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Alejandro Mesonero-Romanos Aguilar (Madrid, 1968) cogió un lápiz y empezó a dibujar coches cuando era solo un niño. "Decoraba mi habitación con mis dibujos", señala a EL ESPAÑOL | Porfolio. Desde entonces, este madrileño no ha dejado de trazar. Hoy, con 53 años, se ha convertido en uno de los 10 mejores diseñadores de automóviles del mundo.
Bajo su firma están coches muy carismáticos. El Renault Laguna Coupé; los Seat Ibiza, Arona, León, Ateca y Tarraco y los Cupra Formentor, Born y Tavascan… son solo algunas de sus últimas creaciones. Desde este verano, dirige la estrategia de diseño de Alfa Romeo, un fabricante marcado por la estética y la deportividad en sus 111 años de historia.
Alejandro también tiene mucha Historia detrás. Es el tataranieto de Ramón de Mesonero Romanos, escritor y periodista, maestro de los artículos de costumbres madrileñas. El literato trabajó también en la Biblioteca Nacional y fue Académico de la Real Academia Española, defendiendo el patrimonio cultural y evitando el derribo de la casa de Lope de Vega y del Convento de las Trinitarias.
Su tatarabuelo da nombre a una de las calles más populares de Madrid. Se llamaba calle del Olivo y fue rebautizada con su apellido: calle de Mesonero -Romanos. La llamaron así puesto que allí fue donde nació el escritor costumbrista, en una casa situada en este emplazamiento, muy cerca de la Gran Vía y de la Plaza de Callao.
Conocemos a Alejandro, el diseñador, durante una fugaz visita al museo de Alfa Romeo en Milán, a una hora y media de Turín, lugar donde ahora vive y trabaja. Bastan solo unos minutos junto a él para descubrir que estamos ante una persona con un halo especial. Elegante, pasional, calmado, de voz suave pero con tono firme y sobre todo, con las ideas claras... Si tuviéramos que describirle con una única palabra utilizaríamos gentleman o quizás caballero, si preferimos un término español.
La herencia literaria de Mesonero Romanos
De Ramón de Mesonero Romanos (1803-1882), Alejandro ha heredado el gusto por los libros y la literatura. "Adoro la Historia y los libros de todo género. Un amor por la historia, por el origen de las cosas, por la evolución de los objetos, de la tecnología… tengo una librería con más de 600 ejemplares. Libros que transporto de un país al otro en las mudanzas. Parafraseando la película de Brian Gilbert, 'No sin mis libros'", afirma.
Continuando con su historia familiar… tras Ramón, su tatarabuelo, llegaron las tres siguientes generaciones. Su bisabuelo Francisco, su abuelo Ramón, su padre José Luis... Este último tuvo siete hijos junto con Sonsoles, su madre. Fueron Cristina, Carlos, Guillermo, Patricia, Rocío, César y Alejandro. Por lo tanto, nuestro protagonista es el séptimo hijo de esta familia numerosa y reconocida en el Madrid más castizo.
"Mi padre, José Luis, era ingeniero y por desgracia lo disfruté poco, porque falleció cuando tenía 11 años. Él, además, pasaba mucho tiempo trabajando. Era un directivo de una gran multinacional francesa. Una persona muy divertida", afirma.
"Mi madre, Sonsoles, era excepcional. Supo hacerse cargo de siete hijos y sacarlos a todos adelante. Inteligente, tremendamente divertida, guapísima, de carácter fuerte, con un gran corazón y muy cariñosa con todos los que la rodeaban", comenta.
"De ella aprendí que tienes que intentar todo lo que te propongas, sin dudarlo. Decía: el no ya lo tienes, así que prueba el sí, no pierdes nada. Esta frase todavía resuena en mi cabeza cuando tengo una tarea difícil por delante. Y lo mejor es que funciona", rememora.
Apasionado del motor desde niño
Si bien no recuerda exactamente cómo nació su pasión por el automóvil, sí reconoce que pasaba horas sentado en el muro de delante de su casa, a las afueras de Madrid, viendo los coches. "Los deportivos los reconocía, antes de verlos, por su sonido. También me llamaban mucho la atención los colores y me fijaba en la gente que los conducía", afirma. "
Es una capacidad de observación que mantiene todavía hoy. "Mi cerebro sigue obteniendo placer cuando veo un coche que me inspira esa belleza", dice. "Supongo que esto sería el principio de mi formación, aunque no lo supiera".
