Fervenzas da Rexidoira, uno de los secretos mejor guardados a 30 minutos de A Coruña
El río Mendo desciende cerca de 100 metros de altitud en apenas 600 metros de recorrido, formando a su paso cuatro extraordinarios saltos de agua enmarcados entre frondosos y mágicos bosques de ribera
3 marzo, 2024 05:00Desde la costa atlántica hasta el interior más montañoso de Galicia, los ríos acompañan cada rincón natural del territorio creando un sinfín de paisajes fluviales de ensueño. Lo cierto es que en los márgenes de estos arroyos la naturaleza continúa el trazado del agua y consigue mostrarse en su máximo esplendor, dando forma a su paso a todo tipo de bosques de ribera, vegetación autóctona y un patrimonio natural digno de descubrir y recorrer con calma.
En la parroquia de Filgueira de Barranca, situada en el corazón rural de la antigua Cesuras (ahora Oza-Cesuras tras su fusión con Oza dos Ríos), el río Mendo ―afluente del Mandeo― presume de haber forjado cuatro pequeñas pero mágicas fervenzas enclavadas en mitad de un extraordinario bosque animado. Lo cierto es que el entorno en el que se encuentran pertenece a la Reserva Biosfera Mariñas Coruñesas e Tarras do Mandeo, por lo que la riqueza natural, paisajística e incluso ornitológica resulta ser un valor inherente de la zona. Además, en este punto de la reserva natural, el Mendo desciende casi 100 metros de altitud en apenas 600 metros, y es por eso que la ruta de las Fervenzas da Rexidoira se encuentra repleta de pronunciados desniveles y fantásticos saltos de agua.
Una agradable senda a orillas del Mendo
El punto de partida de esta senda por las entrañas del río Mendo se encuentra en la aldea de A Rexidoira, la cual da nombre al conjunto de estas cascadas de Oza-Cesuras. Desde la zona de aparcamiento el camino avanza unos 100 metros por una pista forestal bastante amplia hasta llegar al verdadero inicio del recorrido. De hecho, a la primera de las fervenzas de esta agradable ruta de senderismo se accede al poco tiempo de comenzar el itinerario, descendiendo una pequeña pendiente de tierra provista con barandillas de madera (es la única de las cuatro que tiene, junto con el mirador). Dicho sendero nos permite además aproximarnos a los márgenes del curso fluvial y seguir la estela del Mendo con la naturaleza por banda sonora, disfrutando del estruendo del agua golpeando con fuerza contra todos los elementos que encuentra a su paso.
Poco después de superar el primer salto de agua, los senderistas que se atrevan a transitar esta ruta podrán llegar hasta los alrededores de la segunda de las cascadas, una de las más peligrosas en cuanto al acceso y el terreno en el que se ubica. Hay que tener en cuenta que el itinerario en cuestión se asienta sobre una superficie húmeda, con desniveles y bastantes zonas resbaladizas, por lo que siempre es recomendable extremar precauciones. Hoy por hoy no es posible divisar en su totalidad los 8 metros de caída libre y la impresionante garganta de piedra que acompañan a este segundo salto de agua, si bien el entorno verde que envuelve a la cascada resulta ser realmente mágico, repleto de avellanos, laureles y otras especies arbóreas autóctonas. La ruta continúa más adelante hasta alcanzar un mirador natural sobre el río y a partir de aquí es cuando volvemos a encontrarnos con otro tramo de cierta dificultad, pues para poder descubrir el encanto y las leyendas que entraña la tercera fervenza, más conocida como O Pozo da Ola, será necesario volver a descender una ligera pendiente ayudándonos de una cuerda.
La cuarta y última de las cascadas da Rexidoira fue bautizada con el nombre de Fervenza O Batán por su cercanía a unas antiguas construcciones tradicionales que sobreviven en el lugar. Los batanes eran una especie de construcciones hidráulicas, parecidas a los molinos, que tenían como objetivo dejar transformar los tejidos abiertos en telas más tupidas. Cabe señalar que este punto final de la ruta presenta dos accesos diferentes: desde el camino ya iniciado, volviendo unos metros sobre nuestros pasos para seguir por un sendero sin preparar pero transitable, o bien regresando a la pista forestal (lo más aconsejable) para buscar la otra entrada ya señalizada hacia el entorno del salto de agua.
El valor ornitológico de la ruta
La ruta de las Fervenzas da Rexidoira permite al visitante ir al encuentro de cuatro espectaculares saltos de agua, pero también de descubrir en el transcurso algunas de las especies aladas más interesantes de la Reserva Biosfera Mariñas Coruñesas e Tarras do Mandeo. Lo cierto es que el enorme interés ornitológico que presenta la zona lo convierte en otro de los grandes atractivos de este agradable sendero a orillas del río Mendo. Entre las copas de los árboles que envuelven al lugar, los más ávidos observadores podrán descubrir especies como el ferreiriño negro, azul o real, los gabeadores, paporrubios, merlos y picafollas. En los terrenos más próximos al agua, también resulta llamativa la presencia de merlos rieiros, o lo que es lo mismo: los mirlos acuáticos, cuya gran particularidad es que se trata de un pequeño ave buceador que puede sumergirse en las aguas de los ríos y arroyos para buscar alimento entre las algas, los pequeños crustáceos y moluscos.