Pepita de Oliva, muebles de inspiración nórdica diseñados en A Coruña
Fundó Pepita con 26 años y, aunque se ha embarcado en otros proyectos, este estudio de interiorismo es su ojito derecho y lo sigue retando día a día
7 septiembre, 2019 06:01La inspiración llega de los países nórdicos con aires retro de los 50 y 60, pero todo se materializa a medida en A Coruña. En enero de 2014 José María Quintela Fraga, Piño para los amigos, creó Pepita de Oliva. Cuando terminó sus estudios en Madrid, y después de vivir en Londres, decidió regresar a A Coruña, donde nació, para iniciar este proyecto que se ha ido convirtiendo en un genuino estudio de interiorismo en el que cada encargo es un reto que se enfrenta con ganas.
Reconoce que tiene ese no sé qué que lo convierte en un ‘culo inquieto’ y que siempre está buscando fórmulas de negocio. Ahora se ha atrevido también con una promotora inmobiliaria, y hasta vende bicicletas eléctricas que trae en exclusiva desde California.
Tal y como reconoce en la entrevista, con Pepita se estrenó como emprendedory mima la firma con todo el cuidado. Un proyecto que crece sin pausa desde que iniciase su andadura hace ya más de cinco años, al que bautizó con nombre de bailaora malagueña del siglo XIX, como homenaje a su madre "a quien le encantaba".
Particulares y empresas confían en Pepita para llevar a cabo sus reformas de interiores. Sin ir más lejos, sus muebles llegaron a la gran manzana de Nueva York para decorar la casa de la también coruñesa Gala Gonzalez.
Desde su tienda en el número 42-44 de la Avenida Finisterre, atienden con detalle cada una de las peticiones que llegan desde diferentes puntos de España e incluso de Europa. "Madrid ya supone el mismo volumen de negocio que en toda Galicia", reconoce Piño.
Desde A Coruña, el equipo Pepita dirigido por Piño y que se compone de una decena de trabajadores entre los que hay arquitectos, ingenieros, diseñadores y oficiales de carpintería, analizan cada proyecto de principio a fin preocupándose de que todo quede como el cliente imaginó, sin renunciar a dejar su propio sello, el sello Pepita.
Hablamos con el fundador de Pepita de Oliva para conocer qué hay detrás de esta firma de decoración que suma casi 20.000 seguidores en Instagram y que ha sido escogida como una de las mejores tiendas de decoración de España según la revista AD cuyas páginas precisamente le inspiraron hace años sentado en el salón de su casa.
¿Desde cuándo supiste que querías montar tu propia empresa?
La verdad es que ya desde pequeño me gustaba enredar, buscarme la vida y hacer cosas por y para mí. Creo que mi primer negocio lo monté con 14 o 15 años… Bueno, si es que se le puede llamar negocio: era más bien un compra-vende, como le llamaba yo (risas). De hecho, llegué a montar varios hasta que creé mi primera empresa como sociedad con 27 años, que fue Pepita.
Ahora tengo varias sociedades pero Pepita ha sido la primera y ya sabes, el primer hijo es el más especial. Sinceramente creo que nací con ese "algo" que me ha ido empujando a emprender. Solo trabajé para alguien con las prácticas del máster MBA que cursé en Madrid y rápidamente me di cuenta de que no es lo mío (más risas).
¿Fue vocacional esto de dedicarse a la decoración, o alguna casualidad te llevó a ello?
Pues fue una mezcla entre lo vocacional y la casualidad, la verdad es que siempre me ha gustado todo lo relacionado como la moda. Creo que el hecho de que mi madre tuviese la casa llena de revistas como AD (Architectural Digest), Nuevo Estilo y revistas de ese tipo también me ha marcado (risas). Si te soy sincero, nunca pensé de que la decoración y el interiorismo serían lo mío, pero desde el primer día que empecé me gustó mucho y aquí seguimos casi 6 años después.
Entonces, ¿fue todo un poco sobre la marcha? ¿En qué momento dijiste: voy a abrir una tienda?
Llevo la vida sobre la marcha, soy así. Es lo que me hace feliz, soy Aries (risas). Volví a A Coruña después de ocho años viviendo en Madrid y uno Londres y cuando regresé ya venía con la idea de emprender y me lancé a por ello.
¿En qué te inspiras?
Pues sinceramente nos inspiramos en lo que nos gusta, tratamos de viajar mucho para estar a la última moda e intentar diferenciarnos. Buscamos la tendencia, o si creamos algo nuestro, intentamos que sea tendencia.
