Uno de los secretos del éxito y la popularidad de la monarquía británica, en su territorio y en el extranjero, reside en su capacidad de crear espectáculo. Aunque las críticas a la ceremonia de coronación de Carlos III fueron muchas por el gasto que supuso y la paralización que produjo en todo Reino Unido, nadie puede negar que fue uno de los mayores espectáculos orquestados desde Londres para el mundo. Coronación religiosa en la Abadía de Westminster, comida en Buckingham Palace y megaconcierto gratuito en Hyde Park con los mejores artistas de la actualidad: el balance fue un gran éxito de convocatoria de la que se habló durante días en todos los medios de comunicación.
Tras la resaca de la fiesta de la coronación, la rutina del día a día deja los diamantes, las celebraciones y los titulares en agua mojada. Freddie Mercury y Queen lo tenían muy claro: The show must go on. Y eso es algo que la corona británica sabe, conoce y adopta casi como su mantra. Para atraer de nuevo la atención, la Familia Real inglesa puso todas sus esperanzas en la princesa de Gales, Kate Middleton, pero ahora necesita una persona más joven para poder atraer al público que consume redes sociales y habla un lenguaje de otra generación. Los hijos de los príncipes de Gales, Jorge, Carlos y Luis, son muy pequeños, así que había que buscar en el árbol genealógico de los Windsor para encontrar a una buena representante con la que las jóvenes de 20 y 30 años se puedan sentir inspiradas. El resultado es lady Louise Windsor.
Los equipos de comunicación de las casas reales europeas siempre son conscientes de este tema y buscan entre sus miembros una estrella para que se mantenga el foco de atención en las labores y el trabajo que realizan. "No importa que se hable de un miembro por su look o sus joyas, el hecho es que se sepa que hacen una labor cada día, en definitiva, que trabajan", narra a EL ESPAÑOL | Porfolio uno de los periodistas que cubre de forma habitual las noticias referentes a la Casa Real.
Un claro ejemplo de esta fiebre que se ha desatado por las royals es la reina Letizia en España, donde cuenta con una legión de fans. Además de cumplir con su trabajo, la esposa de Felipe VI se ha convertido en un icono de moda y estilo, a la que siguen todas las revistas de moda y ponen como ejemplo. Cada gesto o movimiento es estudiado y llena una gran cantidad de blogs, cuentas de Instagram y comentarios. Ahora, ha llegado el momento de Leonor. Tras la jura de bandera y de la Constitución Española, se ha desatado la leonormanía, por lo que Letizia tiene una heredera en todos los sentidos. El resto de las monarquías europeas tienen su estrella: Mary de Dinamarca, Magdalena de Suecia o Isabel de Bélgica son algunos ejemplos.
En el caso de la Familia Real británica, su titular, la reina Camilla, no da el perfil de auténtica reina en los medios de comunicación. Con más de 60 años, protagonizó una de las historias de amor más escandalosas de la historia del Reino Unido con su actual marido, Carlos III, resultando dañada, por aquel entonces, la sí idolatrada Diana de Gales. A pesar de que los ingleses parecen haberle perdonado aquella herida y la admiten como soberana consorte, le queda mucho para ser la heredera de la amada Lady Di. "Especialmente porque es un estilo de mujer que no gusta. Es torpe y poco elegante, no sirve como referencia, nadie quiere ser como ella. Es muy poco influencer", explica la misma fuente.
Lady Windsor: la nueva celebrity
En Reino Unido, los medios de comunicación e influencers y revistas de moda han puesto el foco de atención en lady Windsor, hija mayor del príncipe Eduardo, cuarto hijo de la reina Isabel y el príncipe Felipe, y su esposa, Sofía Rhys-Jones. Ambos, Eduardo y Sofía, son duques de Edimburgo. Su hija acaba de cumplir 20 años. Esta joven, por tanto, no es de la realeza en sí, sino medio royal, ya que no dispone del título de Alteza Real y lleva una vida normal, como la de cualquier joven británica de la alta sociedad, salvo en las excepciones en las que tiene que aparecer con sus padres por petición de la Familia Real.
