La villa de Sarria en Lugo: más allá del Camino de Santiago
Famosa por ser uno de los puntos de partida más habituales del Camino de Santiago, la localidad de Sarria tiene muchos otros atractivos para el viajero, suficientes para dedicar al menos 24 horas a su casco viejo y contagiarte del ambiente jacobeo
30 enero, 2020 06:00Seguro que has oído hablar mil veces de Sarria, una pequeña población lucense, paso obligado del Camino de Santiago. Y es que Sarria vive unida por un estrecho cordón umbilical al Camino Francés, una de las rutas jacobeas más conocidas y transitadas. Esto es así porque para obtener la ansiada Compostela los peregrinos deben de recorrer como mínimo 100 kilómetros hasta llegar a Santiago, y Sarria se encuentra justo a 112 de la capital compostelana, por lo que es el punto perfecto en el que empezar una primera aproximación al Camino de Santiago.
Algunos apuntes históricos
- La presencia romana de Sarria viene ligada a su cercanía con Lugo, antigua Lucus Augusti.
- El Camino de Santiago, en época medieval, es el motivo por el que el pueblo original de Sarria comienza a crecer, surgiendo en él hospitales para peregrinos, ermitas para el rezo, puentes y mesones.
- A finales del siglo XII el rey Alfonso IX funda Vilanova de Sarria, que daría lugar a la ciudad actual, y le concede la condición de villa real. Este mismo rey moriría en Sarria en 1230.
- La Fortaleza de Sarria, de la que hoy en día sólo se conserva el viejo torreón, fue derribada por la "Revolta Irmandiña" del siglo XV.
- Sarria no figura en el Códice Calixtino, pero siempre estará unida a las peregrinaciones ya que es un punto clave del Camino Francés, una de las rutas más famosas y concurridas del Camino de Santiago.
Sarria en un día
Tanto si vas a comenzar aquí tu camino como si simplemente estás por la zona, te conviene saber que Sarria alberga varios tesoros naturales y monumentales que bien merecen que le dediques un día de tu tiempo en tus visitas por Galicia.
Cualquier recorrido por Sarria debería incluir un paseo por su casco viejo, en descenso hacia el río, y la visita de sus cuatro puentes: Ponte da Ribeira, Ponte da Aspera, Ponte da Vella y Ponte do Mazadoiro. Descendemos por la antigüa Rúa Real, hoy Rúa Maior, entre la Iglesia del Salvador y la de Santa Mariña, patrona de Sarria.
Esta calle alberga las casas de los viejos blasones, las más importantes de la localidad, como la de los Guerra o los Díaz de Guitián. También destacan otras de los XVI y XVIII , como la Casa Grande de Saavedra, la de los Armesto o la más antigüa que data del siglo XIII: la de Centeais.
Un importante símbolo de Sarria es el Monasterio de la Magdalena, fundado en 1200 por unos monjes que peregrinaban a Santiago y aprovecharon las ruinas de otro templo para construirlo. En el monasterio los estilos gótico y románico se dan la mano en torno a un claustro de planta cuadrada adornado por un bonito jardín de camelias.
La Torre de la Fortaleza, conocida popularmente como el viejo torreón solitario, que formaba parte de la antigüa fortaleza, se mantiene en pie orgulloso de haber sobrevivido a la Revolta Irmandiña y nos recuerda los viejos tiempos en que Sarria era una noble villa amurallada.
Otros puntos de interés
La Iglesia de San Salvador, en gótico primitivo del siglo XIII o la de Santa Mariña; la Fonte dos Peregrinos en la Rúa Maior o el inicio del Camino de Santiago, señalado por un Pantocrátor, son otros de los elementos imprescindibles que ver en la localidad.
El municipio de Sarria cuenta, además, con espacios naturales tan bonitos como el conjunto recreativo de O Chanto, a orillas del río Sarria, o el Mirador del Monte do Páramo. Para los amantes de las actividades al aire libre es posible montar a caballo o practicar senderismo en alguna de las muchas rutas de la zona.
Entre ellas destacamos el Paseo das Aceas. Este recorrido, que recibe su nombre de los molinos harineros de agua que se construian en el cauce de los ríos (aceas), es de dificultad fácil y transcurre a través de una ruta circular de poco más de 5 kilómetros, apta también para caminantes aficionados. El sendero está muy bien señalizado y durante el paseo a pie de río se suceden imágenes de gran belleza: arces y carballos mecidos por la brisa, pequeños puentes medio derruidos y alguna que otra fervenza (cascada).
Si además añadimos a esta visita el incentivo de una buena comida, disfrutando de la deliciosa gastronomía de la zona, con el cocido, el pulpo, la empanada, los embutidos o la caza como protagonistas, ya tenemos la excusa perfecta para pasarnos por Sarria, al menos durante 24 horas y comprender que el encanto de esta localidad va más allá del Camino.
Emma Sexto