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Las mejores confituras gallegas para rellenar tus filloas
Repasamos las mejores mermeladas, cremas y confituras de origen gallego para convertir tus filloas de carnaval en el postre (o tentempié) perfecto
16 febrero, 2021 06:00Estamos en Carnavales, y eso significa que se nos vienen encima una cantidad ingente de dulces, potentes cocidos y momentos para disfrutar con la familia alrededor de la comida (dentro de lo que nos permita la pandemia actual, claro). Desde orejas, filloas, buñuelos y demás recetas que traspasan épocas gracias al respeto y veneración de las recetas tradicionales.
Lo que también se nos viene encima son esas composiciones de mil elementos que invaden la mesa en el momento del postre cuando tocan filloas. Un bote de nata, cuatro tarros de mermeladas, una de crema de cacao, frutas, azúcar… Al ser un plato tan versátil, no es extraño encontrarnos con que cada comensal tiene una preferencia sobre el relleno ideal de una buena filloa. Por eso, y con una intención conciliadora que
busque acabar con cualquier posible conflicto a la hora de la sobremesa, os traemos una selección de las mejores confituras, cremas y mermeladas de origen gallego, ideales para un buen plato de filloas, en tostadas o a cucharadas (bajo su propia responsabilidad).
Terra de Baronceli
Este complejo gastronómico se encuentra en el Valle de Monterrei, en Verín, Ourense. Se trata de una empresa que trabaja con conservas totalmente ecológicas, donde las frutas se seleccionan a mano y donde no se utilizan ningún tipo de aditivo químico o conservante artificial. Se mima la materia prima de calidad y ofrecen una variedad de mermeladas que abruma: hasta 32 tipos de combinaciones para todos los gustos.
Desde los sabores más clásicos, como mermelada de arándanos, fresas o frambuesas; hasta algunos más llamativos, como la mermelada de castañas, de kiwi, de melón o de calabaza con nueces. Pocas filloas pueden presumir de tener un relleno tan variado, pero lo mejor es que cuentan con variedades sin azúcar (para aquellos que quieran vigilar ese aspecto) y otras versionas con chocolate, como la de castañas, pera, o naranja amarga con chocolate. Dentro de las combinaciones de frutas producen mermeladas tan apetecibles como la de cereza con grosella o manzana con frutos del bosque. Totalmente natural, como su sabor.
Volalla
Esta pequeña empresa familiar está situada en Pontevedra, en pleno corazón de las Rías Baixas. Utilizan solo materiales producidos de su propio huerto, siguiendo la tradición el recetario familiar desde hace generaciones. Cuentan en su web que siempre esperan al momento óptimo de maduración para conseguir que el azúcar añadido durante la fase de
elaboración sea el mínimo posible. No cuentan con conservantes ni colorantes añadidos, siendo otra empresa donde prima el respeto a la fruta y su origen.
Dentro de sus mermeladas encontramos combinaciones poco usuales y atrevidas, como una mermelada artesana de naranja sanguina al Oporto, otra de caqui y mandarina, kiwi con nueces, de cereza y mango, o incluso una de albaricoque con Albariño. Por supuesto, hay espacio para alguna elaboración más conocida para el público, como una de mandarina o de ciruela roja. Además de tener opciones sin azúcar, cuentan con compota de manzana y cerezas en aguardiente, que se pueden convertir en un añadido “explosivo” para nuestra sobremesa.
Pazo de Vilane
La actividad comercial de este pazo familiar de Lugo se remonta a 1996, cuando sus propietarios decidieron darle una nueva vida volviendo a las raíces de su tierra. Desde entonces, se han convertido en una empresa gallega de gran renombre gracias a la producción excepcional de sus huevos camperos de gallinas en libertad. Sin embargo, también se encargan de realizar una serie de mermeladas artesanales que incluyen un 70% de fruta, entre las que se destaca su elaboración puramente artesanal; algo que se refleja en su variedad de sabores: clásicos como la mermelada de arándanos, de frambuesa o la de tomate agridulce.
Carabuñas
Y de sabores tradicionales pasamos a un enfoque novedoso en la creación de mermeladas. El saúco o sabugueiro, como es conocido en muchas partes de Galicia, se trata de un árbol con una especial relación con las tierras gallegas. Su relación con el ideario popular es muy variada, desde su relación con la magia o con la mitología celta. Sin embargo, se trataba de una planta un tanto apartada del mundo culinario hasta la llegada de Carabuñas.
Os do sabugueiro, como se autodenominan, son una pequeña empresa familiar que se ha especializado en la elaboración de productos artesanos a través del saúco (principalmente con sus bayas y sus flores) desde el año 2012. Su variedad de productos va desde los licores o cervezas hasta los bombones, infusiones y mermeladas. Estas últimas son las ideales para una filloa innovadora, pudiendo elegir entre su mermelada de saúco ecológica o versiones de esta con naranja o manzana.
Souto da Trabe
Si la fruta no nos va demasiado, y queremos optar por otras opciones, Souto da Trabe es la decisión correcta si nos interesa probar mermeladas de castañas de alta calidad. Esta empresa está especializada en la producción de este fruto en Souto, Ourense; cuya producción y recolección es totalmente ecológica y sostenible.
La mariquita de azúcar
Esta empresa familiar, situada en Pontevedra consiguió en el año 2019 el tercer puesto en el Campeonato Mundial de Confituras, celebrado en Francia. No es para menos, ya que estas mermeladas son reconocidas fuera de nuestras fronteras con bastante corriente. Destacan su sabor tradicional y su atrevido enfoque entre el respeto a las recetas caseras y la inclusión de nuevos elementos.
Kiwi, mora, peras al albariño, cava espumoso, piña, ron… La combinación de sabores es, desde luego, rompedora. Yolanda Bóveda, la emprendedora detrás de Mariquita, se encarga de envasar cada bote manualmente. Sus productos sorprenden y enamoran, aunque quizás la clave de esta empresa y de todas las anteriormente mencionadas es el
cariño y la dedicación puesta en cada tarro.
Es esta dedicación tan personal en recetas que van traspasando generaciones, consiguen que el cariño que anteriormente era privado y casero llegue a cada casa encerrado en un pequeño bote de mermelada. Desde luego, no se nos ocurre nada mejor para rellenar una filloa.