Una observación de coches que fue derivando en el dibujo. "Cogí un lápiz y empecé a dibujar con 10 u 11 años", señala. Una afición que continuó en el colegio: "No era un estudiante ejemplar, dibujaba coches en mis cuadernos y mis libros de texto; lo que me llevaba a pasar mucho tiempo en el pasillo".
Esta afición aumentaba cuando llegaban a su casa los novios de sus hermanas. "Mientras los jóvenes intentaban ganar puntos con mis padres, yo me sentaba al volante de sus Alpine o sus Porsche para transportarme a otro mundo", afirma.
Un Seat en el jardín de Alejandro
Fue precisamente el jardín de su casa el que transformaría por completo su vida. En 1976, en Seat estaban buscando un emplazamiento publicitario para el lanzamiento del 128. Fue entonces cuando eligieron la casa en la que vivía Alejandro para tomar las imágenes promocionales del vehículo.
"Durante este rodaje entendí que los coches no solo eran vehículos para ir de un punto a otro. Tras ellos, hay mucha psicología, comunicación, arte y belleza. Son una prolongación de la personalidad de las personas; un objeto que permite expresarse con plenitud al que lo conduce", comenta.
El traslado a Barcelona
Tras acabar el bachillerato, Alejandro decide irse a la ciudad condal. "Me fui con 18 años a Barcelona para estudiar la carrera de diseñador industrial en Elisava, la mejor escuela de aquella época. Mi familia, mi madre -sobre todo-, tuvo el coraje y la inteligencia de dejarme seguir mi pasión. Una lección que yo también intento transmitir a mis hijas. Haz lo que quieras, pero intenta siempre hacerlo bien; como el mejor", afirma.
"En Barcelona aprendí a diseñar, a pensar y crear con capacidad intelectual; dibujar es solo la manera de exteriorizar o comunicar los pensamientos, las ideas. Y para ser diseñador no solo vale dibujar bien. Mucha gente lo confunde. De mi generación del Elisava solo nos dedicamos a esta profesión dos o tres personas", comenta.
La influencia de su hermano Carlos
Dentro de su familia, Alejandro también guarda un recuerdo especial de su hermano Carlos, uno de sus primeros mentores, tristemente fallecido hace poco tiempo. "Mi hermano trabajaba como diseñador de interiores en Seat. Fue una gran influencia. Me enseñó a ser creativo. Con él visité por primera vez el estudio de diseño de la marca. Fue una visita clandestina, en una zona muy confidencial. Para mí era el paraíso", comenta.
Se marcha a Londres
Años después Alejandro mantenía firme su pasión: "Dejé todo y me fui a Londres a estudiar al Royal College of Art. Era el año 92. El curso era de dos años y era muy caro, pero pedí una beca y conseguí entrar", recuerda. "Allí descubrí a gente de todos los países con verdadera pasión. Amigos que aún mantengo y que tienen puestos parecidos en otras empresas automovilísticas", comenta.
"Fueron dos años de aprendizaje. Me di cuenta de que sabía poco y dibujaba mal. También realicé maquetas en arcilla, a escala 1:4 con mis propias manos. Trabajaba duro, día y noche", señala.
Alejandro Mesonero-Romanos llega a Seat
Precisamente esta última formación fue la que le abriría después las puertas para entrar en Seat. En 1994 era contratado como diseñador junior para la marca española.
Alejandro participó en el diseño del prototipo Bolero, un coche de gran tamaño. Estaba basado en el Audi A4 y el Volkswagen Passat y tenía un sistema curioso de apertura de puertas, aunque nunca se llegó a construir.
Aunque el Bolero no pisó las carreteras, le sirvió a Alejandro como tarjeta de presentación para incorporarse a la estructura del todopoderoso Grupo Volkswagen. En concreto, fue contratado en 1996 como jefe de diseño del centro que el grupo alemán tenía en Sitges. Allí estuvo cerca de cinco años.
Ficha por Renault, se marcha a París
La siguiente etapa de Alejandro estuvo marcada por el Grupo Renault. Primero en París, ciudad a la que se marcha en 2001 y en la que permaneció cerca de ocho años. Entre los modelos diseñados durante ese tiempo está el Renault Laguna Coupé, una berlina de diseño deportivo de aspecto muy llamativo.
