un puntito nazi, eh. Un puntito gordo. Que ya no es que sea mi casa. Es la de mi mujer, la de mis hijos o mis nietos.
Pues todavía hay quien dice que se la pinto usted mismo.
Si yo me pongo a pintar mi casa, mi mujer llama corriendo a la ambulancia para pedirle que me lleven porque que me he vuelto loco. Primero me da con una maceta en la cabeza para ver si espabilo y luego llama al médico porque he enloquecido. Mi mujer, un vecino o quien sea. ¿En qué cabeza cabe? ¿Cómo me voy a pintar yo mi propia casa? ¿De verdad que gente en su sano juicio puede defender eso?
Es que entre el independentismo está de moda el concepto de “falsa bandera”, para acusar al otro de las maldades que hacen ellos.
Pues ya somos muchos que nos pintamos la casa en los ratos libres, eh. Un par de días después le hicieron lo mismo a Salvador Illa (secretario de organización del PSC). Cuando lo vi pensé “mira, otra familia que decide pintarse ella misma la casa para no aburrirse”. ¿Qué pasa, que estamos todos locos? Esta gente tiene la virtud de pensar que todos somos gilipollas. Toda la humanidad es gilipollas menos ellos. Es un gran mérito.
¿Se imaginaba llegar a este extremo?
Jamás. Pero si Barcelona fue la punta de lanza de este país no hace tanto… y mira ahora cómo estamos. Te lo dicen hace unos años y no te lo crees. Como si te dicen que en la era Messi, el Madrid va a ganar 3 de 4 Champions y Cristiano los balones de oro. No te lo puedes creer.
¿Y como hemos llegado aquí?
Pues con odio. El elemento vertebrador es el odio. Eso es lo que han inoculado. Yo no entiendo cómo se puede vivir odiando. Toda esta paranoia del odio, de la batalla, de la guerra contra el contrario, de que el otro te jode… Así se llega a esto. A la fractura. Lo enquistado que está todo. ¿Qué les he hecho yo? ¿Dar mi opinión? Y ojo, que esto no es un Cataluña contra España como quieren vender. Esto es una parte de Cataluña contra la otra. Es un odio a la otra parte de Cataluña.
¿España nos odia?
Mira, te cuento una anécdota que tiene que ver con esto: jugó el otro día el Joventut de Badalona en campo del San Pablo de Burgos. Los dos jugándose el descenso. Ganó la Penya por un punto. El público pasó unos primeros instantes derrumbado porque la derrota les dejaba en una posición muy difícil. Pero enseguida empezó a ovacionar al Joventut y a cantar “Penya, Penya”. Porque el Joventut es como el Estudiantes, uno de esos equipos históricos que tendría que tener prohibido descender. Hay una imagen que es la de los jugadores del Joventut retirándose, aplaudiendo a la afición y los burgaleses ovacionando al equipo catalán de baloncesto más antiguo. Ni un “puta Cataluña” ni nada por el estilo. En Burgos, que es la Castilla profunda. Nada de odio. Respeto absoluto. “Oiga, que España nos odia”. Pues mira, en Burgos nos quieren. En Burgos, en Madrid, que hay un montón de periodistas catalanes viviendo y no se quieren ir de allí. Esto es lo que es España. Nos unen muchos hilos invisibles.
¿Entonces?
Pues que ha calado la mentira de que España nos odia. Y lo que tienen que dar cuenta es de que los que estamos distintos somos nosotros. Ves ahora a un catalán y lo ves siempre con una mala cara… Yo me voy a Madrid, a Aragón, que está a un peaje de aquí, y coño, parece que estoy en otro continente. Allí la gente habla de fútbol, de pensiones, de lo que realmente importa. Pero aquí estamos todos encabronados y con mala cara.
Y esto, ¿cómo se arregla?
Pues ni idea, porque eso del odio es muy jodido. Lo del odio es un invento que han inoculado desde aquí, y lo malo es que ha calado igual que la mentira. El daño que ha hecho esta gente... eso no se puede perdonar. Que al final lo perdonaremos, ojo. Pero no hay tribunal divino ni humano que lo pueda perdonar. Porque esta gente odia al que piensa diferente. A la otra mitad. ¿Qué hacemos los que no pensamos igual? ¿Nos vamos? ¿Nos callamos? ¿Claudicamos? Esta gente no busca diálogo, busca la rendición. Y estos son de aquí. Que los que están pintando amenazas en las paredes están aquí, en Cataluña. Que lo mío no es la chilena de Cristiano Ronaldo, no es nada excepcional. Que nos han pintado a muchos. A mí, a Salvador Illa, a las sedes de Ciudadanos y del PSC…
A Boadella…
A Boadella… Tú te crees, un tío al que Franco le metió preso... ¡Que estuvo en el talego! ¡Y se fugó! Si no ha habido nadie que se haya reído más de Franco. ¡Boadella fue el azote! Si sólo por haberse fugado de la cárcel franquista le tendrían que haber puesto una calle en Barcelona…
Pues aún y así... facha.
