Lugares abandonados en Galicia con un toque muy siniestro
Invadidos por la maleza, relegados por las instituciones y sólo visitados por los fanáticos de los espacios misteriosos. Así son estos seis lugares abandonados de Galicia que merecen ser rescatados del olvido
17 octubre, 2021 06:00Rodeados de misterio, con un halo siniestro a su alrededor y olvidados por aquellas instituciones que deberían protegerlos y restaurarlos. Son muchos los lugares de Galicia que han formado parte de nuestra historia y que, aislados en frondosos bosques, invadidos por el musgo y el verdín o medio ocultos por la vegetación, se caen a pedazos aguardando su dramático final.
Aldeas abandonadas, sanatorios que nunca llegaron a cumplir su función, villas señoriales y santuarios inacabados. Estos son algunos de los edificios de Galicia que el olvido ha convertido en tétricos cadáveres de piedra.
El misterioso Bosque encantado de Aldán
Es un clásico en las listas de lugares abandonados en Galicia. Podría decirse que su aspecto, entre bucólico y misterioso, no deja a nadie indiferente. El Bosque encantado de Aldán, conocido también como Finca de Frendoal o Casa do Conde, es uno de esos rincones mágicos que abundan en Galicia y que convierten un simple paseo en una experiencia extraordinaria.
Situado en la comarca pontevedresa de O Morrazo, se trata de un espeso bosque que evoca antiguas leyendas y que contiene un mágico castillo cubierto parcialmente de musgo y maleza que nos hace sentirnos de inmediato protagonistas de una historia medieval.
El principal atractivo de este bosque es el pequeño Castillo de Frendoal o Casa Torre de Aldán que, como en los cuentos, dispone de dos torres almenadas, de un foso a su alrededor y hasta de puente levadizo, que sólo se conserva parcialmente. Aunque pareciera que estamos ante un castillo del Medievo, su construcción es bastante reciente, de la década de los 60, y nunca llegó a terminarse, de ahí su aspecto inacabado consumido por el musgo y el deterioro.
Curiosamente es este estado de abandono el que confiere al castillo un aura mágica y misteriosa a la que se suman las numerosas enredaderas que ascienden por sus muros, la espesa vegetación que filtra a duras penas la luz del sol y los bancos de piedra que lo rodean, ideales para tomarse un descanso disfrutando del encanto del bosque.
El inquietante Sanatorio de Cesuras
Acercarse a las ruinas del Sanatorio de Cesuras en un día gris deja una estampa de lo más siniestra. Pareciera que, de un momento a otro, de sus ventanas sin cristales fuera a salir algún ente fantasmal. Este antiguo "sanatorio" para tuberculosos comenzó a construirse en 1922 en una zona boscosa del coruñés Concello de Oza-Cesuras y su obra nunca se terminó por falta de fondos. En 1936, con la Guerra Civil, quedó abandonado a su suerte.
El bosque que lo rodeaba ha sido talado recientemente y eso hace que el edificio se muestre desnudo y pierda parte de su misterio, aunque la sombra del enigma sigue cerniéndose sobre este siniestro lugar. Acceder a su interior está prohibido bajo riesgo de derrumbe.
Quien quiera disfrutar de su encanto no debería tradar en visitarlo pues parece que se va a restaurar para darle un uso turístico y cultural.
La olvidada Casa da Peste de Cotobade
En Cerdedo-Cotobade, provincia de Pontevedra, hay una pequeña aldea abandonada llamada A Godela. Está formada por un puñado de casas de piedra derruidas que se confunden con la maleza que asciende por lo que queda de sus paredes, confiriéndoles un aire tétrico.
La más interesante de estas casas, por la historia que la acompaña y por su monumental arquitectura es la conocida como Casa da Peste, construida en 1721, en la que sobresalen los arcos de medio punto que conforman su pórtico de entrada. El acceso no es recomendable por peligro de desprendimientos, pero desde su exterior se pueden apreciar las antiguas “lareiras” y parte de su estructura.