En 2009, tras ocho años en la firma del rombo, a Alejandro le proponen ser el responsable de diseño de Samsung Motors, la compañía coreana del grupo. Y a Seúl se marcha de nuevo para vivir un período de dos años y trabajar, entre otros coches en el diseño del SM7.
"La experiencia en Corea, un país reamente tan desconocido como maravilloso, es la que más me ha marcado. Como europeo, su cultura es muy diferente. El respeto por todo lo colectivo, su capacidad de trabajo y el orgullo por el desempeño bien hecho les caracterizan", nos cuenta.
La gran etapa de Seat y Cupra
Es en Seúl cuando recibe la llamada de Seat y no se lo piensa dos veces. Primero porque era una vuelta a casa, a Barcelona. Y segundo porque el cargo que le habían ofrecido era un auténtico caramelo: la dirección de diseño de Seat y Cupra.
Allí, además, había encontrado sus principales referentes: los diseñadores Giorgieto Giugiaro (primera generación del Ibiza), Walter de Silva (segunda generación) y su predecesor en Seat, Luc Donkerwolke (tercera generación). "Son tres grandes profesionales que también son muy buenos amigos, con los que mantengo un estrecho contacto. Al final, la historia del automóvil es para mí una historia de experiencias, pero sobre todo de personas", comenta.
Vuelve a París con Renault
Mesonero-Romanos pasó nueve años en su segunda etapa en Seat, donde de nuevo protagonizó grandes logros en el diseño de automóviles. Uno de los artífices de su éxito fue Luca de Meo, que fue presidente de Seat y en 2020 dio un golpe de timón y se marchó a Francia para dirigir el Grupo Renault.
La compañía del rombo tenía ante sí un gran desafío, puesto que se encontraba en grandes pérdidas y con una gama de producto algo devaluada. Y fue precisamente De Meo quién trazó un plan de producto (con nuevos modelos), elevando la calidad de la marca y fichando a nuevas estrellas. Fue entonces -2020-, cuando llamó a Alejandro Mesonero-Romanos para que volviera a París a diseñar los futuros Dacia.
La llamada de Alfa Romeo
Sin embargo, y para sorpresa de todos, este segundo capítulo con Renault duró muy poco, apenas unos meses. A mediados de 2021, Alejandro recibía la llamada de Alfa Romeo, del Grupo Stellantis para vivir en Turín y ser el responsable de diseño de los próximos modelos de la marca de esta década. Un trabajo que empezaremos a ver en 2024.
"Siempre quise trabajar en Turín. Aquí, el automóvil es entendido con cierta nobleza. Además, Turín fue la ciudad más importante del automóvil en el mundo durante largos periodos de tiempo. La ciudad de los carroceros de la posguerra con Pinifarina, Bertone, Giugiaro, Ghia, Allemano, Boano, Ellena, Zagato y Touring Superleggera (las dos últimas en Milan) y tantos otros", señala.
"Ellos y las marcas italianas como Alfa Romeo, Lancia, Maserati, Fiat, Ferrari, Lamborghini han creado los coches más maravillosos de toda la historia del automóvil", comenta.
El Alejandro Mesonero más personal
¿Y cómo compagina su vida personal con tanta dedicación?, le preguntamos. "No tengo ningún problema para compaginar la vida profesional con la privada. Cuando termino el trabajo, desconecto. He aprendido con los años a cuidarme y a cuidar de los míos", afirma.
"Además, tengo la suerte de que mi familia, mi mujer Hankyung, y mis dos hijas, Lucía -16- y Blanca -18-, siempre me han apoyado y me han empujado a seguir evolucionando. Saben que es mi pasión. Cada paso que he dado y cada cambio de país, siempre lo hemos hablado antes de dar mi conformidad", nos cuenta.
"Soy consciente de que para ellas a veces no es fácil tanto movimiento y sin su apoyo sería muy difícil. Pero estos cambios son también una fuente de enriquecimiento personal. Han aprendido lenguas y maneras diferentes de ver o experimentar la vida. Les animo a moverse, a ver cosas diferentes, a ser curiosas, a apreciar la belleza de la diversidad. Y sobre todo a perseguir sus sueños", termina este diseñador.
Cómo se diseña un coche
Del lápiz a la arcilla, pasando por el 3D.