La hija del hermano menor de Carlos III se convirtió en noticia desde su nacimiento por las duras circunstancias que la rodearon. A su madre, la duquesa Sofía de Edimburgo, se le adelantó el parto tras sufrir desprendimiento de placenta, lo que obligó a que se le practicara una cesárea de urgencia. Su vida peligró por la cantidad de sangre que perdió y Lady Louise estuvo ingresada las siguientes tres semanas en el hospital.
Con los meses, a lady Louise le detectaron exotropía, un trastorno ocular conocido como estrabismo divergente que se caracteriza por la desviación de los ojos hacia fuera. Fue operada hasta en dos ocasiones sin éxito a los tres y a los cinco años, pero seguía con los mismos problemas de visión. Fue operada una tercera vez a los nueve, momento en el que Louise dejó atrás sus problemas oculares.
Siempre ha crecido alejada de los focos, y sólo se ha hecho hecho más conocida en los últimos tiempos tras la muerte de sus abuelos, Isabel II y el duque de Edimburgo, ya que tenía un fuerte vínculo con ellos. Con la misma pasión por los caballos que ellos, fue ella quien heredó el carruaje a medida para el príncipe Felipe y los ponis Notlaw y Balmoral. Asimismo, se ha convertido en el único miembro de la realeza que continúa con la tradición siempre que puede, se vio el verano pasado con motivo del Royal Horse Show.
Hace unos meses participó en un programa especial en recuerdo del marido de Isabel II, Prince Philip: The Royal Family Remembers, y entonces llamó la atención al ponerse delante de las cámaras y hablar de su deporte favorito: conducir coches de caballos, como hacía su abuelo. "El duque de Edimburgo estuvo muy involucrado en mi trayectoria, lo cual fue encantador, pero también me ha dado un poco de miedo porque él inventó este deporte. Es increíble haber aprendido de primera mano de él y definitivamente es algo que creo que nos acercó", dijo.
A pesar de que ella intenta mantener una vida de perfil bajo, en los últimos meses los medios de comunicación británicos han decidido sacar a la luz lo que ellos mismos han bautizado: 'La nueva joya de la Corona'. Louise estudió la etapa de secundaria en St. Mary's School Ascot, escuela a la que también asistieron otros miembros de la realeza como Margarita Armstrong-Jones, un año mayor que Louise y sobrina de la princesa Margarita, o Carolina de Mónaco. En año 2022 comenzó en la Universidad St. Andrews, la misma donde se conocieron el Príncipe Guillermo y su mujer. Situada en Escocia, St. Andrews es la tercera universidad de lengua inglesa más antigua del mundo y, sin duda, una de las más prestigiosas.
Lady Louise estudia filología inglesa y parece que le va muy bien, también porque puede practicar su deporte favorito (aparte de los caballos): la esgrima. St. Andrews, de hecho, cuenta con un club de esgrima muy bien estructurado, que incluye cuatro sesiones de entrenamiento semanales además de la posibilidad de participar en torneos internos. Entre otras curiosidades, lady Louise Windsor fue la primera de los descendientes de Felipe de Edimburgo e Isabel II que llevó el apellido Mountbatten-Windsor. Su primer momento estelar llegó cuando ejerció de damita de honor en la boda del príncipe Guillermo y Kate Middleton, momento que compartió junto al príncipe Enrique.
Uno de los detalles que más ha llamado la atención del carácter de esta joven es que, cuando cumplió los 18 años, optó por trabajar en un centro de jardinería. Sus tareas diarias eran ayudar en las cajas, podar y colocar las plantas en las macetas. Además, destacaron que la joven cobraba 8 euros por hora trabajada. La determinación Lady Louise fue aplaudida por muchos de los conciudadanos británicos que alababan su humildad pese a ser miembro de la Familia Real. Y como resultado y tras largos meses de trabajo, se pudo ver que Lady Louise se había comprado un coche de segunda mano.
Pero su gran día llegó con la coronación de su tío el 6 de mayo del 2023, el rey Carlos III. Su vestido de flores lilas y su tocado de paja, le dieron el empujón oficial para convertirse en la nueva estrella de la Familia Real británica.