Facha. Es la perversión más absoluta del lenguaje. Facha. Ya han desvirtuado el término. Facha. Todo los que no pensemos como ellos somos fachas y nos tenemos que callar. Serrat también es facha. Loquillo es facha. Aquí somos todos fachas. Pues no, óigame. No. No me pienso callar. Si han pervertido todo lo demás, no van a pervertir el lenguaje...
¿Que es lo más urgente ahora en la política catalana?
Lo que tendrían que hacer es formar gobierno. Espabilen, porque al final se van a dar cuenta de que no son ustedes necesarios, porque va todo igual. Si esto fuese una empresa privada le dirían “oiga mire, no toque nada que sin gobierno también tiramos”. Lo que tienen que hacer es formar gobierno, arreglarlo todo, evitar la fuga de empresas, recuperar el turismo… Pero no. Estamos como estamos y lo están bloqueando ellos mismos. Entrevistaba el otro día en EL ESPAÑOL a López-Tena y lo explicaba muy bien. Este tío es casi el fundador del independentismo, pero reniega de todo esto. Ni ellos se avienen y entre ellos se bloquean.
Las CUP, sin ir más lejos.
Los CUP. Otros. Estos me sorprendieron cuando dijeron que les habían engañado. Hombre, ¿800 años lleváis en esto y no os habéis antes de que esto era mentira? Otros fenómenos. Esto es todo una coña. Y demuestra que el gag independentista del día siempre supera al anterior, y que va a ser menor que el del día siguiente. Pasar a la historia por ser los responsables de esto es imperdonable.
¿Cuál es el objetivo de los partidos independentistas?
La lucha final es el presupuesto y la pasta. El objetivo es el dinero. Medrar, el poder, el presupuesto… y ni eso les une. El poder es lo que les va. Que no nos tomen por tontos.
¿Qué futuro nos espera?
Pues jodido, chato. Sobre todo para las generaciones jóvenes, por el odio que han sembrado. A ver… yo no es que me vaya a ir ya de este mundo, pero me queda bastante menos de lo que he recorrido. Pero lo que deja esto a la gente que viene detrás es terrible. Las consecuencias económicas… Dice el Centro de Estudios de La Caixa que en junio entramos en recesión. Hay un 40% menor de inversión en Cataluña. Eso es gravísimo, pero… ¿y las consecuencias sociales? Cualquiera en su sano juicio llega a la conclusión de que así no se puede vivir. Gente que ha dejado de saludarme. Conocidos. Amigos. ¡Familia, coño! Si esto de que le pinten la casa le pasa a algún familiar mío, que menos que llamar y preguntar qué le ha pasado. Pues yo me he encontrado con algunos que ni eso. Y es triste que en Cataluña estemos así. En Barcelona. ¡Si hemos sido punteros en todo! Esto, para el ciudadano catalán es de una tristeza infinita. Y que no es sólo las amenazas en mi casa. Que no es una guerra con alguien de fuera. Repito: es una mitad de Cataluña contra la otra mitad. Y esto puede acabar mal. O paramos la pelota y empezamos de nuevo el partido, o esto va a acabar mal.
¿Para qué lo hacen?
Para amedrentar. Para que nos callemos.
¿Y con usted lo han conseguido?
¿Conmigo? ¡Jamás! Mira, en un rato tengo consejo de ministros de Tabarnia. (Ríe). Y oye, que no es de ser un valiente, como me dicen por aquí [en efecto, en el transcurso de la entrevista se le acercan tres vecinos en diferentes momentos a reconocerle su valentía]. Es una cuestión de que no nos podemos callar. De que es muy grave lo que nos están haciendo. ¿Que hoy es una pintada y mañana me pueden pegar dos hostias? Pues sí, porque yo no sé quién es el grillao que va a venirme. Pero es lo que hay.
Los políticos indepes no se mojan en este sentido.