El trabajo de un responsable de diseño, respaldado por su equipo (Alejandro, por ejemplo, trabaja con más de 50 personas) comienza con los dibujos. Si bien ahora se utilizan muchas herramientas digitales, la creatividad sigue siendo una parte fundamental.
El siguiente paso es lo que los fabricantes llaman concursos internos. Allí, diferentes diseñadores presentan sus propuestas y el jefe de diseño junto con el equipo y otros responsables, eligen el diseño ganador. ¿El premio? Ese diseño se verá en la calle, el coche pasa a producción.
A partir de ahí, se pasa del dibujo de dos dimensiones al modelo. Esto sirve para que los ingenieros hagan viable el diseño. Se hacen simulaciones y animaciones en tres dimensiones para ver el coche y observar su movimiento.
Tras la realidad virtual llega la siguiente fase, el fresado. Se monta una estructura de espuma con ruedas que soporta el clay, una especie de arcilla modelable. Y a partir de ahí, como si de una escultura se tratara, se consigue el diseño final con los modelistas.
Mientras tanto, el departamento de interiores y colores, trabaja en paralelo para dar color y texturas y sensaciones a los interiores.
Los siete coches más 'famosos' de Mesonero-Romanos
Millones de españoles llevan sus creaciones.
Alejandro Mesonero-Romanos ha diseñado coches para Renault, Seat y Cupra, principalmente. También ha estado unos meses en Dacia (no le dio tiempo a enfilar proyecto a alguno) y ahora trabaja como responsable de diseño para Alfa Romeo (sus creaciones las veremos a partir de 2024).
Si tuviéramos que elegir los coches que, a nuestro juicio, le han llevado a la fama nos quedamos con esta selección de sus trabajos.
1. Renault Laguna Coupé. Es uno de sus primeros coches de producción. Anteriormente Alejandro había diseñado prototipos como el Seat Bolero o el Seat IBL. El Renault Laguna Coupé fue lanzado en 2009. Tenía una estética espectacular. Sin embargo, Renault lo posicionó como un 'coche premium' en cuanto a precio. Y esto mermó sus ventas.
2. Seat Ibiza. Qué decir del Seat Ibiza del que se llevan más de cinco millones de coches vendidos. En concreto, Alejandro es el responsable de diseño de la cuarta generación de este coche urbano, un modelo lanzado en 2017 y que se mantendrá en los concesionarios hasta aproximadamente 2024.
3. Seat Arona. También es el creador de este SUV orientado a la ciudad que deriva del Seat Ibiza. Fue presentado en 2017 y su vida comercial se extenderá alrededor de tres años más.
4. Seat Ateca. Fue el coche que inauguró la línea SUV en Seat. Y también su diseño fue capitaneado por Mesonero-Romanos. Fue presentado en 2016 y renovado en 2020. Se mantendrá a la venta hasta aproximadamente 2023.
5. Seat Tarraco. Es el hermano mayor del Ateca. Comparte elementos con el Volkswagen Tiguan Allspace y con el Skoda Kodiaq. Pero el Tarraco tiene mayor dinamismo incluso siendo un SUV. Está a la venta desde 2018, así que se comercializará hasta 2025 aproximadamente.
6. Seat León. Es un todo un superventas. Seat lleva cerca de 2,5 millones de unidades vendidas de este modelo. En concreto, el diseño de Mesonero-Romanos pertenece a la cuarta generación del León. Destaca por un diseño muy proporcionado y con un gran dinamismo visual. Fue lanzado en pleno inicio de la pandemia, a mediados de 2020, y se mantendrá a la venta hasta al menos 2027.
7. Cupra Formentor. Ha sido una de las revelaciones del año. Tal es así que gracias al Formentor, Cupra ha sido una de las marcas que más ha crecido en 2021. Su diseño ha gustado mucho y su comportamiento todavía más. Es lo que se denomina un crossover o un CUV, que es un coche algo más alto que una berlina, pero sin ser tan voluminoso como un SUV. Se lanzó en 2019 y se mantendrá a la venta hasta 2026 aproximadamente.
Los diseños de Alejandro, además, no quedan aquí. También es responsable de otros modelos como el Cupra Born o el Cupra Tavascan, un coche que no saldrá a la venta hasta 2024 y que él ha iniciado y que Jorge Díez, su sucesor en Seat y Cupra, tendrá que rematar.