Considero que hay que ser muy muy muy dinámico, renovarse constantemente y sobre todo diferenciarse. Conseguir y defender una imagen que represente lo que haces y no cree dudas de qué eres o no eres de cara al cliente, lo considero también muy importante. Tenemos la suerte de que vendemos calidad, o al menos es lo que siempre nos proponemos. Creo que ese es nuestro fuerte: presentar o defender algo bueno ante el cliente siempre es un punto a favor que lo hace todo más fácil.
Hay un estilo marcado en vuestros diseños ¿cómo marcas ese estilo, cómo sabes que algo encaja o no encaja?
Pues la verdad es que esta es más una pregunta para las interioristas y arquitectas del estudio, que trabajan diariamente en la parte técnica; En Pepita tocamos infinidad de estilos, proyectamos y equipamos todo tipo de espacios: viviendas particulares, locales de restauración, hoteles, clínicas… Pero sí que es verdad que nuestra imagen tiene un estilo definido que marcamos en cada uno de los proyectos que nos encargan.
¿Qué es lo que nunca harías con Pepita? ¿Hasta dónde te planteas la expansión del negocio?
Como decía antes, Pepita es mi primer hijo, imagínate el cariño que le tengo y las horas que he echado encima de esto: jornadas de 14 horas, noches sin dormir… ¡Y lo que me queda! Pero lo mejor de todo es que no me pesa todo este tiempo y dedicación, sino todo lo contrario, me llena de alegría cuando veo la evolución de estos años. Con esto te digo que jamás haría algo malo para Pepita, pero también considero que es un negocio y se trata de hacer negocio de ello.
Tengo mi plan de negocio y la estrategia a corto y medio plazo, pero soy consciente de que el mercado es el que manda, así que no podría decirte hasta dónde me planteo la expansión y si te soy sincero tampoco voy a querer decirlo públicamente… La sorpresa vende mucho (muchas risas).
¿Cómo ha evolucionado el negocio de Pepita?
Nos hemos ido ajustando a lo que nos pedía el mercado y eso nos ha llevado a evolucionar. Al principio, (creo recordar que solo fue el primer año), comercializábamos muebles nórdicos de diseño pero ahora ya trabajamos desde hace tiempo como Estudio de Interiorismo.
Proyectamos cualquier tipo de espacio, lo que nos hace comercializar desde
levantamientos de planos 3D, a cualquier tipo de material o revestimiento del espacio. Y por supuesto equiparlo con muebles tanto de diseños nuestros y fabricaciones propias, como muebles de diseño de autor. Al final lo que buscamos es crear espacios especiales y únicos.
¿Cómo conectas con tus proveedores? ¿Eres fiel siempre a los mismos o buscas cosas nuevas?
Intentamos trabajar con los mejores para ofrecer el mejor producto y servicio al cliente. Tenemos proveedores con los que seguimos trabajando desde el principio, pero somos dinámicos, buscamos nuevos y probamos continuamente. Eso sí, siempre siendo fieles a los que hacen posible este proyecto.
¿A qué dificultades te enfrentaste a la hora de emprender, y cuáles son ahora los retos que se presentan al ir creciendo?
Las dificultades de emprender son muchas, al fin y al cabo era mi primera empresa, por lo que me he encontrado con muchos problemas que no conocía y he tenido que ir buscando soluciones a cada uno de ellos prácticamente yo solo. Pero bueno, “me gustan” los problemas: así es como se aprende. He aprendido a que un problema tiene que venir de la mano, como mínimo, con una solución.
Respecto a las dificultades de crecer también son muchas, se llevan un poco mejor que las del principio, antes estaba yo solo y ahora somos diez personas en el estudio para buscar soluciones, ¡Diez cabezas pensantes! (risas). Cada uno soluciona sus problemas siempre con el apoyo de sus compañeros, pero las responsabilidades de los problemas recaen en un departamento o en otro y está todo más organizado.
El mayor reto a día de hoy es crecer de manera organizada y profesional para formar una estructura empresarial cada vez mas sólida. Considero que la organización y la profesionalización de la empresa es muy importante para crecer.
¿Cuál fue el proyecto más complicado al que se enfrentó Pepita?
Cada reforma la vemos como un reto, aunque algunas obviamente son más
complicadas que otras. Así es mas divertido. Nos gusta lo difícil y los desafíos: lo fácil es aburrido.
¿Cómo ves el futuro de Pepita de Oliva? ¿Qué nuevos proyectos te planteas?
¡Muchos! Surgen nuevos proyectos todos los días, a todas horas; es mi forma de ser. Las perspectivas de futuro de Pepita son hacer las cosas bien y trabajar muchísimo. Luego el mercado nos dirá si lo hemos hecho bien o no, y por donde debemos ir. Obviamente tenemos nuestro camino en mente, pero si hay que adaptarse lo haremos sin problema.