Tres puticlubs cántabros financian una velada de boxeo contra la violencia machista
Cuelan sus anuncios en el cartel de "La noche de las reinas", un encuentro pugilístico protagonizado por mujeres que se celebra este sábado en Camargo (Santander)
14 diciembre, 2017 14:33Este sábado, en el pueblo asturiano de Camargo se va a realizar una velada de boxeo contra la violencia de género. Tendrá lugar en el pabellón Municipal de Revilla. “14 guerreras serán las protagonistas. Les tocará demostrar que el boxeo femenino en España pisa fuerte. Ya que además, algunas de ellas constan de títulos nacionales en el campo amateur. Un gran apoyo para la igualdad de las mujeres y una lucha en contra de los numerosos casos de violencia de género que sufre nuestro país”.
Se trata de la primera ocasión en la que todas las participantes son mujeres. Habrá siete combates amateur: pesos ligero, gallo y mosca. La cita cuenta con el apoyo de múltiples patrocinadores. Ahí se ha formado la polémica: entre ellos se encuentran tres clubes de alterne de Cantabria.
Los tres clubes de alterne son el Acrópolis, el Star Dust y el Borgia, según informa Elfaradio. Se encuentran escondidos entre más de cincuenta patrocinadores. El contraste entre un acto de rechazo a la violencia de género y el apoyo de prostíbulos como estos ha generado una enorme controversia. El organizador, Daniel Rasilla, no ha querido realizar declaraciones a EL ESPAÑOL.
El combate cuenta con participantes de alto nivel: entre ellas están Sara Montoya, subcampeona de España y otras como Cristina Mena. Luego, en la cita participarán un buen de boxeadoras locales, de la región. Las entradas oscilan entre los 12 y los 14 euros.
Stardust, Borgia y Acrópolis
El escándalo ha salpicado un acto que pretendía luchar contra una lacra que todavía cuesta erradicar. Los tres clubs de alterne son los más grandes de la comunidad. Así se presenta, por ejemplo, el Stardust.“Nuestro selecto Club es el lugar ideal para degustar su copa preferida, en compañía de los amigos o disfrutando de la compañía de nuestras bellas y agradables señoritas”.
El Acrópolis luce en el cartel con un enorme anuncio. En los últimos meses, ha vuelto a ser noticia por un turbio asunto. Hace unos días, un cliente la emprendió a disparos con otro hombre dentro del local. La pelea continuó en el otro de los importantes locales, en el Borgia, también un lugar de alto standing.
Hace varias semanas, la Policía Nacional llevó a cabo una operación en la que terminó deteniendo a tres de los responsables del club por un delito contra los derechos de los trabajadores. De los 71 empleados del local, los agentes localizaron a 53 que no estaban dados de alta, y 12 carecían de permiso de trabajo. Muchas de las mujeres que allí ejercen la prostitución, según la Policía, también residen en el propio local.
Disculpas desde el ayuntamiento
El ayuntamiento, por su parte, se ha echado a un lado, ya que aparecía como entidad que apoyaba el evento. La alcaldesa, Esther Bolado,ha asegurado que no colaborará más con actividades en las que haya presentes clubes de alterne como patrocinadores.
La alcaldesa fue preguntada por este asunto durante una rueda de prensa el pasado miércoles. Apeló a que los establecimientos son legales. Posteriormente, en una entrevista por radio, dijo que estaba muy disgustada, como alcaldesa y como mujer que lucha contra la violencia de género.
La alcaldesa explicó después que fue “un error gravísimo” del que se enteró “cuando estaban los carteles puestos”, algo “que no tenía que haberse cometido” y que “probablemente debería ser retirado”.
Críticas desde la ciudadanía
La cosa no ha quedado ahí. Diferentes colectivos de la localidad y alrededores se han expresado en contra del acto, debido a la incongruencia de mezclar un acto contra la violencia de género con tres empresas que fomentan la prostitución.
El Colectivo de Estudiantes de la región calificaba el acto como “inconcecible”, igual que la presencia de clubes de alterne en este evento. Otras asociaciones cántabras se han pronunciado en el mismo sentido, criticando esa incongruencia, así como el nombre del evento. Chirría el nombre, “La noche de las reinas”, porque “las mujeres que trabajamos en proyectos de igualdad y feminismo no queremos ser reinas, queremos ser iguales derechos”.