Mira, el primero que condenó fue Gabriel Rufián… pero en Twitter. Oye, te lo agradezco y lo que quieras. Pero hazlo donde tienes que hacerlo. Que el otro día en el Parlament no quisieron condenarlo. Mójese en público, porque esto hay que denunciarlo y no se puede aguantar.
Precisamente en el ámbito político se esperan novedades fuertes. ¿Ve a Valls como alcalde de Barcelona?
Hombre, le escuché cuando recibió el premio de Societat Civil Catalana, y sólo con su discurso revolucionaría el panorama político. No tengo ninguna duda. Ahora… lo tiene difícil. ¿Cómo va a ser alcaldesa Ada Colau? Pues con siete pactos. Igual Valls gana y no puede gobernar, como le ha pasado a Arrimadas. No sé yo si habrá una propuesta que pueda seducir al PSC e incluso a los comunes. Ahora, sería un soplo de aire fresco. Una revolución en la política de Barcelona y en Cataluña. Este es un político de verdad, de los de partido grande. Por experiencia, por formación… Mira, Barcelona es una multinacional y como tal hay que dirigirla. Yo no podría dirigir la Coca-Cola, porque me cargaría las burbujas. Para mí sería imposible. Pero este es un primera espada. Que ha sido Primer Ministro en Francia...
Lo critican por ser de fuera…
Pero, ¿qué problema va a haber por eso? Lo mismo que traemos futbolistas extranjeros, traemos catedráticos, traemos investigadores. ¿No vas a poder traer un político de primer nivel? ¡Pero si este señor además es de Barcelona! ¡De Horta! Encima es culé y su tío fue el compositor del himno del Barça. Además tiene un discurso en catalán que emocionaría al mismísimo Pompeu Fabra. ¿Qué más quieres? En eso los franceses también nos llevan la delantera. Ellos no tienen problema para tener una alcaldesa de París que sea de Cádiz y que se apellide Hidalgo. Aquí hay más prejuicios. Difícil lo va a tener. Pero, ¿que revolucionaría? Seguro.
Y ustedes también están revolucionando desde Tabarnia.
No imaginábamos que iba a llegar tan lejos. Empezó como un experimento en una probeta y mira hasta donde ha llegado.
¿Cúál va a ser su primera medida como ministro de Deportes?
Yo quiero montar la Vuelta Ciclista a Tabarnia. Hay un proyecto de hacer una contrarreloj individual en Waterloo y otra por equipos en Estremera. Luego, darle mucho apoyo a los clubes y a los chavales jóvenes, al deporte de base: tratar de convertir a la Universidad de Tabarnia en algo parecido a la de Utah o Carolina del Norte… pero sin un duro.
¿Y futbolísticamente? ¿Cómo ve a la selección tabarnesa?
Un equipazo tenemos. Nosotros podemos jugar tranquilamente con Kiko Casilla bajo palos, Sergi Roberto de lateral derecho, Jordi Alba en la izquierda, de centrales Bartra y Piqué…
¿Piqué?
Piqué. Es de Barcelona y por lo tanto es seleccionable. Sigo: Sergio Busquets y Cesc de pivotes, Aaron y David López en las bandas, y en la delantera Gerard Moreno y Falete (Sergio García). Un equipazo, nene. Lo que yo te diga.
¿Se ve jugando contra la selección catalana en el Camp Nou en el partido ese que montan en Navidades?
No querrían jugar contra nosotros, porque somos netamente superiores. El último año ya no lo jugaron porque no encontraron rival. A nosotros, en cambio, el Cádiz nos ha invitado a jugar el Carranza.
¿Dónde pretende llegar todo esto de Tabarnia?
Pues a desaparecer. Sería lo ideal. Señal de que habría vuelto todo a la normalidad. Pero chato… no tiene pinta.
Durante la conversación se han acercado varios vecinos, que se dirigen a él como “el tabarnés”. Cada uno con una consulta diferente. Guasch es el oráculo del barrio y todos le piden consejo. Él tiene tiempo para todos. Y aunque la entrevista empezó con un regusto amargo, por el mesero que le negó el saludo, acaba con efusividad. Un señor de 73 años (pero en una forma física tan envidiable que estaba para jugar al menos 15 minutos en una eliminatoria de Champions) se le abraza, le anima en su cruzada contra el independentismo y se le ofrece: para lo que haga falta. ¿Qué necesitas, Tomás?”. Guasch ni se lo piensa: “Con 10.000 euros me conformo”.