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659 días. Ese es el tiempo que habrá esperado María (nombre distinto al real con el fin de preservar su identidad) cuando este próximo jueves se de a conocer el fallo de la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra al caso de la denuncia por violación que la joven madrileña interpuso contra cinco hombres sevillanos. Fue el 7 de julio de 2016. Al grupo de amigos se les conoce desde entonces como 'la Manada' por uno de los grupos de Whatsapp en el que participaban todos ellos.
Cuando el tribunal lea la sentencia, a la una de la tarde de este jueves, habrán transcurrido casi 22 meses en los que, en multitud de ocasiones, se ha cuestionado el relato de María para desviar la atención de los hechos y de sus presuntos autores, acusados de cometer una agresión sexual sobre la chica dentro de un portal de Pamplona la primera noche de San Fermín.
Durante todo este tiempo, la joven ha vivido su propio juicio paralelo, cuando en realidad ella sólo debía sentarse a esperar y conocer el fallo del tribunal de la Audiencia navarra.
Ese proceso sufrido en las carnes de la denunciante se evidenció en mayor grado durante las algo más de dos semanas de juicio. En él, por ejemplo, uno de los abogados de tres de los acusados, Agustín Martínez, llegó incluso a cuestionar si la forma de sentarse de María durante su declaración (con las piernas recogidas debajo del trasero) era la más acorde para una mujer que había sido violada.
"Una película porno"
Pero ese no fue el único ejemplo. Hubo mucho más. Durante sus alegatos finales, las defensas hicieron una lectura completamente distinta a las de la Fiscalía o de las acusaciones particulares.
Hasta el punto de que algunos abogados de los miembros de 'la Manada' hablaron de que los vídeos que recogieron lo sucedido dentro de aquel portal de la calle Paulino Caballero de Pamplona mostraban, en vez de una violación, una "película porno". Cuestionaron también que se puedan practicar felaciones con los ojos abiertos.
Incluso, un letrado planteó al tribunal que cómo era posible que la chica no mordiera el pene de los presuntos violadores si estaba siendo forzada a practicar sexo sin su consentimiento.
Agustín Martínez, abogado de José Ángel Prenda, Jesús Escudero y Ángel Boza -tres de los cinco acusados; los otros dos son el militar Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena y el guardia civil Antonio Manuel Guerrero Escudero- denunció en la fase de informes un "juicio mediático" contra 'la Manada'.
Martínez, en su afán por restarle credibilidad a la chica, a quien un detective llegó a seguirla, sostuvo en su alegato final que con una "mínima denuncia" bastó para que, "una vez iniciada la maquinaria, se trataba de dar un escarmiento, y qué mejor que cinco sevillanos, un militar, un guardia civil y un gordito ultratatuado", dijo.
Agustín Martínez calificó de "folclore" el debate social y político surgido en torno a la violencia sexual y que rodeó al caso. Mientras, el letrado Jesús Pérez afirmó que algunas campañas de concienciación sobre este asunto versaban sobre "actos libres de mayores de edad". De nuevo se deslizaba la idea de que la chica, quien en ningún momento dijo 'no' ni habló durante el tiempo que estuvo con los cinco hombres, habría consentido mantener sexo.
La fiscal Elena Sarasate rebatió esta postura durante la lectura de sus conclusiones. Se apoyó, entre otros aspecto, en los informes de los peritos de la Policía Foral, quienes dijeron que la actitud de los hombres era "imperativa y sin interactuar". "Le dicen lo que tiene que hacer y ella no dice ni una sola palabra", expuso Sarasate ante el tribunal.
"Expresiones de carácter jovial"
En su afán por someter a examen la forma de actuar de la víctima tras los hechos, las defensas llegaron a centrarse en aspectos de la vida privada de María y también de su actitud.
Agustín Martínez destacó su "particular forma de presentarse ante el tribunal, no mostrando el menor síntoma de abatimiento". El abogado mencionó en varias ocasiones su "nivel de educación alto", dijo que "su rictus se podía valorar como expresiones de carácter jovial" y cuestionó sin pudor la "manera de sentarse" de la joven.
Durante el juicio también se sometió a examen la actividad en las redes sociales de la víctima, quien durante este tiempo ha tratado de recobrar la normalidad en su vida al retornar sus estudios, salir con sus amistades y viajar.
El letrado Martínez Becerra aportó como prueba una foto del perfil de Instagram de la joven. En ella podía leerse la frase "Hagas lo que hagas, bájate las bragas". Dichas palabras se las atribuía a una participante del reality Super Shore de la cadena MTV.
El abogado dijo: "Lo siento, me resulta sorprendente y curioso que una chica que ha denunciado una agresión sexual ponga ese mensaje en sus redes sociales un mes antes del juicio". Una actividad en internet que, a juicio del abogado, "excede con mucho lo que debe entenderse por vida normal".
Para reforzar su postura, Martínez analizó "a efectos ilustrativos" en qué consistía el programa. Explicó que la mencionada participante que solía decir esa frase "es famosa por una fogosidad fuera de toda duda, ese es el sentido de la camiseta". Un día antes, la fiscal Sarasate se limitó a señalar que no merecía la pena siquiera comentar esa prueba.
"La mala educación [de 'la Manada'] no le sentó nada nada de bien]
Juan Canales, otro de los abogados de la defensa, fue, tal vez, quien hizo una lectura más machista de los hechos. No sólo cuestuonó el relato de la víctima, sino que incidió en la teoría de que ella actuó por despecho después de que 'la Manada', tras robarle el móvil el guardia civil, la dejara sola y medio desnuda dentro de aquel portal.
Al tratar de argumentar esta postura y de subrayar los supuestos motivos espúreos de la denunciante, Canales reconoció que los cinco acusados se fueron "de unas malas formas, fuera de las reglas de la caballerosidad. Ese gesto de mala educación no tuvo que sentarle nada nada de bien [a María] porque se quedaba sola".
También dijo que, tras salir del portal, la joven "se quedó tranquilamente en el banco, llorando, a saber por qué". Este mismo letrado destacó que el beso que se dieron la víctima y uno de los acusados en la calle, antes de entrar al portal, "no fue un beso de amigo, fue un beso, beso".
Con ello quería dar a entender que María habría consentido después que entre cinco hombres la penetraran y la obligaran a practicarles felaciones a todos ellos mientras se mofaban de ella y se grababan.
La fiscal Elena Sarasate se opuso a esta teoría. En su alegato final dijo que los cinco miembros de 'la Manada' "sabían a lo que iban", pero la víctima no. Añadió que salieron tranquilos del portal porque "pensaban que no les iban a pillar, pensaban que gozaban de una impunidad que por suerte no tuvieron". Y terminó: "Lo que ocurrió es lo que ellos hacen habitualmente de la forma en que lo hacen habitualmente".