La memoria popular atribuye a esta casa la función de refugio para “apestados”, enfermos de peste que convenía mantener alejados de la población. Es muy posible, pues la última epidemia de esta enfermedad mortal en Galicia fue coetánea a la fecha de construcción del edificio.
El inacabado Santuario de Fátima en Chantada
En la cima de un antiguo castro de la parroquia de San Xurxo de Asma en Chantada se alza un bello santuario inacabado que tiene tras él una historia fascinante. Es el proyecto inconcluso del sacerdote Emilio Eyre Lamas, un cura que a mediados del s. XX encontró en su experiencia portuguesa y el milagro de Fátima la inspiración para construir en Galicia su propio templo dedicado a esta Virgen.
En 1944 comenzó a edificar este primer santuario dedicado a Nuestra Señora de Fátima en España, intentando a la par proteger los restos del castro creando un museo para su exhibición. Ambos proyectos, el del santuario y el del castro, quedaron “en barbecho” por falta de financiación y en 1957 se abandonó definitivamente la edificación. Parece que hubo varios intentos de rescatar el santuario y el mismo Padre Eyre lo donó al padre Silva de Ourense, promotor de la Ciudad de los Muchachos (otro espacio hoy abandonado) para convertirlo en geriátrico y darle una función práctica, pero el proyecto tampoco cuajó.
Hoy en día, el que quiso ser y nunca fue Santuario de Fátima en Galicia, luce parcialmente invadido por la vegetación y con alto riesgo de derrumbe.
Aldea abandonada de A Barca en Ourense
Con 12 casas y 15.000 metros cuadrados, las ruinas da Aldea de A Barca (haz clic para ver su ubicación) se encuentran en Cortegada, Ourense, a poco más de 12 kilómetros en coche de Ribadavia. Parece mentira, pero esta misteriosa aldea fue en su momento un importante centro de comunicaciones de la zona, al pasar por ella el Camino Real que conducía a Castilla. En este punto las barcas cruzaban el río Miño transportando mercancías y personas, de ahí el topónimo A Barca.
Su aspecto, en la actualidad, es sobrecogedor, con sendas comidas en su mayor parte por la maleza y los restos de piedra de las viejas casas devorados por el musgo y la humedad.
Otras aldeas abandonadas de Galicia son Arufe, la “aldea vella” de Vichocuntín, Sona y O Salgueiro.
La siniestra casa Bailly en A Coruña
La carretera N-VI a la altura de San Pedro de Nós (Concello de Oleiros) permite ver desde su trazado los restos de un complejo de lujosas mansiones modernistas que hoy se encuentra en un lamentable estado de abandono.
La conocida como Casa Bailly era, en realidad, un conjunto de casonas de estilo señorial construidas en los años 20 por encargo de Julio López Bailly, del que se dice que era descendiente de un soldado de las tropas napoleónicas y a su vez tenía familia gallega. Su idea consistía en crear un hotel exclusivo que finalmente fue utilizado como casa de veraneo, pues la familia Bailly residía entre Madrid y Galicia.
Con una gran finca de 30 mil metros cuadrados y 22 habitaciones, las mansiones tuvieron distintas funciones a lo largo de su agitada historia. Durante la Guerra Civil fueron cárcel para retener a presos republicanos; después se convirtieron en Escuela de Mandos del Movimiento y se utilizaron como punto de encuentro sindicalista, hasta que en los años 80 quedaron definitivamente olvidadas, a veces rescatadas como eventuales platós cinematográficos para rodar películas de misterio.
La dejadez de las instituciones, varios proyectos fallidos, una gran incendio y la falta de piedad de la maleza que la invade, acabaron por convertir la Casa Bailly en una sombra de lo que pudo haber sido y en uno de los lugares más siniestros de Galicia.
Emma Sexto